Cambiar algo para que todo siga igual: gatopardismo josefino

 

David Rabinovich

San José: “cosas oscuras” bajo la mesa

La Intendenta de San José fue consultada por el FA sobre el gasto de 10 millones de dólares en mantenimiento y reparación de maquinarias y vehículos, realizado en los 10 años de la administración de José Luis Falero. El saldo: un inventario que “está para tirar”, un fideicomiso por cinco millones de dólares y un gasto presupuestado de siete millones en máquinas, vehículos y equipos “para restablecer la capacidad operativa”. 

“Tengo mis propias opiniones pero me las voy a guardar. No es el momento de poner cosas oscuras sobre la mesa. (…) Ya va a llegar el momento de dar nuestras propias opiniones políticas. No es éste. Cualquier cosa que pueda decir puede ser la piedra de la discordia en un ámbito en el que debe existir unidad para trabajar”, contestó Bentaberri en agosto de 2021. Recordemos que durante el período anterior fue Secretaria General de la comuna. Semejante confesión de parte, exime de mayores pruebas. Mientras, el gobierno de Luis Lacalle Pou, transformado en mantra y justificación de todo lo malo que nos trae su (des)gobierno, por ‘la herencia maldita’ que habrían dejado los gobiernos progresistas. 

El fideicomiso tuvo 30 votos en la Junta Departamental. Sólo faltó el voto de la Dra. Ana María Piñeyrúa: “No voy a votar en contra de una resolución del plenario departamental de mi fuerza política, pero mi sentido de responsabilidad política me impide también acompañar la solicitud de anuencia. Con el permiso de todos ustedes, me retiro de sala.” 

Lo cierto es que durante los dos períodos en los que, bajo el mandato del hoy Ministro de Obras Públicas José Luis Falero, el parque automotor quedó en ruinas, se gastaron 10 millones de dólares en repuestos, talleres particulares, alquiler de máquinas, camiones y camionetas, tercerizaciones… La familia Falero es titular de una importante empresa de transporte internacional. Del tema, saber, sabe. 

La Dra. María Noel Battaglino (candidata a la Intendencia de San José por el FA en las últimas elecciones) advirtió oportunamente que “lo proyectado para 2021 en relación a complementos salariales basados en la discrecionalidad son Compensaciones: $ 88.256.466 (monto que se duplica respecto al año anterior); Horas extra: $ 101.523.387 (es decir, casi un 10% de los sueldos que está proyectado pagar en 2021 que son $ 1.001:690.495); viáticos sin rendición de cuentas: $ 46.774.292. Total: $ 236.554.145.” No debería ser necesario aclarar que las horas extras, los viáticos y las compensaciones existen en cualquier administración pública. Sólo que los montos que se manejan en relación a la masa salarial son muy distintos a esto y su asignación suele tener criterios menos arbitrarios.

La lista 82, por la que fue electa Piñeyrúa, en respaldo a su Edila declaró: “Los antecedentes de los gobiernos del Partido Nacional en San José no generan confianza; la opacidad, discrecionalidad y clientelismo ha sido la norma. La negativa a brindar explicaciones básicas y mínimas, abona esta posición.” Como en otros departamentos buena parte de los votantes blancos saben que eso es así. Algunos lo encuentran bien...

Por aquel entonces, en San José el total de recursos anuales previsto (2021) era de unos 54 millones de dólares ($ 2.329 millones). Los recursos de origen departamental aumentarían -respecto a 2020 ($ 1.945 millones)- un 12% y los nacionales casi un 20%. Bastante por encima de la inflación. Un incremento de 384 millones de pesos eran casi 9 millones de dólares ¿no alcanzaba para financiar las necesidades sin mayores endeudamientos? 

Se preveía recaudar por Tasa de alumbrado: $ 96:315.540 (U$S 2:240.000) y por Salubridad: $ 114:996.788 (U$S 2:674.000). Por la contribución Urbana y suburbana un poco más de $ 84:000.000 (U$S 1:950.000).

La evolución de estas tasas muestra el talante de la administración Falero-Bentaberri. En 2016 por concepto de ‘Alumbrado y salubridad’ -era una tasa unificada- se recaudaron aproximadamente U$S 2:478.500. En 2017, sólo por salubridad unos U$S 2:494.750, a lo que se agregaron U$S 1:631.290 de ‘Alumbrado’ que pasó a pagarse en la tarifa de la UTE. A esa recaudación corresponde sumar $ 25:445955 (U$S 877.448) de recursos nacionales para ‘alumbrado’ (Art. 679, Lit. A Ley 19.355) aporte del gobierno central a la iluminación pública en las intendencias. El nuevo presupuesto no considera la posibilidad de revisar ése, ni otros, ejemplos de injusticia tributaria. “Ana es Ana”, fue su lema de campaña, quizá para señalar diferencias; pero las políticas son las mismas más allá del discurso. Es la política herrerista expresada en la LUC, los presupuestos, las RR.CC. con absoluta coherencia nacional, departamental y local. “Qué pague más el que tiene más” fue un espejismo que rápidamente se esfumó. 

