La incógnita del futuro

 

Griselda Leal Rovira

La ciencia y la tecnología nos han llevado a límites que en general cuesta entender, los avances en materia de preservar la salud y prolongar la existencia cada vez dan mejores resultados, el confort que nos brindan  hace que podamos disfrutar plenamente de la vida, pero solo algunos pocos disponen de esa posibilidad. Cuando observamos lo que ocurre en nuestro planeta no podemos evitar sentir una gran preocupación, sabemos que nos rodean personas inteligentes, equilibradas, con sentido práctico... ¿pero qué pasa con aquellos que manejan el mundo, sean elegidos por la ciudadanía o no? ¿Por qué no están los mejores al frente de los gobiernos?

Sin duda que las guerras no las planifican los pueblos, las guerras siempre se llevan a cabo por los intereses de los poderosos, y hoy por hoy el mundo está inundado de guerras, provocaciones y conflictos.

Miles de millones siguen viviendo en la pobreza y cientos de millones han muerto prematuramente asesinados por luchas de poder en los últimos 150 años sin querer retrotraernos a una época más lejana.

¿Qué está pasando por las mentes de los que deciden el futuro del mundo? ¿Hasta dónde nos quieren llevar? ¿Cómo es que tienen tanto poder?

Vemos con preocupación que son muchas las personas que se dejan llevar por la manipulación de los grandes medios de comunicación y a la hora de emitir su voto se ven resultados desastrosos. Un caso claro ha sido la elección en Argentina del presidente Milei y su comitiva de ultraderecha global.

Pero no es el único, el caso de Venezuela nos ha mostrado, más allá del gobierno criticable de Maduro, que en la opinión de muchos, incluso que se consideran de izquierda o progresistas han dejado de lado el antiimperialismo, apoyando, consciente o inconscientemente a los peores traidores, aliados de la ultraderecha del imperio yankee, quienes pretenden directamente entregar su patria al enemigo que no busca otra cosa que apoderarse de sus riquezas.

Por otro lado vemos una Europa sometida a los EE.UU. aun en contra de sus intereses, embarcada con la OTAN en una guerra que parece no tener fin con millones de víctimas inocentes.

Y tal vez lo más impactante sea el genocidio de los palestinos por parte de Israel apoyado principalmente por los Estados Unidos. Es desgarrador ver cómo han destrozado un pueblo entero con tanto sadismo, llevados por una ideología soberbia basada en la creencia de considerarse superiores. Es todo una locura colectiva tristemente apoyada y justificada por muchos de quienes han sido elegidos por la ciudadanía.

¿Por qué en el colectivo ciudadano circula la creencia que “todos los políticos son corruptos”? ¿Es que no somos capaces, los ciudadanos de a pie, de seleccionar y supervisar mejor a quienes nos representan? ¿Nos han dominado las mentes de tal manera que vamos camino hacia seres “robots” sin pensamiento crítico?

Sabemos que la lucha de los mandatarios honestos y capaces es muy dura, incluso a veces pagan con la cárcel, el exilio y hasta con la muerte.

Quiero pensar que todo cambie y la única esperanza se basa en la educación, educación que pese a la voluntad de los buenos docentes que los hay, en algunos casos es adoctrinamiento, embrutecimiento, falta de cultura, chabacanería y no pasa sólo por las aulas y lo formal, la sociedad toda es responsable al igual que los grandes medios masivos de comunicación, en especial el visual.

Nos han vendido el verso de que las ideologías han muerto, de que ahora no hay izquierda ni derecha, esa es una historia creada por los fascistas precisamente porque la ideología de ellos es impresentable, solamente un desquiciado como Milei se atreve a hacerla pública y desgraciadamente algunas personas  han estado de acuerdo.

Es hora de volver a difundir la teoría del SOCIALISMO con todo su sentido humanitario, sobre todo entre los jóvenes que a esta altura se están dando cuenta que los espejitos de colores son falsos, que la esperanza de los pobres es eterna y antes llega la muerte, que los que disfrutan de una buena vida son muy pocos y son los mismos, las familias que han explotado a quienes les rodean en algunos casos durante siglos.

Que los reyes magos no existen, pero sí existen los que durante siglos se han ungido como reyes con su séquito de lacayos y ahora se agregan los modernos “reyes” dueños de grandes negocios, no siempre lícitos, con fortunas que se suman por billones de dólares y que para muchos son “ídolos”.

Es una triste realidad, pero tal vez haya que tocar fondo para poder remontar, antes de que nos ganen de mano y dejemos de ser seres pensantes.