A la espera de los anuncios

 

Eduardo Aparicio

No es bueno emitir opiniones políticas en base a conjeturas, si bien estas suelen colarse en alguna medida cuando se trata de pensar escenarios. Incursionar por tal camino es equivocado y conduce a yerros de importancia, por tanto, ese no es el enfoque que elegimos. Ahora también sabemos que ciertos a priori entran en la línea de juego bajo la forma de supuestos.

En la actualidad estamos enfrentados a ¿Cómo superar las faltas de certezas que provoca el Diálogo Social? Estamos a la espera que aparezca el documento inicial, con la tabla de temas a incluir en el mismo. El Poder Ejecutivo es “mano” en esta partida. Pero en la mesa se sentarán otros jugadores, que sin ser “pie”, tienen que armar su juego, en eso estamos.

Ahora repasemos algunas cosas que servirán para bien situarnos.

La iniciativa de un Diálogo Social fue levantada por el Frente Amplio en la campaña electoral para octubre, la propuesta fue un punto de coincidencia entre quienes defendían y quienes se oponían a la Enmienda Constitucional plebiscitada. El enlace entre detractores y defensores obedecía a algo muy simple, la convergencia en el rechazo de la Ley 20.130 que dio lugar a la reforma jubilatoria. Diálogo social adquirió la forma de un factor de unidad, que naturalmente recibió diferentes interpretaciones en su naturaleza y alcance: como formulación se plasmó en acuerdos expresados en distintos documentos del FA que dieron soporte a la acción proselitista en el curso de la campaña electoral.

Algunos de los que tenían reparos con el camino plebiscitario, sostuvieron que antes que nada y por sobre todo había que ganar el gobierno, y a partir del mismo dar inicio a una auténtica reforma de la seguridad social, estando dispuestos a eliminar y/o neutralizar los aspectos regresivos de la reforma del 2023. El Diálogo Social, sería a la vez punta pie inicial e instrumento de canalización de una reforma de vocación integral e inclusiva de aspectos que hasta el momento habían quedado por fuera. El Diálogo Social convocado por el gobierno progresista entonces sería diferente a los procesos de consulta y escuchas que tuvieron lugar en el marco de la Comisión de Expertos instaurada por la LUC.

El vaticinio se cumplió, desde el 1 de marzo tenemos instalado en el país un cuarto gobierno progresista. Entre sus primeros movimientos ha estado la estructuración del Diálogo Social a través de la creación de una Intersectorial en la esfera de OPP. De la cual hacen parte, bajo su liderazgo, el MEF, BPS, MTSS, Mides. Se le encomendó al economista Hugo Bai, de larga trayectoria e idoneidad en temas de Seguridad Social (durante años integrante asesor de la representación de los trabajadores en el Directorio de BPS), la coordinación de los documentos disparadores.

Las visiones diferentes y eventuales disidencias tendrán un lugar, se alojarán en la intersectorial, donde se sientan representantes de ministerios (MTSS, MIDES), cuyas cabezas políticas hace parte de los sectores frenteamplistas defensores de papeleta del SI.

Uno de los puntos de mayor fricción sin duda es el de las AFAP, las que no serán eliminadas pero resta por saber, en qué y cómo serán modificadas. Teniendo en cuenta que la Ley 20.130 extendió su esfera de actuación y amplió sustancialmente su negocio, pero también considerando que una de las coincidencias en el partido de gobierno sobre la Seguridad Social, está en eliminar el lucro de éstas.

La captación de ahorro obligatorio proveniente de las cuentas personales y el aseguramiento de un flujo de recursos para el endeudamiento, en base al dinero de los trabajadores, se ha convertido en una pieza maestra de la política económica, a la cual han recurrido los gobiernos de distinto signo que se han sucedido desde la reforma del 96 que las creó.

