David Rabinovich
Eso de la política, se trata de ganar elecciones. Lo de gobernar, cómo, para qué o para quién, parece ser secundario. Para juntar votos hay que ‘enamorar’ dicen y me quieren convencer que la Coalición Republicana, los blancos, Delgado-Ripoll perdieron porque no supieron seducir a la cantidad de ciudadanos a los que sí pudieron convencer Orsi-Cosse.
Los balances ‘autocríticos’ de los que fueron multicolores y se trasmutaron en republicanos, no incluyen la preocupación por delitos y/o corrupciones que tuvieron como protagonistas políticos y gente de su confianza. No voy a enumerar hechos tampoco nombrarlos, son bastante conocidos para un lector algo informado.
Si el asunto es enamorar votantes está claro que todo vale. En el amor y la guerra todo vale. Además, el proceso se desarrolla en el plano de los sentimientos y alejado de la razón. El amor por conveniencia (razonable y razonado), no es amor sino cálculo. ¿Gana ‘la campaña’ electoral la dupla que genera mayores apoyos o la que concita menores rechazos?
Las encuestas de opinión pública nos dijeron de forma insistente y a coro, que cada bloque tenía una intención de voto cercana al 40%. Del porcentaje restante algunos no van, anulan, votan en blanco… Los que terminan por elegir una opción son un puñado de ignorantes y/o prescindentes, que son los que deciden. Si esto fuera así: ¿para qué los jefes de campaña se esmeran por ganar a los indecisos que consideran ‘el centro’, políticamente hablando? El grueso de los votos ‘indecisos’ se definen a lo largo de todo el período de gobierno.
Ya se sabe la opinión de las Cámaras empresariales. Alejandro Ruibal, que preside la Cámara de la Construcción, declaró: “hay alguna cosa que le planteamos a Orsi, que es tratar de mantener los incentivos a la construcción de vivienda promovida, que es algo que ha funcionado bien”. Y -por lo que dijo antes- con importantes ‘inversiones’ de las AFAP. Nunca fueron viviendas para los trabajadores que ganan $25.000 o menos, ni para la inmensa mayoría de los jubilados. Quizá se le movió la conciencia porque agregó: “Son estímulos a los cuales el mercado reaccionó muy bien y siempre se pueden rediseñar. No estamos diciendo que no, pero hay que tratar de no frenar un sector que está funcionando bien y que genera mucha actividad y empleo”. Se sabe a qué cosas reacciona bien el mercado y que los trabajadores no suelen quedar conformes con los resultados.
Para Fernando Pache, que preside la Cámara de Industrias “Los 15 años previos del Frente Amplio fueron nefastos para el empresariado. Fueron de toma de empresas, de paros perlados, de beneficios salidos de contexto y fueron absolutamente abusivos. Años de un MTSS absolutamente flechado hacia el PIT-CNT y los trabajadores.” A los empresarios les ‘conforma’ Oddone, aunque les preocupa quién será ministro de Trabajo.
Los empresarios son optimistas, pero sin dejar de lado las sospechas. Diego O’Neill (Confederación de Cámaras Empresariales): “Hay alguna cosa que no compartimos como el insistir con el tema de la reforma de la seguridad social”.
Otro poderoso empresario, Julio César Lestido, considera que “Uno de los temas es la seguridad y el crimen organizado (…) Está la niñez, juventud y marginalidad. Uno de cada seis niños que nacen en Uruguay es pobre. En materia económica, la CCSU expresó la necesidad de controlar la carga tributaria y mejorar la inserción internacional”. El mundo de las finanzas y no pocas actividades empresariales está vinculado a tráficos y corrupciones ¿cómo se hace si no es estableciendo controles severos? ¿Por qué 6 de cada 10 niños es pobre? ¿Qué tenemos que cambiar?
Si te contestan que el país tiene que crecer para solucionar sus problemas y que la ganancia empresarial es el motor indispensable de esa travesía ¡vamos mal! No tienen tiempo, esos niños deben comer ahora. Por si no queda claro, según consigna La Diaria, los empresarios consideran que en el próximo gobierno se deberá “incentivar la inversión, tanto la nacional como la extranjera, para que se concrete, todos con las mismas condiciones, para generar riqueza, crecimiento y empleo”.
Ni siquiera el que suena más optimista, Amílcar Perea, de la Cámara que agrupa las empresas tecnológicas, pudo recordar que el FA diversificó los mercados, promovió crecimiento y redistribuyó mejor los ingresos. Tampoco se toma en cuenta el Plan Ceibal o el cable de fibra óptica, que fueron, entre otros, importantes políticas impulsadas por el FA.
La despolitización de las poblaciones es también un crimen de lesa humanidad. En la puerta de un loquero decía: “No son todos los que están, ni están todos los que son”. Vale para la categoría sanos y para la de enfermos. Para las preferencias políticas también. Se puede proceder por convicciones o por conveniencias… No suelen confluir.
No sé si estas crueles realidades cambiarían con otro tipo de campañas. Por ejemplo, una donde discutamos ¿Cuánto crecimiento es posible? ¿Cuánta desigualdad es tolerable? ¿Qué diferencias separan a liberales de socialistas? ¿Qué ideales comparten socialistas y liberales?
La docencia política es escasa, pobre y una tarea muy complicada en el incomunicado mundo en que vivimos. A esta altura me cuestiono si realmente “más vale sólo que mal acompañado”. La gran aventura de construir nuevas realidades requiere mucha gente, mucha tolerancia a la diversidad, sueños colectivos de justicia e igualdad.
En última instancia, como dijo uno de los hombres más ricos del mundo, Warren Buffet: "Hay una guerra de clases, de acuerdo, pero es la mía, la de los ricos, la que está haciendo esa guerra, y vamos ganando".