Desde sus vivencias y sentimientos: Juan Ricardo Fazio evoca para Claridad la figura de Guillermo Chifflet
Entrevista de Eduardo Aparicio
Juan Ricardo Fazio es alguien bien conocido por el lugar que ocupa en el deporte. Jugó al fútbol en River, Bella Vista, Canillitas y Liverpool; se desempeñó como director técnico de Nacional y también de Peñarol. Resultado de esas vinculaciones pudo llevar a Fernando Morena desde las formativas de River al carbonero. También dirigió en el extranjero: México, Ecuador, Colombia y España. Desde siempre ha estado vinculado a la Mutual de Jugadores que es la agremiación de los futbolistas.
Pero también incursionó en el amateurismo con aristas militantes,- haciendo parte de unas veces desconocido y otras olvidado acontecimiento- cuando integró un “combinado” de la FEUU, que representó a Uruguay en las “contra Olimpiadas” de 1964, en Indonesia, ocasión en que ese país, bajo el gobierno de Sukarno, fue excluido por razones políticas de las Olimpiadas de Tokio- Japón.
Digamos también, cerrando esta presentación que a lo largo de muchas décadas ha ejercido el periodismo escrito, radial y televisivo.
Lo entrevistamos en ocasión de este Número Especial de Claridad porque compartió a partir de la comunión de ideales, una prolongada y profunda amistad con Guillermo Chifflet.
- ¿Cuéntenos cómo y dónde conoció a Guillermo Chifflet?
- Fue a partir de la amistad con la familia Gula- Palumbo, una amistad que mantengo hasta el presente. Fue en su casa familiar que se caracterizaba por ser siempre de puertas abiertas Constituía un jardín, un vergel, puedo decir que era una fuente de democracia profunda en la que, resonaba algún grito con la estridencia de la mezcla generacional, colándose en la polémica. Fue allí que conocí a Yuyo, así lo llamábamos nosotros a Guillermo Chifflet, quien compartía y animaba esos gratos momentos, junto a un núcleo de magníficas personas, en su mayoría estudiantes, donde reinaba un gran interés intelectual.
- ¿En qué tiempos tuvo lugar el encuentro?
- Le estoy hablando de comienzos de la década del 60; las conversaciones primeras eran sobre el fútbol.
- ¿Cuáles eran los intereses deportivos de Chifflet?
- Chifflet era un fanático de Rampla, tenia con una gran capacidad de análisis, como bien lo mostró en todos los aspectos de su vida: en el periodismo, la política analizaba a fondo las situaciones y cuando el contendiente tenia mejores argumentos no tenia empacho en aceptarlos, fue en esas circunstancias y en ese tiempo que lo conocimos y advertimos inmediatamente su estatura intelectual, moral y ética.
- ¿Y qué otras cosas lo hacían vibrar al Yuyo?
-Lo conmovían las realidades y el sufrimiento de su pueblo, el país, por eso su compromiso eterno, que ponía en todo lo que expresaba con esa particular pasión que ponía en la defensa de sus ideas.
- ¿Cómo se enlazaban los diálogos deportivos con la política?
- De la manera más natural porque el deporte en general, y en especial el futbol en Uruguay, es parte de nuestra vida Es la razón que explica la mayoría de las conquistas logradas por los uruguayos. Ellas resultan de la identificación de contienda deportiva como la continuidad de la gesta libertadora. Así lo fue con Nasazzi, que reclamó en el 24 a sus compañeros. Así fue el mensaje que le dio a los Olímpicos en el 24.
- Esta fuera de discusión que Guillermo fue un grande del periodismo, un cultor de ese oficio-profesión ¿Qué enseñanzas le dejó para ejercer el oficio como Ud lo ha hecho a lo largo de muchos años?
- El respeto por sobre todas las cosas a quien se destinaba su aporte periodístico, sea la investigación, el reportaje, la crónica, la nota, es decir al lector, al oyente; una de las razones por la cuales me vinculé al periodismo es porque a través de él conocí el mundo de las redacciones, descubrí el oficio. Yendo de su mano entraba en el ambiente de las redacciones: El Sol, Época, Hechos, Marcha y otros y fue Yuyo quien me guio e introdujo.
- Para Ud. como para nosotros, Guillermo fue un maestro, ¿de ese, su magisterio, así como de su ideario, qué puede decirnos?
-Él practicaba la firmeza en la defensa de sus convicciones sin agredir, con educación, era un hombre varonil al 100 %, estaba convencido de sus posiciones y nos ayudaba con sus enseñanzas, nos convencía a esa barrita de jóvenes que aprendíamos de esa manera de ser, con la honradez y la suavidad que lo caracterizaba.
- ¿Cuénteme por favor algunos de los rasgos que Ud. considera más destacados de la personalidad de Guillermo?
- Recordar a Chifflet me emociona, ha sido un maestro, para todos los que tuvimos la suerte de encontrarlo en el camino del sentimiento y del razonamiento, todo lo que trasmitía era a partir de una reflexión profunda, rodeada por el cariño.
Yo me permito evocarlo utilizando el presente histórico, sencillamente porque es alguien que nunca se ira de nuestros recuerdos y que siempre estará presente en la memoria y en los corazones.
Era completo, siempre sabía a quien dirigirse y cómo hacerlo; al grosero le replicaba con firmeza, pero con educación. Fue sencillamente un hombre ejemplar, con esa afirmación no regalo nada y sin duda, me debo quedar corto, por que la emoción me juega en contra cuando me toca referirme a Guillermo Chifflet.