Por ello no llama la atención la preservación de las AFAP que se hace desde el gobierno y particularmente la fuerza desplegada desde el Ministerio de Economía; ya cuando promediaba el mes de marzo, Gabriel Oddone declaró que los temas del plebiscito jubilatorio "no van a ser objeto de la discusión" en el llamado "diálogo social". Declaraciones que se complementan con afirmaciones de otras figuras gubernamentales y coincidencia con la oposición en que el voto de octubre laudó la situación. Ante todo, se imponen algunas precisiones. Los tres puntos de la papeleta son la piedra angular para una reforma integral, entonces si la intención y propósito del gobierno es ir a un Diálogo Social para encarar una reforma integral, estos no pueden ser barridos de antemano.

Tanto dichas declaraciones, así como la designación al frente del BPS de la Ec. Jimena Pardo, firmante del documento de los 111 al igual que Oddone ex integrante del Directorio de AFAP República y ferviente defensora de las administradoras de fondos, fue evocada por nosotros en el N°83 de Claridad y caracterizada como una impericia, o un acto provocativo por parte del gobierno, cabe señalar que posteriormente el Senador Gustavo González no acompañó con su voto el pedido de venia en la sesión del pasado martes 18.

Por andariveles paralelos, el movimiento social, que tuvo su expresión y representación en la Comisión Nacional por el Si y en particular el movimiento sindical que fue uno de sus pulmones, tienen por delante la desafiante tarea de ir construyendo, concertando su posición sobre el Diálogo Social; lo que se declina en qué propuestas y postulados llevar al mismo, cómo defender y mantener en el nuevo contexto los tres puntos como piso para sus propuestas.

Somos de los que consideran que los temas no están laudados y que la lucha por las propuestas de la papeleta no se clausuró con el resultado de octubre.

También nos ubicamos entre quienes creemos que los 940.000 votos recibidos por el SI, que son más que los que alcanzó cualquiera de los partidos que compareció a la elección, dan cuenta de una correlación de fuerzas sustentadas en una transversabilidad de los electores (en mayor o menor medida el SI recogió votos en todas las opciones de octubre 24), que no puede ser ninguneada. Necesariamente esto exigirá confrontar con quienes intenten bastardear y desnaturalizar estos postulados, como los de la 60 años previendo una disminución de la tasa de reemplazo, o la equiparación de las prestaciones con el Salario Mínimo.

El próximo Congreso del PIT-CNT previsto para fines de mayo tendrá que abocarse a trabajar y elaborar definiciones relacionados con la manera de intervenir, e incidir en el Diálogo Social, al tiempo, que establecerá las orientaciones, las líneas de acción, y definirá una nueva dirección, en un proceso donde sin duda las coincidencias y el camino recorrido por los promotores del SI en el seno movimiento sindical, buscará establecer confluencias y sinergias para la nueva etapa.

Los gobernantes frenteamplistas que se opusieron al plebiscito no pueden olvidar, ni desconocer, que la mayoría del voto frenteamplista apoyo al SI, desoyendo las consignas de voto de la dirigencia.

Además, está la irrenunciable batalla por el cumplimiento de los compromisos y las definiciones programáticas, en clave de denominador común que se dio el FA. Adolfo Bertoni con consabida profundidad y capacidades explicativa, desarrolla en su artículo “La noche anterior” que publicamos en este N°84 de Claridad.

Por el momento los actores sociales, han mostrado la necesaria prudencia hasta ver los naipes sobre la mesa, tienen que armar y definir su juego en el tapete del diálogo, como parte de una acción movilizadora desde abajo.

Si bien es totalmente comprensible no precipitarse, hay que intervenir a partir de realidades y se debe tener una actitud de no interponer falsas e ilusorias expectativas sobre desarrollo y resultado del Diálogo Social. Simplemente se trata de no ni anticiparse con profecías autocumplidas, ni diseminar la verde ilusión de los paños de juego. El gran camino es lograr movilizar y que el movimiento social conserve su autonomía política.