Hugo Tuyá
Plebeyo, del latín: “plebeus”, (hijos de la tierra, sin antepasados conocidos) formaba parte de la sociología particular en la Roma antigua en tiempos de jerarquías adquiridas donde el título de “patricius” homologaba únicamente el nacimiento (gens) de aquellos descendientes de los fundadores de Roma: Rómulo y Remo. Desde esos remotos orígenes el sustantivo “plebeyo” ha sido catalogado, social y culturalmente, como la denominación de la clase social más “baja” de la sociedad, donde habitan trabajadores, comerciantes, informales, y demás, cuyas características generales, además de carencias en educación formal, configuran la mano de obra no calificada con menores ingresos, empleos de baja calidad, y una vulnerabilidad estructural que puede llegar desde varias generaciones pasadas. En lenguaje vulgar podría ser definido como el pueblo de a pie o “ejército de reserva”, sin apellidos de resonancia o herederos de fortunas o heráldicas conocidas, muchas veces referido en forma despectiva o estigmatizante cuando en la prensa estallan temas de violencias cotidianas. Marx dirá en su tiempo, con su joven título de filósofo, aún residiendo en Alemania, que la idea de igualdad social instalada por la burguesía iluminista constituía una ficción jurídica de un Estado que se pretendía defensor de derechos humanos universales. Se debía pasar de un republicanismo abstracto a uno plebeyo. ¿se habrá avanzado algo desde aquel siglo XIX?
Esa imagen popular precisamente fue la que, creemos, hemos visto en la asunción de la ministra Cecilia Cairo en el asentamiento Galusso de la Unión, donde, entre ministros, el presidente, la vice, y el público en general, se configuró simbólicamente una cierta presunción -a verificación de resultados- de la dirección política y social que tomaría el nuevo gobierno respecto en este caso a la vivienda, pero también deducible en otros planos cruciales, derivados o transversales como la economía, la educación, y la salud, elementos que deben formar la sumatoria de una atención integral a las necesidades imperativas de varios sectores de la población. Apenas una señal, pero esa sensación fue quizás, con los pormenores del caso, el primer golpe visual a este espectador que miraba desde una pantalla a través de TV CIUDAD lo que sucedía a varios kilómetros de distancia y soportando un calor arrollador, donde acudieron cientos de personas a protagonizar un suceso inédito y sorpresivo. La flamante ministra ya tenía una base de antecedentes propios debido a su militancia en el barrio y con los vecinos.
Hubo además tomas de mando de otros ministerios importantes que serán conducidos por mujeres, un mensaje subliminal a escasas 24 horas del 8 de marzo, lo que promete un escenario de varias interrogantes ante el hecho histórico de instituciones usualmente regidas por hombres, ahora al comando de mujeres y además feministas. Mención además para el nombramiento oficial de Juan Castillo como ministro de Trabajo, junto a un equipo de mucha capacidad técnica y una faena fundamental para la atención de la masa trabajadora. El discurso apuntó claramente a objetivos sociales y a cambios en el área de los consejos de salarios, la atención especial a los veinticinco mil pesistas, y a la reducción de la carga horaria laboral en el mediano plazo. Auspicioso como punto de partida para lo que viene y para la obtención de otros beneficios que se supone estarán en carpeta. Desde el MTSS y el MEF, institutos clave para evaluar la dirección económico-social del nuevo elenco, se pondrá a prueba el programa de eventuales transformaciones que muchos voceros, opinólogos, y periodistas “adelantan” que no tendría innovaciones respecto al anterior, lo que supone una mera continuidad de la política económica y en el tratamiento de los temas sociales, las llamadas políticas de “centro”, ante lo cual el FA deberá demostrar exactamente lo contrario, si nos atenemos a la realidad social y económica del país y a las conocidas demandas de las organizaciones de la sociedad, familiares de desaparecidos incluida.
