Escribe: Garabed Arakelian
Cuenta el Viejo Testamento, en uno de sus libros, que Jehová le ordenó a Abraham sacrificar a su hijo Isaac como muestra de su fé y obediencia (Génesis 22.2). Salvando tiempos y distancias, algo similar está haciendo el Frente Amplio en su búsqueda de personas en condiciones de ocupar su presidencia.
Habrá quienes, individual y colectivamente, esperan anhelantes esa mirada que convalide la razón de su ser y estar en el Frente. Y también existen otros que –quizás justificadamente, crucen los dedos y digan: ”no se fijen en mí, pues tengo que cuidar lo mío”.
Pero lo cierto es que la denominada “danza de nombres” es un carrousel que ya se ha puesto en marcha y en su giro característico se van dando los altos y bajos de las figuras que lo integran.
En ese marco de realidad, la cita bíblica se explica porque la mirada de los preocupados de verdad y de los “jugadores impulsivos”, ha coincidido sobre el Partido Socialista y su secretario general, el diputado Gonzalo Civila.
El FA atraviesa momentos complicados. Entre otras cosas necesita tener una persona que asuma la responsabilidad de conducirlo, elevándolo sobre las cenizas de la reciente derrota electoral y política. ¿Será solamente una persona capaz y carismática lo que necesita o además se precisa tener una estructura con objetivos claros que funcione con cierta armonía? La persona que se busca, ¿es esa anhelada, e inexistente, figura que se ubica en la categoría de “independiente” y concentradora de todos los aspectos positivos que debiera tener quien esté a la cabeza del Frente, o surgiría del seno de alguno de los grupos organizados que conforman y dan vida a dicha coalición?
Es claro que se trata, de un saco de arena gruesa cuyo manejo conlleva un alto porcentaje de dificultad lindero con el fracaso. Esto significa aceptar de antemano, que de ese desafío difícilmente se sale con éxito pleno y que, en caso de arañar esa posibilidad, los costos serán altos y que siempre habrá quejosos y protestadores es decir desconformes.
Esta referencia de seguro descontento no es por parte del coaligado sector gubernista, que es el “enemigo natural” para el FA -y es al que con fuerte y efectiva campaña opositora se le debe dar razones y argumentos para que se sienta molesto- sino hacia la interna del Frente Amplio.
Quizás esto suene como inusitado, pero se entiende si se acepta que difícilmente los años, por su simple pasaje convierten en sabios a los seres humanos, se puede en cambio asegurar, con más certeza, que los hace mas desconfiados.
Es que en política y con los políticos haciendo lo suyo, ese quehacer transita entre la magnanimidad apostólica y las destrezas del Viejo Vizcacha. ¿Hubo algo de esto tan infrecuente que se llama “sentido común” en el proceso que se analiza? Sin dudas.
El tema no es, aunque así se desee, exclusivo de la izquierda, porque la derecha se preocupa por conocer acerca de sus “enemigos-opositores”, y trata de incidir para que su accionar sea lo menos dañino para sus intereses. La derecha no es solo el gobierno sino además todo aquello que respalda y contiene a éste gobierno, y ese contexto no solo es nacional sino también de carácter internacional.
Se comprende mejor esto si se toma un ejemplo: el súbito ataque perpetrado y mantenido recientemente contra la figura de Vivián Trías. ¿Fue casual? Quizás pero fue tan coincidente con el avance de los cambios en la dirección del PS que sin temor se le puede asociar.
Creo que fue Simón de Beauvoir, cito de memoria, que dijo: ”Los opresores no serían tan fuertes sino contaran con la complicidad de algunos de los oprimidos”. Con la limitación que impone una nota de corte periodístico alcanza esto para subrayar que uno de los partidos fundadores del Frente Amplio -con sólida trayectoria histórica y nudoso tronco ideológico mantenido a través del tiempo- cuando da muestras de renovación verdadera y argumentación ideológica para explicar la realidad, aparecen las existentes “fuerzas” que se ocupan de impedir y si pueden, eliminar todo intento de resistencia fundada, basada en ideas revolucionarias y, de paso, a quienes son sustento de las mismas sin descuidar la posibilidad de eliminar la organización que los sostenga.
No se trata de poner al Partido Socialista como única fuerza en el centro del foco de atención, pero si tener en cuenta los factores en juego y que, de acuerdo a los vaivenes, alcanza a todos los sectores que propugnan una alternativa opositora al sistema capitalista.
