Escribe Gustavo González dirigente histórico del cooperativismo de vivienda
Los caminantes de FUCVAM, llegaron a Montevideo y fueron recibidos por 7.500 Cooperativistas en los alrededores del Palacio Legislativo.
Imágenes de la concentración en el Palacio Legislativo recibiendo a la marcha
La marcha retoma las mejores tradiciones del movimiento obrero que en más de una oportunidad a lo largo de la historia tomó dicha medida en pos de sus reclamos fundamentales.
El tema de la vivienda en el país es uno de los grandes faltantes en las políticas gubernamentales y hacen hoy oídos sordos a los justos reclamos de FUCVAM.
Es inconcebible que mientras a través de la mal llamada ley de “interés social” se le otorgan todo tipo de exoneraciones a las grandes empresas constructoras, quienes construyen viviendas que están en el orden de los 120 a 170 mil dólares, sin embargo se hace caso omiso a uno de los reclamos de los cooperativistas. Que es nada más y nada menos que se cumple con lo establecido en la ley de vivienda 13.728, el interés de los préstamos debe de ser al 2% y no al 5,15 como está en la actualidad.
Otro de los reclamos por demás justo y lógico, es que mientras se exonera del IVA a los materiales de construcción para las empresas constructoras, no es así para las Cooperativas de Vivienda.
La vivienda es un tema esencialmente político y como tal desnuda las voluntades al respecto, esto es lo que están desenmascarando con las movilizaciones los cooperativistas. Es decir la gran pregunta es ¿a quiénes favorecemos con las políticas públicas???.
Inexplicablemente nadie responde a los reclamos, todos los poderes públicos parecen hacer oídos sordos a tan justas reivindicaciones. FUCVAM mantendrá en estos días una Asamblea nacional donde evaluará el plan de lucha llevado hasta el momento, donde seguramente el conjunto de delegados aprobará seguir con las medidas.
Así las cosas a no quejarse cuando la gente descree de la política, más aún cuando no hay dudas que en la base del Movimiento Cooperativo existe un mayoritario caudal de votantes de la izquierda, que hoy registran que las cosas van mal para sus intereses y muy bien para las empresas constructoras.