Por otro lado, la oposición, utilizando viejas políticas de chantaje, -en este caso con la temática de los cargos en la administración- pretende de entrada, complicar la gestión del FA, discutir venias en búsqueda de mayores cargos, y dilatar la puesta en práctica de leyes o medidas de rápida concreción, haciendo realidad la idea prevista de comenzar desde un principio la resistencia sistemática a la nueva gobernanza: ya han comenzado los llamados a sala en casos en que ni siquiera las venias han sido votadas. Además de nuevos casos de corrupción en una ilación interminable desde 20201 que ha contribuido a reflotar, de parte de voceros como García, da Silva, o la ex fiscal Fossati, un trasnochado macartismo entre los operadores judiciales, el nuevo gobierno se ha encontrado con obstáculos no previstos por falta de información relevante de parte del saliente o directamente ocultamiento de datos, lo que ha generado problemas en alguna medida prometida. Como hipótesis a confirmar, y por si alguien lo sospechara, se avecinan duros enfrentamientos parlamentarios por el hándicap electoral en la cámara de diputados, donde a priori, no se puede confiar en nadie que apoye leyes que conlleven mejoras para la sociedad. Se apuesta, en nuestra opinión, y esperemos equivocarnos, al bloqueo permanente, similar a lo acontecido con la IMM.2 Como última ratio, la reconocida cualidad acuerdista del presidente Orsi puede inclinar la balanza para un lado o el otro.
Hubo más nombramientos, y la fuerza de las imágenes nos inducen a interpretaciones diversas y a ubicarnos en espacios políticos y de toma de decisiones de variada importancia. Debemos resumir, pero existen analistas, como Lourdes Roca3 que atribuyen con meridiana claridad de concepto una importancia crucial a ciertas imágenes tomadas como fuentes o representaciones únicas, a falta de otras que nunca o rara vez aparecen para el telespectador habitual:
La imagen constituye “una fuente, una representación icónica de la realidad, y un testimonio no documentado por ningún otro vestigio”, por lo tanto, un objeto de estudio tanto para la Sociología como para la Historia. Como producto de una tecnología y una mirada intencionada del artista/fotógrafo, (o cameraman) están condicionadas por una cultura, una cosmovisión social, y un objetivo concreto de hacerlas llegar a determinado público. La imagen significa “una ventana temporal a una realidad como un documento revelando pistas que no revelan otras fuentes” respecto a “relaciones sociales, de clase, de género y raza”.
Siguiendo los conceptos de Roca, -las imágenes son efectivamente representaciones del imaginario social en un momento histórico- el mensaje a través de la cámara luce como un clivaje singular por el entorno geográfico y social donde los episodios políticos sucedieron, y donde el nuevo gobierno deberá actuar para dar solución, entre tantas e imprescindibles, a la problemática específica de cada territorio. ¿Qué pasara después…? No lo sabemos. Existen profesionales con expertise en toda la nueva camada de dirigentes, pero la cercanía a los problemas, a la gente, a las posibles salidas, al conocimiento directo de los saberes desde abajo, pueden ofrecer una cierta sensación de caminos paralelos, aquellos que se utilizan para el bien común y para la pública felicidad, en palabras del presidente Orsi. Dependerá de los gobernantes elegidos y ciertos técnicos en cargos relevantes, cuyos currículos ponen en suspenso su dirección político-ideológica, corresponder a las expectativas que los primeros movimientos mostraron como positivos y que deberán desandar el campo minado dejado por el herrerismo y sus seguidores. La población espera, y esta historia recién comienza.
1 Nos remitimos al caso Besozzi.
2 Sin hacer groseras extrapolaciones, son situaciones incomparables, el hecho de conceder 40 cargos a la oposición no impedirá la munición gruesa contra el FA durante el periodo, también de parte de Salle. Viene a cuento una frase memorable de W. Churchill cuando acusó a Daladier y Chamberlain de ceder ante las pretensiones de Hitler: “optaron por la entrega y la derrota, y, además, tendrán la guerra…”. A nuestra escala, se verá qué opciones toma la oposición frente a leyes fundamentales que se supone el FA presentará en ambas cámaras, y cuáles son los puntos negociables frente a la falta de 2 diputados. Al momento de escribir estas líneas se estaban votando las primeras venias.
3 Lourdes Roca Fernández: La imagen como fuente: una construcción de la investigación social. Art. en Internet