Griselda Leal Rovira
Desde la época del trueque hasta el día de hoy ha corrido mucha agua bajo los puentes.
Distintas etapas que pasan por solucionar el tema del trueque, crear la moneda, luego el billete, hasta la moneda virtual.
Y de ahí en más se trató de acumular riquezas cada vez en mayores cantidades, no ya para hacer obras que beneficien a la humanidad, sino por pura avaricia de unos pocos, y son los bancos los principales protagonistas.
Hemos llegado a un punto en que estamos dominados por la dictadura del dinero, dinero que ya ni siquiera es tangible, es algo abstracto para la mayoría de los habitantes del planeta pero que nos condiciona tremendamente.
Es difícil imaginar lo que significan miles de millones de dólares en manos de pocas personas, es difícil incluso imaginar el monto de la deuda de los países, en particular al Fondo Monetario Internacional, deuda que quienes debemos pagar somos todos nosotros, los humildes habitantes que luchamos día a día por sostener nuestro presupuesto.
En el caso de Argentina, estimando la deuda en aproximadamente 167 mil millones de dólares, en base a que hay unas 47 millones de personas, la deuda ronda los 3 mil 500 dólares por cada uno.
Se trata de una suma absurda si tenemos en cuenta que la mitad de la población vive en la pobreza o la indigencia.
Cuando nos dicen que el Fondo Monetario Internacional le prestó a Argentina 40 mil millones de dólares, como ejercicio fantasioso se me ocurre pensar lo que debe ser esa cantidad en billetes de 100 dólares y cómo transportarlos en un avión, si es que alcanza con uno solo. Por supuesto que la tarea es muy simple, sólo se trata de apretar unas teclas en la computadora, algo parecido a lo que estoy haciendo en este momento.
Vivimos en un mundo absurdo y cruel. Un mundo de fantasía para unos pocos y de miseria para muchos.
La estupidez humana
Ingenuamente creíamos que el tiempo de dictadura ya había pasado a la historia, que había muerto el plan Cóndor y estábamos en otra etapa mejor, pero tuvimos dictaduras en Bolivia, Perú, Ecuador... y de pronto nos encontramos con un monstruo del otro lado del río Uruguay.
Lo de Argentina tal vez sea peor, ya que tiene un origen democrático, diríase tontamente democrático, ya que era algo previsible tratándose de un personaje de opereta, que idolatraba a sus perros tratándolos como si fueran seres superiores, de moral dudosa y entregado de pies y manos al ultracapitalismo y al sionismo de Israel.
El resultado no podía ser otra cosa que un régimen antidemocrático y a la larga una dictadura. Estaba en la tapa del libro.
Aunque la historia no comienza con Milei, hace más de 80 años que la Argentina está políticamente dividida en dos, Peronismo y anti Peronismo, con variantes que no inciden demasiado. Un Peronismo que tiene demasiados matices que van de derecha a izquierda y de izquierda a derecha y un anti Peronismo que está fundamentalmente basado en la oligarquía, pero no necesariamente.
Los gobiernos de derecha de los últimos años, particularmente el de Mauricio Macri, se dedicó, a través de los grandes medios de comunicación que le respondían, a profundizar la brecha fomentando el odio, enfocado principalmente al kirchnerismo y particularmente a denostar a Cristina Fernández de Kirchner.
No es menos importante la imagen del mal gobierno protagonizado por Alberto Fernández, que culminó con el triunfo de Milei, pese a la diferencia evidente en el debate entre Sergio Massa y el actual presidente.
Lo que ocurre en Argentina no sólo es un desastre para el país y su población, también lo es como ejemplo para otras orientaciones políticas de occidente del que vemos con preocupación un vuelco hacia el fascismo.
Aunque la locura ha ido tan lejos que está siendo evidente que ya no es viable. La estafa de la cripto moneda y los hechos de los últimos días están mostrando la verdadera cara de las intenciones de este sistema.
Por otra parte, los ídolos de Milei, Donald Trump y su consejero superior, Elon Musk, están mostrando sus intenciones de dominio de la región y más allá. El gesto de Musk de elevar el brazo al estilo nazi, además de la famosa motosierra regalada por el presidente argentino, como símbolo de recortes que han dejado en principio a miles de personas sin trabajo, no han caído bien a millones de personas acrecentando su desprestigio.
La historia se escribe todos los días y sin duda estamos en un tiempo de cambios acelerados.