Bitcoin, un dinero que empodera a las personas

Por Ernesto Elías Aharonian (@escuelitabtc)

Ante todo, hay que entender a Bitcoin como una tecnología disruptiva, un nuevo paradigma. Querer entender Bitcoin desde el sistema financiero actual es como querer entender la electricidad desde la luz a vela; son tecnologías diferentes, no se puede prender una lamparita con un fósforo.

Bitcoin ¿es dinero? Si. ¿Puedo comprar bienes y servicios hoy en Uruguay con él? Sí, hay comercios –pocos aún-  que lo aceptan, entre ellos algunas inmobiliarias, por lo que te podrías comprar una casa,  pero como cualquier tecnología nueva lleva su proceso de adopción. La principal virtud de Bitcoin  es ser una reserva de valor, un medio para blindarse contra la inflación.

El 31 de Octubre de 2008 Satoshi Nakamoto -pseudónimo de una o un grupo de personas- publica el Whitepaper de Bitcoin, un documento explicativo donde propone un sistema de dinero puramente electrónico, es decir: sin una versión física, de usuario a usuario sin tener que pasar por una institución financiera. 

¿Por qué surge esta necesidad? No es casualidad: un mes antes, el 15 de setiembre de 2008, la entidad financiera Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, se declaraba en quiebra provocando un efecto dominó que derivó en la mayor crisis económica de la historia. 

Bitcoin funciona bajo una red descentralizada llamada blockchain, que consiste en muchas computadoras, llamadas nodos, conectadas entre sí a lo largo y ancho del mundo. Esta red no está controlada por ningún Estado, banco, institución financiera o empresa. Yo puedo correr un nodo y no tengo que pedirle permiso a nadie. La blockchain funciona como un libro contable donde se graban todas las transacciones. Todos los nodos tienen una copia del mismo y todos los nodos se “vigilan” los unos a los otros y constatan el cumplimiento de las reglas de juego; o sea que nadie intente gastar más Bitcoin de los que tiene y que nadie modifique las transacciones que ya quedaron grabadas en este libro contable. Por el contrario a esto, cuando hacemos una compra con una tarjeta de débito o de crédito, por ejemplo -Mastercard o Visa- es la tarjeta la que anota la transacción en su propio libro contable que es privado y centralizado y es ella quien autoriza o no las transacciones, pudiendo denegarlas o revertirlas.

Bitcoin es inconfiscable

Agreguemos a lo ya explicado esta otra característica de Bitcoin: su inconfiscabilidad. ¿Cómo es posible esto? Eso es así  gracias a la red descentralizada que ya mencionamos y al uso de criptografía y electricidad; o sea que Bitcoin está protegido y respaldado por las matemáticas y la energía. En el año 2010, Visa suspendió los pagos a Wikileaks con lo cual no se podían hacer donaciones, pero esto se resolvió con Bitcoin. ¿Qué hubiera pasado si en el corralito de 2002 ya hubiera existido Bitcoin y la gente hubiera puesto sus ahorros en él?

El caso de El Salvador

En El Salvador, Bitcoin es moneda de curso legal, ¿cuáles son las ventajas de esto? La diáspora salvadoreña envía a sus familiares y amigos casi 6 mil millones de dólares al año, aproximadamente el 23% del PBI del país, con lo cual empresas parasitarias como Western Union y MoneyGram facturan hasta un 25 % en comisiones por cada envío. Además de esto, no es lo mismo tener en las arcas del estado dólares como reserva (que es inflacionario y puede ser congelado en cualquier momento por el país del norte) que tener una moneda deflacionaria y finita que no se puede confiscar.

21 millones vs el infinito

Dada la forma que fue programado sabemos que solo se emitirán 21 millones de Bitcoin y ninguno más, lo cual lo hace un recurso finito. Desde el 2020  se pueden emitir 6,25 Bitcoin cada 10 minutos aprox., y en 2024 en el mismo período de tiempo se podrán emitir 3,12 (la mitad) porque cada cuatro años ocurre el halving. Por esta razón, en 2009 se podían emitir 50. Esto no se puede modificar y los mineros - así se denominan las computadoras que a través del poder de cálculo de los procesadores y consumo eléctrico acuñan los Bitcoin- no pueden emitir más de lo que está prefijado. En cambio, la Reserva Federal de USA  puede emitir dólares a su antojo como si no hubiera un mañana. Recordemos que el 15 de agosto de 1971, el presidente de Estados Unidos Richard Nixon tomó la decisión de abandonar el acuerdo de Bretton Woods, devaluar el dólar y derogar su convertibilidad al oro; desde entonces, el dólar se emite sin respaldoalguno.

Satoshis

Al momento de escribir este artículo el precio de Bitcoin ronda los 30 mil dólares. Entonces: ¿necesito ese monto para comprarme un Bitcoin? No, porque puedo comprar una fracción de Bitcoin. Puedo comprar un 1% de Bitcoin a 300 dólares y hasta menos, porque de igual forma que un peso es divisible en 100 centésimos, un Bitcoin es divisible en 100, 000,000 de “centésimos” llamados satoshis, por lo tanto puedo comprar 0.000000001 de Bitcoin por 0,0003 dólares. Mientras que en nuestro dinero inflacionario los centésimos tienden a desaparecer, como el caso de las monedas de 20 y 50 centésimos, los satoshis tienden a valorizarse más.

Soy mi propio banco

¿Cómo compro Bitcoin? Antes de responder a esta pregunta tenemos que responder una más importante: ¿Cómo guardo mis Bitcoin?

No delego en una institución financiera que históricamente han sido generadoras de crisis. Como soy mi propio banco, debo contar con una “billetera” digital, que es una interfaz entre la blockchain y yo. Allí es donde verdaderamente están guardados mis Bitcoin. Accedo a ellos usando claves que nadie más debe conocer. Para crear una “billetera” solo debo descargar una aplicación sin necesidad de brindar datos personales -nombre y apellido, cédula, recibo de sueldo, etc.- como sí tengo que hacer para abrir una cuenta bancaria. Aquí soy solo una dirección, una combinación de números y letras. Cualquier persona del mundo con un celular y una conexión a internet, y a veces sin ella ya que se pueden usar señales de radio, puede transaccionar con Bitcoin.

¿Qué pasa entonces con el resto de las criptomonedas? Pues sucede que algunas tienen casos de uso, dicho de otra manera logran alguna aplicación práctica, pero son pocas. La gran mayoría no suelen responder correctamente a las expectativas que crean o son directamente una estafa.