El  pueblo uruguayo desafía y legisla

 

Por Gabriel Portillo  (Tomado de Chispas, publicación del PVP)

El próximo 27 de marzo se trata de ser legisladores por un día. El referéndum no solo tiene la legitimidad de ni más ni menos que 800 mil firmas, sino la virtud de ser una reacción constructiva porque reabre la posibilidad de interrogarnos y discutir colectivamente sobre asuntos importantes para toda la sociedad.

Lo que está en cuestión en el Referéndum del 27M son 135 artículos de una Ley,      Que la coalición la haya transformado en la ley fundamental y eje de toda su política, que la hayan metido bajo consideración urgente, cuando no lo era, que los socios de la coalición la conocieran luego de ser designado Luis Lacalle Pou recién en enero del 2020, es un riesgo asumido por la coalición gobernante, no es ésta responsabilidad de la oposición social y política que tiene el derecho de impugnar leyes.

Ya hemos dichos que la LUC es una reforma del Estado encubierta, el Estado no está afuera de la sociedad forma parte de ella, por lo tanto, para cualquier transformación, sea revolucionaria o neoliberalismo autoritario como el actual gobierno, hay que romper al menos una parte del Estado y reorganizarlo, en este caso se rompe la parte que sobrevive del Batllismo, el  Estado solidario, ese que esta tan ligado a la conciencia colectiva del pueblo uruguayo, esa rotura se hace contra los intereses del pueblo a favor de los malla oro.

Recientemente se ha advertido, investigado y perseguido a trabajadores, dirigentes y funcionarios públicos organizados, bajo la afirmación de que es inconstitucional hacer propaganda por el Referéndum en el lugar de trabajo, prohibiendo el uso de tapabocas rosa, propaganda en la cartelera sindical, vestimenta rosada, y todo lo que haga referencia al Sí, todo lo que explique y denuncie cómo afecta la LUC a la vida de trabajadores y trabajadoras. Mientras que el máximo funcionario público de la República, el Presidente Lacalle hace propaganda por el NO y será el principal vocero de la campaña.

 

El gobierno con la LUC, pretende imponer lo que una mayoría circunstancial quiere imponer. Lejos de construir consensos, lejos de políticas nacionales. Y vemos abiertamente, como ya fuera desarrollado en la edición pasada del Chispa, que detrás está la ideología del mercado y la utilización del Estado para favorecer y financiar a ese mercado y a sus representantes privados que detentan el poder económico.

Los datos del gobierno, son un relato

Si elegís las variables que te sirven, omitís las que no te sirven, comparas resultados anuales con semestrales, ignoras el contexto internacional, etcétera, entonces hay problemas entre datos y relatos. Cuando los datos del déficit fiscal no dicen qué se financia con el recorte de los salarios y jubilaciones, se está dando un relato de realidad paralela a la que viven las mayorías populares de este país. Así es como se pierde credibilidad y se deteriora la democracia.

 

Es evidente que las medidas sociales aplicadas son limitadas e ineficientes ante la gravedad de la crisis social. Para el gobierno un anuncio significativo es que la escasísima ayuda en dinero en una tarjeta que debía usarse en un almacén, ahora se lo podrá hacer en dos o tres.

 

El viejo mundo del libre mercado, del libre comercio, del Estado mínimo, de la ausencia de derechos sociales y despreocupación por la desigualdad, se resquebraja por todos lados, y si bien este se cae a pedazos en el mundo

entero, algunos se aferran desesperadamente por mantenerlo, desarrollando formas autoritarias que impidan el libre ejercicio democrático de discrepar con las políticas del gobierno.