Grave situación viven los trabajadores de la pesca, la que involucra nada más ni nada menos que a 3000 familias. Está planteada una detención de actividades provocada por los patrones quienes mantienen la flota detenida.
Hoy la inmensa mayoría de los trabajadores de la pesca se encuentran sin poder trabajar, sin cobrar sus ingresos y sumergidos en una situación sumamente angustiante: con hambre, desalojos y dificultades enormes para hacer frente a sus vidas.
Los dueños de los pesqueros, mientras ejercen un chantaje ante los poderes públicos, alegan la no rentabilidad en su negocio, en tanto desde la Intergremial Marítima Pesquera, se exige que éstos procedan a la “apertura de sus números”.
El dirigente Alexis Pintos declaró: “Los trabajadores del mar queremos trabajar y eso está claro. Usan el hambre de nuestras familias, la violencia económica hacia los trabajadores, para obtener resultados”.
Frente al duro momento que vive el conglomerado de trabajadores vinculados a la pesca, corresponde expresar la más irrestricta solidaridad, con la esperanza que su lucha pueda revertir la situación.