Mujeres y PIT-CNT

Escribe: Jorge Ramada

 

“La versión liberal-demócrata de nuestros días… reconoce la diversidad cultural-identitaria en los marcos del sistema de dominación y aboga por la implementación de políticas de reconocimiento siempre y cuando no afecten las bases del sistema económico y político del capital.” (Gilberto Valdés Gutiérrez – Posneoliberalismo y movimientos antisistémicos, La Habana, 2009)

 

No tengo dudas que las luchas feministas (al igual que las luchas en defensa del medio ambiente, por ejemplo) son nuevas realidades que se suman al cuestionamiento del sistema capitalista y sus implicancias, directas e indirectas. Pero de todos modos no me sumo a saludar a todas las mujeres el 8 de marzo. No quiero olvidar que la fecha surge como conmemoración de una masacre de trabajadoras textiles y que la lucha por instalar la fecha como reclamo de igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres fue impulsada también por colectivos de mujeres trabajadoras, luchadoras sociales, revolucionarias. También reconozco a las amas de casa, profesionales, intelectuales, artistas que luchan por reconocimiento y oportunidades que esta sociedad, con fuerte impronta patriarcal, les limita. Pero no olvido que en este país hay “señoras de la alta sociedad” que son tan mujeres como las domésticas de sus hogares, a las que explotan o ningunean; ¿o ya se olvidó a las trabajadoras bolivianas que servían a la dueña de La Casa de las Telas?

Por tanto, no se trata de aceptar que hay que reconocer por igual a todas las mujeres (¿será solo por ese día?) o que la lucha es de todas ellas contra el sexo masculino (sin distinción de opción sexual: “hombre, homosexual o heterosexual, sos violador igual” decía una pancarta que vi en la marcha del 2019). El feminismo extremista contribuye a ocultar la razón de fondo de las discriminaciones que no es otra que el carácter explotador de la sociedad (la dictadura del capital sobre el trabajo).

Ese extremismo lleva a que haya colectivos de mujeres (minoritarios por suerte) que no quieren que participen hombres en las marchas, al parecer sustituyendo la lucha de clases por la lucha de sexos. Da la impresión que ni siquiera reconocen que por lo menos hubo un hombre que contribuyó a que existan (¿hace falta decir algo tan obvio?; ¿o será que en su intransigencia también reniegan de existir?)

Y voy a repetir lo que escribí hace un tiempo para “Rebeldes”, aunque suene un poco grueso: El hecho de oponerme a que el sexo, raza u opción sexual sean fuente de menosprecio por algunos sectores de la sociedad, no me hace aceptar que “todos sean iguales”. Una lesbiana o un negro al frente de una gran empresa no dejan de ser explotadores independientemente de su sexo, raza u opción sexual. En todo caso si a causa de ello se sienten discriminados, deberían resolverlo en el seno de su clase y no entreverar esa discriminación con la explotación de la que son artífices.

El mismo 8 de marzo un grupo de mujeres (algunas pertenecientes a sindicatos) manifestaron frente a la sede del PIT-CNT al grito de “que nos vengan a ver, la lucha feminista no la dirige el PIT-CNT”. Eso en protesta porque el PIT-CNT había resuelto no convocar a un paro de 24 horas únicamente de mujeres para el 8 de marzo, solicitado por la Intersocial Feminista. Por supuesto que esta demostración (bastante pequeña para todo lo que se hizo ese día) fue resaltada por El País (primero siempre contra los trabajadores) y algunos canales de TV. Me pregunto si a esa misma intersocial se le ocurrió reclamar a las cámaras empresariales que dieran el día libre y pago a todas las trabajadoras mujeres. Puede que alguna lo haya pensado, pero no fueron a manifestar frente a la sede de la Cámara de Industrias o de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios.

Además, pese a que el  PIT-CNT no podía estatutariamente aprobar un paro de esas características, porque no fue presentado con plazo suficiente, igualmente tomó una clara resolución de apoyo: “El PIT-CNT resuelve exhortar, respaldar y acompañar a todos los sindicatos y federaciones filiales a definir y ejecutar un paro de actividades de hasta 24  horas, en el marco de la movilización mundial por el 8M reivindicando la lucha por la equidad de género...” (Resolución del Mesa Representativa del 3 de marzo).

Llama la atención que varios medios de prensa informaron que la exhortación era “a convocar un paro de mujeres de 24 horas”, que era lo que pedía la Intersocial Feminista. La resolución de la Mesa Representativa no marcó esa limitación, lo que me parece adecuado desde  una perspectiva de clase: por qué reclamar un paro general únicamente de mujeres, como si los hombres no tuviéramos derecho a participar de una medida en reclamo por derechos legítimos. Ya hace unos años, que el PIT-CNT, sin distinción de sexo o género viene convocando a la marcha del 8 de marzo y trabajando para promoverla. Y fue con la presencia masiva de los sindicatos que la marcha pegó un salto en cantidad de participantes. Sin olvidar otras luchas que se han dado desde el PIT-CNT por el reconocimiento de la igualdad de derechos para las mujeres trabajadoras, como lo ha sido en el caso de las domésticas.

Pegarle al PIT-CNT rinde prensa. Y si no miremos lo que ha pasado a raíz de la suspensión del Sindicato Policial resuelta por la Mesa Representativa. Como además, la presidente del Sindicato es una mujer, rápidamente fue convocada a programas con motivo del 8 de marzo. Hasta ¡¡a Jorge Larrañaga!! se le ocurrió opinar sobre lo que debería hacer al PIT-CNT. Pero esto ya es otro tema que requiere un análisis más detallado. Quedará para otra vez.*