El genocidio en Palestina continúa

 

Florencia Salgueiro

El orden internacional que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial ya prácticamente no existe, y con él se van las esperanzas de que exista un derecho internacional que le oponga alguna resistencia a las intenciones de dominación y explotación de los más poderosos sobre los más débiles. La impunidad con la que Israel sigue llevando adelante el genocidio contra Palestina es el ejemplo más cruel de esto.

 

  • Israel reconoció que utilizó la directiva Hannibal y asesinó a sus propios ciudadanos, que después contó como víctimas de Hamas.
  • Israel viola el alto al fuego, no entregando las maquinarias que se había comprometido en entregar para la limpieza de los escombros y la reconstrucción en Gaza.
  • Netanyahu se burla abiertamente de la orden de captura que tiene en la Corte Penal Internacional, y va a visitar a Trump. Como si fuera poco, le regala un “beeper” en conmemoración de los ataques terroristas que Israel llevó adelante en Líbano.
  • Israel todavía está ocupando tierras libanesas y sirias.
  • Israel usa fósforo blanco como arma química, lo que está prohibido por el derecho internacional.
  • Israel está llevando el genocidio a Cisjordania, desplazando decenas de miles de civiles de sus hogares. Sigue asesinando a palestinos impunemente.
  • Sus líderes siguen proponiendo abiertamente la limpieza étnica de Gaza. Lo dicen sus diarios, sus programas de televisión, sus radios. No tienen vergüenza.
  • Para que sus soldados no puedan ser detenidos por crímenes de guerra cuando vacacionan en otros países, en lugar de pedirles que dejen de cometer crímenes les pidieron que dejen de publicarlos en redes sociales.
  • Israel tortura a los rehenes palestinos que pueblan sus cárceles. Detenidos sin causa, ni ningún tipo de garantía, en las peores condiciones. Muchos de ellos, niños.

 

Sobre Trump ya corrieron ríos de tinta, y parece haber un consenso en la izquierda sobre que sus propuestas son delirantes y peligrosas. Anexar Gaza y convertirla en un desarrollo inmobiliario es una raya más para el tigre. A algunos progresistas, sin embargo, parece costarles un poco más soltarle la mano a Israel, a pesar de que las líneas que comparto aquí han sido ampliamente reportadas, y estamos ante el genocidio más publicitado de la Historia.

Como mínimo, Uruguay debe dejar de abstenerse en votaciones en la ONU sobre los derechos humanos de los palestinos, como comenzó a hacer en 2020 cuando llegó el gobierno de Lacalle Pou. Debería aclarar que como firmante del Estatuto de Roma, se compromete a cumplir sus obligaciones y detener a los requeridos Netanyahu y Gallant si pisasen nuestro territorio. Nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores debería, después de más de un año de genocidio, solidarizarse públicamente con el pueblo palestino, como no lo ha hecho hasta ahora.

Idealmente también podría sumarse a la denuncia de Sudáfrica por crímenes de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, y tendría que formar parte del Grupo de La Haya, un grupo de 9 países comprometidos con el Derecho Internacional. Pero no nos hacemos demasiadas ilusiones.