Lo barato sale caro

Fines de 2010: el Ministerio de Obras Públicas prepara llamados a licitación para trasladar arena de San José a Colonia. La acumulada durante 20 años sobre la margen este del arroyo Cufré por obra de “la escollera”, es la que falta en las playas contiguas de Colonia. Otra licitación tendrá por objetivo remover, de una vez por todas, el monumental montón de piedras tirado al cauce del Río de la Plata, sin estudios previos ni proyecto de obra serio” (Nota de 2010). Hubo una resolución judicial; pero, en definitiva, sólo se removió poco más de una cuarta parte y no fue suficiente para restaurar la arena en Colonia.

Las investigaciones tuvieron conclusiones lapidarias: se gastaron millones de dólares en una idea mal concebida. Declarando una urgencia inexistente, se otorgó la obra en forma directa. Todo tan mal pensado que resulta sospechoso. ¿Quiénes ganan realmente cuando las obras están tan mal hechas?

Las denuncias sobre ‘malas obras’ en San José han sido muchas y vienen de larga data: la remodelación del estadio en dictadura, la primer peatonal, la Terminal, los primeros semáforos, la piscina del Fraternidad, la parquización del Mallada, las peatonales que muestran terminaciones increíblemente desprolijas, la reparación de las calles en San José de Mayo que duran tan poco, la Plaza de Deportes en Ciudad del Plata (un record mundial), la carretera de acceso a la Boca del Cufré… Está para revisar la remodelación de calle Herrera y la plaza 4 de Octubre. Todos ejemplos de ‘cosas oscuras’ y es seguro que me olvido de algunos más. 

En torno al gasto público es común que haya sospechas; más cuando los mecanismos de control son muy débiles. Por disposición constitucional el oficialismo tiene asegurada la mayoría en la Juntas departamentales. Por razones de conveniencia económica hay una fuerte dependencia de los medios de comunicación locales respecto al gobierno departamental. Además, en San José, demasiados periodistas solían figurar en la planilla municipal y en Relaciones Públicas específicamente (aunque siguieran trabajando para algún medio). Sin un control eficiente de la Junta ni de los Medios: ¿qué queda?

Cuando las auditorías y las investigaciones sobre la evolución patrimonial de los intendentes y su entorno deberían ser de trámite, todo apunta a rebajar los controles y las exigencias. Ejemplos: Caram, Antía, Moreira.

¿Cómo se contrata? Dicen que se elige por precio, aunque se sabe que lo barato sale caro. ¿Cómo se controla? Mal y tarde, demasiadas cosas no quedan bien y luego no hay responsables ni garantías reales. ¿Cuál es el problema? La gestión. Malabarismos de la contabilidad muestran un nivel de gasto en “obras” (inversiones) que sería muy bueno y cuyos efectos acumulativos mostrarían un departamento muy diferente al que tenemos. Magias de marketing le hacen creer a la gente que las obras son más, mejores y financiadas con recursos locales. Incluso las que se pagan con plata del gobierno central.

En 2010 pensaba: El intendente José Luis Falero, que estas cosas las conoce bien, parece dispuesto a intentar algunos cambios. ¿Será capaz de romper con el esquema de gestión, personalista y caprichoso, que caracterizó a Juan Chiruchi? Interrogantes y cuestionamientos que tienen más vigencia que nunca. Falero mantuvo las peores características de la gestión Chiruchi y agregó desorden y despilfarro sin tasa ni medida. Había sido Secretario General de la comuna y luego de su siniestro pasaje por la intendencia -en 10 años la dejó en el CTI- fue premiado con un muy alto cargo en OPP. José Luis Falero resultó un experto en “hacer como que” ¿Será por eso que calza tan bien en el gobierno de Luis?

José Luis y el ‘Principio de Peter’

Principio de Peter: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.” Como corolario de su famoso principio, Laurence J. Peter deduce los dos siguientes:

-Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un funcionario que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.

-El trabajo es realizado por aquellos que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.

Con la llegada de la coalición multicolor al gobierno, se replantea el debate sobre la vigencia del famoso ‘principio’ cuando hablamos de funcionarios públicos. El nombramiento del ex Intendente de San José, José Luis Falero, en el MTOP, bien puede analizarse en esos términos. Dicho de otra forma, Falero ¿qué credenciales tiene para manejar esa cartera?

Algo de su historia. Sabemos que viene del mundo empresarial. Su familia es dueña de una importante empresa internacional de transporte carretero localizada en Capurro (San José). En 1995 es electo edil departamental de San José, en el 2000 preside la Junta. En 2005 ocupa la Secretaría General de la Intendencia. Apadrinado por Juan Chiruchi, Falero es designado candidato oficialista para las municipales de 2010: gana con el 56,5% de los votos. En 2015 es electo Senador por el sector «Todos» e ingresa al Honorable Directorio del Partido Nacional. Pasa a ser uno de los tres Secretarios. Ese año renuncia al Senado para ocupar nuevamente la Intendencia. Candidato único del PN, fue reelecto con el 57,0% de los votos.

