Escribe: Naguy Marcilla, profesora de Historia (Universidad de La Plata), magíster en Historia (Univesidad de Toronto), secretaria académica de la Fundación Vivian Trías
“UBICATE” o “Quiero mi espacio”
La autora recomienda leer esta nota escuchando “Piensa en mí” en la maravillosa versión de Chavela Vargas*)
La Tierra es una esfera que flota en el espacio, sin arriba ni abajo ni costados ni márgenes. Para poder estudiarla la hemos aplanado y forzado a entrar en un rectángulo. Pero la forma en que distribuimos los continentes y los océanos en este planisferio no es única ni inmutable.
Ahora sabemos que la representación cartográfica no es neutra. Los mapas también son hijos de su tiempo.
Estamos acostumbrados al “clásico” mapa de Mercator que vemos aquí abajo. Pero, ¿no se supone que la línea del Ecuador divide la Tierra en dos mitades iguales?
Claramente el hemisferio norte está sobredimensionado: con poco más de 30 millones de km2, ocupa más de la mitad de la superficie que el hemisferio sur, que tiene más de 62 millones de km2.
Acerquemos la lupa y veamos con más detalle el mapa. Groenlandia aparece similar en tamaño a África, quizás más grande ¿verdad?
Pues mientras Groenlandia tiene 2 (DOS) millones de km2, África tiene 30 (sí, leyó bien, TREINTA) millones de kilómetros cuadrados!
Un ejemplo más cercano, ahora. América del Sur y Europa, vemos que esta última está representada también un poco más grande.
Pues en verdad, Europa tiene 6.114.200 km2 y América del Sur 17.870.218 km2 (sólo Brasil, con 8.514.877 km2, es más extenso que toda Europa reunida).
En cambio, si tomamos en cuenta las verdaderas masas continentales y ubicamos el Ecuador exactamente en la mitad del planisferio, la representación se ve así:
Así la representó el cartógrafo alemán Arno Peters en 1974, basándose en proyecciones del escocés James Gall. Su idea fue presentar las masas continentales en sus verdaderas proporciones.
Me decía un estudiante que vernos más chicos y “abajo” (otro temita el “abajo” y el “arriba”), le producía una sensación de inferioridad y sumisión.
Aunque esta proyección no ha sido aceptada universalmente y hay muchos cartógrafos que la refutan, sí nos parece que es útil para reubicarnos y repensar el mundo. Para que el “sur” se llene los pulmones del aire que le robaron los mapas y saque pecho.
Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
Estas son las proyecciones cartográficas más usuales que han marcado la visión del mundo: Mercator y Gall/Peters.
En 2016 conocimos el authagraph: la proyección del arquitecto y artista japonés Hajime Narukawa, que logró armar un planisferio que representa las dimensiones de la Tierra en un plano. Lo conocimos ahora porque ganó el Gran Premio de Diseño de ese año, pero fue desarrollado en 2009.
Utilizando la técnica del origami, segmentó la esfera terrestre en 96 triángulos, convertidos luego en un tetraedro inflado que mantenía las proporciones de cada área. Luego aplastó el tetraedro y lo desplegó en rectángulo.
Para que quepan en el rectángulo todas las masas continentales y marítimas manteniendo las proporciones, modificó la ubicación convencional y ahora el mapa se ve así:
Esta proyección salva las críticas a la proyección Gall/Peters (que, igual, nos sigue pareciendo útil conceptualmente).
Deberemos acostumbrarnos a este planisferio. Cuestión de hábito…*