Diego Sacchi
Este lunes el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunciaron una propuesta común sobre el futuro de la Franja de Gaza y el genocidio que lleva adelante Israel contra la población palestina.
Ambos mandatarios se reunieron en la Casa Blanca y luego mantuvieron una conferencia de prensa conjunta en la que elogiaron la propuesta que acordaron como un "avance histórico" y un "nuevo capítulo" para Medio Oriente.
Pero era evidente que la organización palestina Hamás no había sido consultada, ni formaba parte de las conversaciones y su postura sobre los términos seguía siendo incierta. Mahmoud Mardawi, un funcionario de Hamás, afirmó que el grupo ni siquiera había recibido el plan, según informó más tarde la agencia de noticias Reuters.
El núcleo de la propuesta se centra en un acuerdo de paz que no solo implique a Israel y Palestina, sino que también involucre a los gobiernos de los países árabes, algo que Trump considera crucial para la estabilidad a largo plazo de la región.
El mandatario estadounidense y el israelí dejaron claro que no le ofrecían a Hamás otra opción más que aceptar las condiciones que ambos países buscan imponer. Si el grupo se negaba, Trump declaró: "Israel contaría con todo mi apoyo para acabar con la amenaza de Hamás", dejando clara la posibilidad de habilitar la continuidad del genocidio.
El primer ministro israelí dijo siniestramente "Si Hamás rechaza su plan, señor presidente, o si supuestamente lo acepta y luego hace todo lo posible por contrarrestarlo, Israel terminará el trabajo por sí solo. Esto se puede hacer por las buenas o por las malas, pero se hará".
El plan de paz de Trump, implicaría que el presidente estadounidense presidiera una "Junta de Paz" para supervisar el gobierno interino de Gaza. La ayuda fluiría a la zona y una fuerza de intervención liderada por los gobiernos árabes mantendría rápidamente el orden. Las fuerzas israelíes, con el tiempo, se retirarían pero mantendrían ocupada una "zona de seguridad" alrededor de Gaza. La organización palestina Hamás deberá deponer las armas, renunciando para siempre a su liderazgo.
Además, el plan exige un alto el fuego, un intercambio de rehenes retenidos por Hamás por prisioneros palestinos retenidos por Israel. Trump dijo “Si Hamás la acepta, esta propuesta exige la liberación inmediata de todos los rehenes restantes, pero en ningún caso en más de 72 horas… Los rehenes están regresando”.
La propuesta legalizaría todo lo hecho por Israel hasta hoy, la masacre de civiles, la destrucción de la infraestructura en la Franja de Gaza y la limpieza étnica contra la población palestina, garantizando la impunidad para los autores de este genocidio.
El plan de Trump también establecería una junta de gobierno temporal que estaría encabezada por el propio mandatario estadounidense e incluiría, insólitamente, a Tony Blair, el ex primer ministro británico, conocido por su apoyo a la invasión de Irak de 2003, liderada por el gobierno estadounidense de George Bush, para tomar el mando del "Consejo de Paz", un organismo artificial que contaría con el apoyo de la ONU y los países árabes aliados.
En resumen, la propuesta "imperialista" consiste en convertir Gaza en una zona "libre de terrorismo y desradicalizada", sin representar una amenaza para sus vecinos. Esto implica la retirada de Hamás de la Franja de Gaza. Hamás sería reemplazado por el Consejo de Paz, presidido por el propio Trump y posiblemente integrado por el líder laborista británico, Tony Blair.
Hay que recordar que Trump había declarado a principios de este año que tenía pensado convertir a Gaza en una “Riviera del Medio Oriente” que implicaba una inversión financiera masiva y la limpieza étnica de los palestinos.
Netanyahu había extendido previamente una disculpa formal a su homólogo qatarí por un reciente ataque militar contra funcionarios de Hamas en el emirato del Golfo que enfureció a los líderes árabes y desencadenó una rara crítica por parte de Estados Unidos a Israel.
Este lunes también se conoció que Netanyahu llamó al primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, durante su reunión con Trump, según informó la Casa Blanca. Trump describió el intercambio entre los líderes israelí y catarí como una conversación sincera.
“Como primer paso, el primer ministro Netanyahu expresó su profundo pesar por el ataque con misiles de Israel contra objetivos de Hamás en Qatar, que causó la muerte accidental de un militar qatarí”, declaró la Casa Blanca en un comunicado. “Además, lamentó que, al atacar a los líderes de Hamás durante las negociaciones para la toma de rehenes, Israel violara la soberanía qatarí y afirmó que no volverá a realizar un ataque similar en el futuro”.
Netanyahu añadió a los periodistas: “Israel estaba atacando a terroristas, no a Qatar, y por supuesto lamentamos la pérdida del ciudadano qatarí que no era nuestro objetivo”.
Estas declaraciones causaron rechazo entre los aliados de la extrema derecha israelí que son fundamentales para que se sostenga el gobierno de Benjamín Netanyahu. Para estos sectores Israel debe llevar hasta el final su plan de limpieza étnica en Gaza.
Luego de presentado el plan, se comenzaron a conocer las primeras repercusiones internacionales. El primer ministro británico, Keir Starmer y el jefe de la Unión Europea, Antonio Costa, mostraron su apoyo al plan.
La propuesta también contaría con el apoyo de líderes europeos demagógicos como Emmanuel Macron, que hizo que Francia "reconociera" al Estado palestino y condenara el genocidio, y ahora brinda felizmente por la solución encontrada que favorecerá aún más la influencia del imperialismo europeo en la región.
También se pronunciaron los gobiernos de Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Indonesia y Pakistán, apoyando la propuesta de Trump. Los gobiernos árabes han actuado como cómplices del genocidio, dejando vía libre para que Israel continúe sus ataques contra la población palestina.
En un comunicado, la Autoridad Palestina afirmó que "acoge con satisfacción los esfuerzos sinceros y decididos del presidente Donald J. Trump para poner fin a la guerra en Gaza y afirma su confianza en su capacidad para encontrar un camino hacia la paz". La Autoridad Palestina tiene bajo su control los territorios palestinos en Cisjordania, actuando como policía al servicio del avance israelí contra los palestinos.
Los esfuerzos previos de alto el fuego, respaldados por Estados Unidos han fracasado debido a la incapacidad de superar la brecha entre Israel y Hamás, y Netanyahu ha prometido seguir luchando hasta que Hamás sea completamente desmantelado.
La nueva propuesta de Trump busca cerrar una situación que viene generando un creciente rechazo a nivel internacional. Llevar adelante un genocidio ante los ojos del mundo no es gratuito. Ni para Israel ni para sus cómplices -Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, la Unión Europea, Australia- donde el apoyo de los gobiernos al Estado de Israel contrasta con el repudio mayoritario de la población a los crímenes del Estado sionista, lo que ha operado un cambio muy significativo en la opinión pública de los países occidentales.
Son estas acciones la que despertaron la emergencia de un fuerte movimiento internacional de solidaridad con el pueblo palestino, y el surgimiento de una juventud antisionista, que avanza en la comprensión de que el genocidio y la limpieza étnica son la conclusión lógica del proyecto sionista de colonialismo de colonos (es decir de reemplazo de la población local). Y que la única forma de detenerlo es la movilización internacional y el apoyo a la resistencia palestina.
*Publicado originalmente en “La Izquierda Diaria” arg.