Rendición de Cuentas: es la última y vale doble

 

 

Por: Jorge Notaro.  Economista, integrante del Sistema Nacional de Investigadores de la ANII y del Núcleo de Pensamiento Crítico de la UDELAR.

La próxima rendición de cuentas, que se aprobará en 2018, es fundamental por qué tiene vigencia por dos años y es la última del actual parlamento. La presión de la oligarquía rural se suma a la de las agencias calificadoras de riesgo y del FMI,  para oponerse al aumento del gasto público financiado con impuestos al capital.

 

En la próxima Rendición de Cuentas es posible aumentar la inversión pública, el gasto para mejorar las condiciones de vida de los que tienen bajos ingresos y al mismo tiempo reducir el déficit fiscal. Si el PIB crece, al mismo tiempo y en el mismo porcentaje crecen los ingresos generados en el país, aumentando el gasto público y los salarios reales en el mismo porcentaje no se modifica el peso del Sector Público en la actividad económica ni la distribución del ingreso.

 

Es imprescindible aumentar los impuestos al capital y sus ingresos -porque llevan diez años de grandes ganancias y pagan muy poco- para así poder aumentar la inversión pública y el gasto social. Las propuestas del PIT – CNT para el presupuesto en 2015 y la rendición de cuentas en 2016  estiman con rigor el aumento del gasto público necesario para implementar seis objetivos prioritarios y la forma de obtener los ingresos públicos necesarios y justifica que se apoye. (Instituto Cuesta Duarte “PRESUPUESTO NACIONAL 2016 – 2020. Análisis y Propuestas” en cuestaduarte.org.uy).

 

Como complemento se puede aumentar el impuesto al patrimonio, que es el que asegura que los que tienen más paguen más. Se requiere bajar los mínimos no imponibles, revisar los activos exonerados, revaluar los bienes inmuebles para llevarlos a los precios de mercado y aumentar las tasas. También el impuesto a las herencias, que está en consideración por el MPP, contribuye a los mismos objetivos.

 

La financiación de la inversión pública en algunas obras se puede implementar con el criterio de que los que rompieron las carreteras y los que contaminaron la cuenca del río Santa Lucía se hagan cargo de los costos, de lo contrario si se financia con impuestos se socializan las pérdidas. Es posible financiar las inversiones en Obras Sanitarias del Estado (OSE) con un adicional al Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas que grave a las actividades que contaminan la cuenca del  río Santa Lucía. La reconstrucción de las carreteras se puede financiar con peajes o con un impuesto sobre los peajes, que aumenten de acuerdo al peso transportado; en cada peaje se instala una balanza electrónica en el suelo, el peso de cada vehículo pone en marcha el cálculo de lo que tiene que pagar y el programa imprime el ticket que queda a disposición de los cajeros o se debita del adelanto para el peaje electrónico. Los fleteros transferirían este costo y lo tendrían que pagar, por ejemplo, las plantas de celulosa así como  las empresas transnacionales exportadoras instaladas en Zonas Francas y por lo tanto, exonerados de todos los impuestos.

 

El programa de gobierno del Frente Amplio proponía considerar la posibilidad de adoptar medidas en esta dirección como considerar la posibilidad de aumentar la presión tributaria a la población de más alto ingreso, a los sectores con ganancias extraordinarias o poderosos patrimonios, al consumo importado de bienes suntuarios o competitivos con la producción nacional con una muy baja calidad; considerar además un uso más selectivo de la promoción de inversiones; revisar el esquema de presiones tributarias sectoriales en función de un proyecto de desarrollo nacional al servicio de una economía que privilegie el agregado de valor; avanzar en el incremento de la alícuota del IRAE u otras herramientas tributarias para las actividades de renta excepcional vinculadas al uso de recursos naturales y la concentración de la tierra. NO SE IMPLEMENTÓ NINGUNA.

 

El debate sobre la política económica está perseguido por un fantasma: el peligro de ahuyentar a las inversiones extranjeras con la carga tributaria, los niveles de salarios o los conflictos laborales. La situación económica muestra que existe margen para aumentar los  impuestos al capital y sus ganancias, se precisa decisión política a lo que contribuye la movilización popular. Se ha dicho que para redistribuir el ingreso aumentando los impuestos al capital hay que considerar que no hay que tirar de la piola hasta que se rompa, porque sería matar la gallina de los huevos de oro. Es cierto, pero ¿la cuerda está a punto de romperse? No está demostrado, y al mismo tiempo hay indicios de que se puede romper otra piola, la que une al Frente Amplio con los sectores populares y esa es su razón de ser.*