Algunos hechos políticos. Fue Presidente del SUCIVE, a pesar de la férrea oposición de Juan Chiruchi a la instalación de un sistema único de patentes. En marzo de 2020 asume la subdirección de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el 24 de mayo de 2021, tras la muerte del ‘Guapo’, el Presidente lo nombra ministro de Transporte y Obras Públicas.

La gestión de JLF como Intendente ha sido duramente cuestionada por la izquierda. Pero también por el sector Alianza Nacional que luego de acompañarlo -en 2015 Carlos Daniel Camy fue su suplente- lo dejó sin votos suficientes en la Junta para aprobar un fideicomiso. En primer lugar a Falero se le señala un alto y persistente déficit a lo largo de los dos períodos de gestión.

Como Intendente Falero incrementó los cargos de confianza con la creación de subdirecciones. Su sucesora, Ana Bantaberri las eliminó. Igual que en otras administraciones el sistema de compras es señalado como otra fuente de problemas, así como la designación de personal. Un caballito de batalla de los jerarcas josefinos ha sido el nivel de ‘inversiones’. Simplemente se contrata todo lo posible y se contabiliza como inversión toda esa masa de recursos que se llevan las empresas en contratos que incluyen salarios y utilidades, además de los naturales costos. 

Pablo Urreta resumía (para 2017): Salarios presupuestados $ 130:000.000; contratados $ 63:900.000; Zafrales $ 14:700.000; Compensaciones $ 33:300.000; Horas extras $ 98:500.000; Viáticos s/rendiciones de cuenta $ 39:200.000. Compensaciones, viáticos y horas extras suman $ 171:000.000 y superan lo que se paga a funcionarios presupuestados. Estos rubros son de asignación discrecional: “te doy, si quiero”.

Una síntesis. No es cierto que el gobierno de ‘Ana’ (Bentaberri) sea distinto al de ‘José Luis’ (Falero); como no lo fue éste del de su antecesor, ‘Juan’ (Chiruchi). Podemos remontarnos a Felipe Chalela (1966), después vino Milton Pianzzola (1971) al que los militares mantuvieron por un tiempo en el cargo después del golpe. Los Coroneles, aplicando su criterio de la línea sucesoria no procedieron de forma muy diferente respecto a la administración del mando local. Cuando el gobierno de facto inicia su retirada, pusieron a cargo de la Intendencia de San José a Juan Chiruchi, en ese entonces Secretario General de la comuna. Éste gana las primeras elecciones después de la dictadura por poco, por muy pocos votos. Sin discontinuidad, entonces, los blancos herreristas han administrado el Departamento. Aunque cada nuevo jerarca pretenda “hacer como que” se trata de una administración nueva y diferente.

Si miramos desde el 85 para acá -como en otros departamentos- en San José hubo alternancia cero y cambio ninguno. Juan Chiruchi, después de dos periodos 85-90 y 90-95 le dejó el cargo a su secretario Jorge Cerdeña (95-2000). Es la única circunstancia en la que se puede hablar de algún cambio, aunque fuera más de ‘estilo’ que de fondo. Juan ‘vuelve’ por dos períodos más 2000-2005 y 2005-2010. Y deja el sillón municipal a José Luis Falero (2010-2020) su secretario en la intendencia. No hay casualidades sino continuidades. Falero deja la posta a la secretaria de su administración: Ana Bentaberri. No vale ‘hacer como que’; se recibe una suerte de herencia desconocida. Desde hace décadas el equipo de gobierno municipal se mantiene y el cargo se transfiere de intendentes a secretarios generales. Lo que se hizo y lo que no, es responsabilidad de todos los que integran esa rosca que logró adueñarse de la administración y -con prácticas clientelísticas archiconocidas- perpetuarse de forma exitosa. Exitosa para ellos, sus familiares, correligionarios, amigos… Protagonista central de esta historia es Juan Chiruchi un herrerista sui generis al que seguramente el viejo caudillo no hubiera avalado. Por decirlo pronto y bien: a Herrera se le toma como ejemplo de austeridad al que la política empobreció. Sus herederos se enriquecieron, rápidamente. Juan es el ejemplo del ‘vivo’ al que se puso donde ‘había’1 y que supo hacer buen uso de los cargos.

Luis Lacalle Pou es Presidente con apenas el 29% de los votos en octubre de 2019, pero el peso de ‘su gente’ en el gabinete, la administración central, las empresas públicas y las intendencias, es abrumador. No es raro, entonces, que ‘el principio de Peter’ parezca cumplirse de forma reiterada. La catarata de errores, denuncias y renuncias que acumula su gobierno no me deja mentir. J. L. Falero demostró que con el cargo de Intendente accedía a su nivel de incompetencia. La OPP y un ministerio ya lo configuran como caso paradigmático.

1 Dicen que un paisano reclamaba: “A mí que no me ‘dean’, que me pongan donde ‘aiga’ no más”.