Un plebiscito que desnuda al capital

 

Gustavo González

La brutal ofensiva desatada contra el plebiscito y los impulsores del mismo, no hacen más que constatar el acierto de haber lanzado la propuesta. Como hace mucho tiempo la intervención de las organizaciones de masas del movimiento popular ya históricas -Pit-Cnt, Fucvam y Feuu- han cambiado la agenda política del país. La irrupción de dichas organizaciones ha realizado contra varios pronósticos una gran hazaña al recolectar más de 430.000 firmas, que respaldan la posibilidad del plebiscito.

El capital y sus representantes muestran una gran preocupación que va mucho más allá del posible triunfo que pudiera haber en las urnas en octubre. Y ello porque se está hablando del capital y sus entuertos, las fabulosas ganancias, las extraordinarias exoneraciones de las cuales gozan, del gran negocio del capital financiero, etc.

Están usando el miedo como arma fundamental para descalificar de cualquier forma a las organizaciones y partidos que impulsan el plebiscito.

Golpean fundamentalmente en el supuesto problema de la desfinanciación que ocasionaría la aprobación de los puntos a plebiscitar, lo cual no pueden demostrar de ninguna manera. Siempre que se plantean estos temas, tienen que ver con cualquier tipo de avance en los derechos de los trabajadores, donde el capital ve perder su lucro permanente en cualquier campo del que se trate.

Otro aspecto que deja sin argumentos a la derecha, se refiere a la permanente cantinela de “FA-PIT” o “FUCVAM-FA”, ello porque apoyándose en la verdadera independencia política como organizaciones de las y los trabajadores han tomado posición independiente de los partidos políticos.

La tarea de la recolección fue titánica, recibiendo ataques a varios frentes, con poco dinero, pero contando con los imprescindibles militantes de a pie como fuerza incontenible.

Se abre una nueva etapa donde habrá que tensar las fuerzas, llegar a todos los rincones del país y no tengo duda que el plebiscito se cuela como gran tema de toda la campaña electoral, por la importancia que el mismo tiene.