Escribe Eduardo Aparicio
Un hecho no buscado, ni querido por el Partido Socialista, catapultar uno de sus miembros a una eventual disputa por la Presidencia del FA, cobró forma concreta cuando se conoció la iniciativa de referentes frenteamplista que manejaron el nombre del actual secretario general, lo cual se complementó con la decisión orgánica –Comité Central 22.08.21- de poner a disposición el nombre de Civila en la elección de diciembre próximo. La validación de esta autorización fue procesada con la fuerte y marcada impronta de respeto a la organicidad y cuidado de la vida interna, respeto de las instancias internas, estilo puntilloso que viene caracterizando el ejercicio de la actual secretaria general, en sintonía con su firme liderazgo demostrado por el joven dirigente.
Gonzalo Civila, Srio Gral PS posible candidato a la presidencia del FA
El nuevo dato que fluye del panorama político permitió que en los medios de comunicación se reflejara algo de lo que viene siendo un trabajo en las sombras y preocupación sostenida de los socialistas: transformar al FA. En esa dirección la estructura partidaria discutió, reflexionó, metabolizó una autocritica sobre el FA, en la que no se esquivó hincarle el diente a las luces y sombras de los 15 años de gobiernos frenteamplista. La autocritica socialista, inevitablemente contempla aspectos de perspectiva política y cimenta una postura sobre el cómo debe ser la participación de la ciudanía frentista en la determinación de la orientación y gobierno de la coalición/movimiento. Todo ese trabajo del colectivo militante denominado ”¿Qué FA queremos y necesitamos?” será plasmado en un documento público, cuya aparición está anunciada para los próximos días, y en donde se fija una visión y postura frente al próximo Congreso y elecciones.
Resulta claro y evidente que para los socialistas tales transformaciones tienen que ser profundas, que deben trascender lo cosmético; ineluctablemente pasan por un corrimiento hacia la izquierda por parte del FA, no se trata de correrse sino de achicar el “centro”, catalizando un proceso resultante de una gran batalla cultural contra el sentido común dominante, para construir uno de entonación de izquierdas, mas en línea con banderas y postulados programáticos fundacionales aggionardos a las nuevas condiciones, contextos y circunstancias, que representarían cambios removedores. En gran medida esto se logra combinando la cercanía, la proximidad, con las peripecias, los desvelos, las angustias que dominan la vida cotidiana de la mayoría nacionales, conformadas por asalariados, cuenta propistas, pequeños empresarios y productores de la ciudad y el campo, el ejército de precarizados. Sin tampoco perder de vista la compenetración e identificación plena de la luchas contra el racismo, todas las formas de discriminación y la matriz patriarcal dominante.
Es por eso que los socialistas no optan por el camino de los acuerdos cupulares o los consensos artificiales, decretados de manera burocrática, y defienden su construcción a partir del intercambio y debate franco de ideas, respondiendo y asegurando la diversidad y pluralidad que caracteriza a una fuerza que por su propia naturaleza policlasista y la esencia dela misma, tiene que asegurar la unidad de acción de una constelación heterogénea identificada con el denominador común traducido en un proyecto transformador. Pero sin olvidar la identificación de las insuficiencias, los limites y los errores que junto a los logros signaron los 15 años de gobierno. En ese marco, entre los socialista aparece la necesidad de construir un modelo de desarrollo alternativo para el país, que en parte estuvo ausente en su gestión gubernamental.
Pero todo esto, requiere de avances y acuerdos programáticos en el marco de una estrategia de modificación institucional, que necesariamente pasa por una reforma constitucional. Claro está que cuando se releva este aspecto, no se puede pasar por alto la gran oportunidad histórica que se tuvo y desperdició de convocar a una Constituyente durante el primer gobierno, cuando se contaba con el impulso de la victoria electoral y una correlación de fuerzas favorables.
En el PS se ha ido dibujando un discurso político diferente a partir 2018 cuando se produjo un cambio en su dirección. Es notorio el reemplazo de los énfasis y acentos de su línea política, hacia el FA y la sociedad toda, trasuntada en los documentos, en las apariciones públicas, en su prensa y declaraciones, así como la acción parlamentaria, elementos todos confirmatorios de esos cambios, que constituyen un viraje.
La recolección de firmas para derogar parte de la LUC es una demostración, dirigentes sindicales y sociales de extracción socialistas, cumplieron un papel muy importante en el lanzamiento y sostén de la iniciativa. También en el plano político el PS jugó un rol importante en el seno del FA, para convencer, incidir sobre el camino a elegir (procedimiento corto o largo para provocar la consulta) y especialmente para articular con el movimiento social todo. Es notorio el valor y la proyección que los socialistas asignan a la intersocial y cómo han realizado ingentes esfuerzos para consolidar el instrumento y habilitar la interlocución con otros actores, tanto sindicales, sociales y políticos..
