Milei en ADM

Griselda Leal Rovira

Tenemos cinco años por delante de gobierno del Frente Amplio que no van a ser fáciles.

Si bien estamos orgullosos al constatar que el cambio se está dando en forma pacífica, no es menos cierto que subyacen resentimientos y odios contenidos, pero lo peor es el contexto internacional y regional con una ultraderecha que se está empoderando.

Por un lado, tenemos a Brasil, que si bien ganó el gobierno liderado por Lula Da Silva, el “bolsonarismo” tiene casi la mitad de los votantes en su favor con personajes fanáticos y sin escrúpulos, pero lo peor está en la Argentina, que, aunque ganó las elecciones, hoy quienes apoyan al presidente son minoría, pero éste maneja el poder con un puñado de diputados y senadores, algunos traidores de los principios del peronismo y del radicalismo.

Javier Milei no es un traidor, siempre se mostró tal como es con las cartas sobre la mesa desde antes de asumir el poder, y de esa manera está actuando, procurando destruir el Estado y vender las riquezas al mejor postor con un mínimo de empatía por el pueblo al que debería proteger y que lamentablemente lo votó. Si logra estabilizar la economía, será a costa del hambre y la miseria de la gente.

La derecha apostó a él desde el primer momento utilizando los medios de comunicación, principalmente los canales abiertos, aunque algunos están viendo que se pone peligroso. No se trataba sólo de hacer críticas a la gestión de los gobiernos anteriores, sobre todo peronistas, en algunos casos se mentía o exageraba y se trasmitía odio y resentimiento, durante todo el gobierno de Mauricio Macri fue una constante que caló muy hondo en gran parte de la población, alimentando la famosa “brecha” y culminando con un intento de asesinato a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Por supuesto que también contribuyó un lamentable gobierno de Alberto Fernández que para colmo terminó en escándalos conyugales.

Así nos va. Y digo “nos va”, porque de alguna manera a nosotros también nos afecta. Tenemos un caballo de Troya metido en la región, es una manzana podrida de la que tenemos que evitar que nos contamine.

Ya tuvimos su primera visita y fue nefasta, por orden establecido le ha tocado asumir la presidencia pro témpore del Mercosur y no perdió la oportunidad con los alegatos ultraderechistas y fachistas de la peor calaña y además lo hizo en el marco de los almuerzos de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), que nuclea a los empresarios más importantes de nuestro país. ¡Una vergüenza!

En el acto fue recibido con aplausos, regalos y fue designado “miembro de honor” y en su discurso destacó la base moral de la sociedad capitalista de Occidente en contraposición con la inmoral del socialismo al que calificó de asesino y de terminar en catástrofe.

Con respecto a Israel, cuyo gobierno está llevando a cabo el peor genocidio de lo que va del siglo con decenas de miles de personas asesinadas y ciudades destruidas, lo calificó como hazaña civilizatoria, la base de los valores de Occidente y la lucha por la libertad.

No hay palabras para calificar los principios de este personaje que tristemente lidera un país con cuarenta y siete millones de personas y cuyo pensamiento puede influir en muchas de afuera de sus fronteras.

Una tarea muy difícil para Yamandú Orsi y todo su equipo, enfrentarse a las dificultades propias de cualquier gobierno, a una oposición envalentonada, a una región con amigos y enemigos y un contexto internacional en que la ultraderecha en los últimos tiempos ha tomado mucho poder, incluidas las empresas multinacionales dirigidas por empresarios billonarios que de hecho en ocasiones tienen más poder que los gobernantes electos por el pueblo.

De todos modos, la lucha continúa, va a ser difícil gobernar, pero más difícil revertir la situación, aunque no debemos perder la esperanza.

Es evidente que nuestro pequeño país sólo no puede hacer mucho en el contexto internacional, pero puede servir de guía y ejemplo.