Con esta perspectiva, por intuición o con sabiduría, o por ambas cosas, apenas el diputado Civila recibió la invitación a pensarse como candidato a ocupar la presidencia del FA, procedió a poner en conocimiento del Comité Ejecutivo de su partido la existencia de esa propuesta y éste pasó la consideración del mismo al Comité Central, y según se puede deducir de los comentarios existentes, este cuerpo a su vez , luego de una larga jornada de análisis accedió poner a disposición del FA, la candidatura de su Secretario General para disputar la presidencia del mismo.
¿Cómo valorar esta decisión?: ¿un acto de buena voluntad, una jugada política aprovechando la circunstancia de la vacante, una posibilidad de acrecentar el prestigio personal, un movimiento dentro de la estructura para aumentar el poder personal y partidario del diputado Civila? Son muchas las preguntas y seguramente las respuestas superen el número de las mismas, pero lo cierto es que después de un largo debate “renovadores” y “ortodoxos”, luego de pensar, discutir, tener en cuenta sin discusión pero con análisis personal, las muchas y diferentes facetas que esto implica, votaron afirmativamente la posibilidad en cuestión pero con algunos condicionamientos que importa considerar.
El PS deja en claro que no tuvo iniciativa en proponer la candidatura de su secretario general para la presidencia del FA. Que considera un honor y recibe con beneplácito la propuesta y que allanadas las dificultades que el tema plantea en la interna del PS accede a participar en la competencia electoral que ella plantea en la interna del FA a condición de que se concreten, respaldos ciertos, válidos y confiables para entrar en la disputa.
Dos grandes interrogantes son las que surgen ahora. Una es la valoración, el dimensionamiento de lo que implica esta decisión del PS para su propio desarrollo y otra la confirmación del respaldo a la invitación inicial por parte de los ofertantes y de todos aquellos que deseen sumarse.
Pero la parte esencial de esto y es lo que se desprende y justifica de la cita bíblica es que sin que se diga –aunque alguien debe decirlo, y los analistas sopesarlo- Abraham, es decir el PS, ha sido invitado a sacrificar a su hijo Isaac para dar testimonio de su fe en la fuerza que ayudó decisivamente a crear: el FA, y que hoy le impone ese acto de sacrificio. Es difícil en este momento predecir si se sumarán esas voluntades. No se sabe si el ofrecimiento es sincero, si se mantiene o, como puede admitirse de antemano quizás varíe ante la cambiante situación. De modo que, en ese aspecto, la aceptación es “hacerse a la mar” con habilidad y esperanza en que la providencia proveerá. Y por eso la justificada desconfianza que se insinúa en éstas líneas.
¿Cuánto sacrificio le significa al PS aceptar esta posibilidad? Una enumeración ligera de los condicionamientos existentes saca a luz que perdería la presencia del legislador Civila. No solo el PS sino también el FA se resienten al perder uno de sus valores. Se puede argumentar con mucha razón que no es problema pues puede ser sustituido.
Por otro lado cabe anotar que el PS se resiente en su conducción pues ¿se podrá hacer la misma argumentación de la sustitución que con respecto a la bancada? Ciertamente no. La ausencia y sustitución de Civila toma al PS en una instancia de consolidación de los cambios evidentes que se están procesando dentro de la fuerza política y su desplazamiento hacia las arenas del Frente provocará con certeza, la obligación irrenunciable de pensar si eso incidirá o no en el desarrollo de la propuesta ideológica y de movilización del PS. ¿Es éste un factor fundamental a valorar y proteger? ¿En ese panorama interno que presenta por ahora el PS, el proyecto transformador mantendrá su preeminencia o surgirán variantes? ¿Y en ese caso en beneficio y en perjuicio de quiénes? Sin duda que son aspectos a tener en cuenta y los dirigentes partidarios del FA y del PS lo tendrán muy en cuenta.
Con una atrevida pizca de humor en tan serio problema se puede decir que esta propuesta y desafío que ha recibido el PS y que ha tomado con la seriedad y responsabilidad debida es como si proviniera del “amigo da onza”, pero como no es así, seguramente que los responsables de hacerlo lo deben valorar responsablemente como la propuesta bíblica con que se inicia este artículo.