En el seno del histórico partido ha ganado espacio la idea que es necesaria construir una nueva unidad política para consolidar y ampliar la unidad social. Asi lo dicen en la reciente declaración: “En un contexto de profundización de la crisis económica y social, de cambio en la situación local de la pandemia y de movilización creciente de la sociedad, coincidimos en señalar la transformación relevante del escenario que significó la recolección de firmas para habilitar un referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, así como la actitud más clara y decidida de las bancadas parlamentarias del Frente Amplio a partir de las interpelaciones desarrolladas a lo largo de este año. Como ya lo hemos manifestado, entendemos que el proceso de la recolección de firmas significó una verdadera autocrítica en la práctica, signada por la primacía del trabajo de base, la construcción articulada entre movimientos sociales populares e izquierda política, la audacia para generar nuevas condiciones a partir de la iniciativa y la lucha, y la construcción colectiva sin caudillos ni verticalismo (Declaración “El PS y la Realidad Nacional” Comité Central 22.08.2021).
El espaldarazo de las 800.000 firmas, cuya validación debe ser seguida e informada día por día, constituye el primer asalto, de un combate, que tendrá su segundo round con la consulta popular y es por eso que los socialistas se plantean un trabajo con un arma de doble filo: transformar el FA y en paralelo sumar,(comprometiendo todos sus esfuerzos) en la construcción de un gran frente de RESISTENCIA a la ofensiva liberal, burguesa y conservadora, siendo conscientes del corte de tijeras que en este proyecto tienen entre su línea política y el desarrollo e implantación de su estructura partidaria en la profundidad de la sociedad.
Los socialistas no condicionan el proceso y funcionalidad de la acumulación de fuerza por la que se transita hoy, al mero objetivo de “reconquista del gobierno” pues saben que hay que construir, o mejor dicho reconstruir, un bloque alternativo de los cambios bajo nuevas condiciones y contextos. Son sabedores, que las condiciones se crean, se forjan, se modifican y que no resultan en forma mecánica de las correlaciones de clases existente, porque algunos entre ellos desde siempre han sabido leer el mensaje doctrinario y la práctica política de Rosa Luxemburgo que al comienzo del siglo XX ya se planteaba dentro la socialdemocracia alemana este asunto.
Son conscientes que sus opciones tienen que superar el enorme desafío de resolver positivamente el evidente desfasaje entre la línea política y el desarrollo orgánico. Sin renunciar a que el partido tiene que ser un instrumento idóneo que esté inmerso y al servicio de las luchas que están planteadas, especialmente en la realidad actual, donde se insinúa el inicio de una fase de profundización de las contradicciones, de luchas de clase abierta, y radicalización programática y metodológica de las mismas.
En el cerno de sus desvelos figura la idea de ir avizorando la laboriosa construcción y convergencia hacia instancias de elaboración y superación programática, como puede ser un Nuevo Congreso del Pueblo, que sería la base de una síntesis entre lo social y lo político; admitiendo que en ciertos aspectos el programa del movimiento social, sus opciones tácticas, sus directrices políticas son más avanzadas y cobran preeminencia sobre lo político.
Frente a todos estos retos se hace evidente el esfuerzo de reubicación que está realizando el socialismo uruguayo proyectando un perfil de izquierda neta, reconstruyendo y renovando su identidad tal como se desprende de los textos completos de las declaraciones públicas emitidas el pasado 22 de agosto y de las cuales mencionaremos seguidamente las
que entendemos como principales:
Se posicionan a favor de una seguridad social basada en la solidaridad intergeneracional, pública y no lucrativa, preparando el terreno de la lucha contra la Reforma Jubilatoria que se viene gestando desde la CESS.
Denuncian el carácter de ajuste y antisocial de la Rendición de Cuentas votada en la Cámara de Diputados.
Se comprometen en defensa de las empresas públicas y la banca oficial. alertando acerca de la amenaza que planea sobre la desmonopolización de ANCAP, y el golpe de gracia a ALUR.
Alzan la voz contra la entrega en el puerto de Montevideo, de la cual la extensión concedida a Katon Natie es emblemática.
Señalan la falta de asignación presupuestal para la ANEP y los ataques permanente a los trabajadores de la educación y la educación pública.
Prestando oídos a las realidades de los interiores muestra su preocupación por el cierre de 20 Juzgados de Paz, como resultado de las asignaciones presupuestales recibidas por el Poder Judicial.
Corresponde finalizar con dos apreciaciones sobre los recientes posicionamiento socialistas, a saber: procurar que la izquierda política no juego un papel de amortiguación y contención de la lucha social, sino de canalización y traducción política de la misma; tratar de que adquiera vida permanente una alianza política de los sectores, fuerzas y referentes de posturas socialistas y clasistas, que en parte son las que apoyaron la candidatura de Carolina Cosse en las elecciones departamentales.
Para esto último, de concretarse la candidatura de Gonzalo Civila, que por el momento no deja de ser una eventualidad condicionada a reunir los apoyos suficientes, sería un factor clave para una presidencia del FA de nuevo tipo y signo.
Hoy es visible e inequívoca la evolución de los socialistas, que es bien identificada por la derecha, sus orientaciones políticas, prácticas, la forma de hacer y vivir la política, comienza a verse mas allá de los círculos militantes, representando un primer paso que encierra una gran significación.
No hay dudas que las izquierdas en el Uruguay necesitan un partido socialista, reforzado en su identidad ligada a la emancipación, la causa de los y las oprimidas, jugado a la emancipación y la abolición de la tiranía del capital. Esto hace cada vez más relevante la unidad de acción política de las fuerzas que se reclaman en un horizonte socialista, transcendiendo las fronteras de las comparecencias electorales, la política institucional y la gestión gubernamental.