EN LA CRUZ DE LOS CAMINOS El bulevar de los sueños rotos y la tentación del rincón de confort

 

Garabed Arakelian

El tema es apto para largas inquisiciones, pero el agua ya sube por encima de los tobillos: ¿nos estamos hundiendo o el drenaje es insuficiente? Sin duda es un tema multifactorial. Pero lo primero es sacar las patas del barro, pisar suelo firme y otear el horizonte.

La administración Orsi ha optado por una modalidad que no es novedosa: ha elegido el camino del alejamiento táctico cada vez que le sea necesario, pero sin llegar a consumar el divorcio. Durante esos distanciamientos, que son cada vez más frecuentes, se comporta como si no tuviera vinculación alguna con la fuerza política que lo llevó a ese cargo. Pero acude a ella cada vez que siente el cosquilleo por debajo de las pantorrillas.

Puede afirmarse que, en términos generales, la actuación del primer mandatario en el ejercicio de sus funciones, ha cosechado felicitaciones desde la derecha y levantado protestas, generando frustración y fastidio en la izquierda que constata la notoria falta de empatía del primer mandatario con el espíritu político del Frente Amplio.

Algunas definiciones desde ese centro de poder han generado marcas difícilmente disimulables por su notoriedad: “una cosa es el gobierno y otra el partido político”, es una frase y un concepto reiterado de diversas maneras por integrantes del equipo gubernamental, tecnócratas y burócratas que muestran sus aptitudes y preparación profesional para instalar conceptos y prácticas, que se diseñan en otras partes del mundo y se intentan imponer en perjuicio de nuestros intereses nacionales. Son los portadores, impulsores y eficaces introductores de esa enajenación y vacío argumental en sus reclamos. Lo hacen para quitarle eficacia al partido político y dejarlo en la simple misión de administrador del planillado de personal en las áreas gobierno.

Esta dicotomía entre el Partido político que se esfuerza por elaborar un programa de gobierno que ofrece a la consideración de la ciudadanía y con el cual asume un compromiso político queda reducido a un triste papel de difusor de falsedades, de promesas que no se cumplirán. Pero por otro lado cumple con amansar los reclamos y las movilizaciones pues ella actúa como instrumento eficaz para la justificación de lo que se hace o se deja de hacer. Es como obtener un pase libre para la omisión de decisiones políticas asumidas con carácter de compromiso. Con esa frase se justifica la renuncia a denunciar el genocidio que comete Israel contra el pueblo Palestino así como la reducción drástica de los fondos destinados a la educación y la enseñanza. El mandatario ha demostrado que cuando se trata de “los malla de oro”, ellos continúan usufructuando de atención especial y con ellos cumple compromisos asumidos o no. No es similar la actitud cuando se trata de ciudadanos que necesitan respaldo y atención y con los cuales tiene compromiso asumido, tan o más válido que el que se presta a brindar sin esperar que se lo reclamen desde el sector de los privilegiados.

Todos los partidos integrantes del FA en una coincidente actitud de obediencia y disciplinada colaboración, han asumido el compromiso que planteó el pedido de ayuda por parte de Orsi y han salido hacia los cuatro puntos cardinales a explicar las bondades y beneficios del Presupuesto General propuesto para el próximo quinquenio.

Algunos de ellos, los menos, han hecho su aporte a pesar del fundado y racional rechazo hacia la propuesta del gobierno. Pero este se muestra, hasta ahora, incapaz de valorar ese gesto de renunciamiento. Sin embargo, Orsi debería tener muy en cuenta este aspecto que, en estas condiciones que él plantea no pueden ser duraderas, ni permanentes. Esto quiere decir que, muy en breve, si no cambia su actitud, varios de los partidos políticos que le están prestando apoyo deberán atender los reclamos de sus propios militantes y no siempre tendrá adhesión y sumisión para sus planteos.

En ese sentido Orsi parece que ya ha hecho su elección y se inclina por el abrazo de la derecha. Cree que contará con la aceptación de la derecha para ejercer sus funciones y minimiza el costo político que tendrá en la interna del FA. Antes que se lo reclamen, Orsi, con su actitud, está debilitando la estructura interna del FA.

El final es difícil de anunciar, pero no puede ignorar la posibilidad de una fractura del FA. Algo que se viene imponiendo de manera reiterada, suave, permanente.

En este trayecto el FA ha dejado de ser antiimperialista y antioligárquico. No le preocupa que la enseñanza pública en todos sus niveles sea la formadora de la ciudadanía futura. Ha claudicado y claudica ante el avance, “inversor” del sistema capitalista que embarga nuestra soberanía. Acepta la desigualdad social en toda su expresión y se siente bien en ese marco en el que se mueve como baqueano y conocedor del territorio.

En fin, que poner la conducción del país en manos de Orsi y su elenco de gobierno es poner crema en el hocico de un gatito esperando que no se relama. Difícil panorama, cruz de caminos para nuestro querido Uruguay, en esta mano que viene con barajas marcadas.