Escribe: Jorge Ramada
Los oligarcas a cargo del gobierno golpean por todos lados: tras la avalancha de la LUC, la Rendición de Cuentas y el Presupuesto Nacional. Los recortes que afectan a los sectores populares se compensan con las regalías a los dueños del país y a alguna transnacional de dudosos antecedentes.
La pandemia limitó bastante las luchas populares. Los sindicatos y las organizaciones sociales vinculadas a los sectores más golpeados de la sociedad tuvieron la suficiente madurez para mantener la solidaridad, pero sin grandes manifestaciones que pudieran significar riesgo para la salud y que, con pretexto de ellas, se les usaran de chivos expiatorios ante el avance de los casos de COVID.
Mientras tanto, la pandemia fue generando varias decenas de miles de nuevos pobres, otro tanto de desocupados, totales o parciales, un descenso en la calidad del trabajo y al mismo tiempo posibilitando que algunos miles de millones de dólares embolsados por los más ricos fueran “exportados” con destinos diversos. Mientras tanto también, en las condiciones más desfavorables, miles de militantes juntaron las firmas necesarias para promover el referéndum contra la LUC.