Un congreso de unidad en el marco de las luchas de resistencia

Por Gabriel Portillo

Los días 5 y 6 de noviembre se desarrolló el XIV congreso del PIT-CNT. A partir de la mañana del viernes 5 se instalaron las comisiones de discusión Balance y Perspectiva, y la de Autoconstrucción. En la mañana del sábado en el Palacio Peñarol se desarrolló el debate en plenaria donde a su vez se votaron los documentos sobre Balance y Perspectiva, que habían presentado las distintas corrientes (PC-Articulación corriente Gerardo Cuestas, En Lucha y grupo de coordinación de sindicatos).

En la tarde se abrió el debate referido a los documentos de Autoconstrucción, y se votaron varias propuestas emanadas de la comisión Resoluciones Generales aprobándose varias mociones importantes referidas a la Educación y a los DDHH entre otras. Para el caso de la Educación se votó lo referido a la amenaza de destitución de los compañeros de San José, a nuestro juicio lo más relevante, y luego la moción sobre DDHH referido a la solidaridad con los compañeros condenados con prisión que participaron de la protesta ante el traslado de la jueza Mariana Motta después de  8 años de los sucesos. También se votó el repudio a la pretensión de liberar o establecer la prisión domiciliaria a través de un proyecto de ley de Cabildo Abierto, a los represores de la última dictadura presos en Domingo Arena por crímenes de lesa humanidad. Se resolvió también, por una mayoría importante, mantener el formato de Presidente, Secretario General y Vicepresidente en contra de la propuesta de nombrar coordinadores.

Este Congreso resultó más polémico que el anterior, con discusiones más de fondo; en particular para nosotros no fue tanto el debate sobre los documentos presentado por las distintas corrientes, que la votación sirvió como termómetro para evaluar la cantidad de congresales que tenía cada una de las distintas agrupaciones, sino el que se dio en la Comisión de Autoconstrucción, en el que participaron más de 400 congresales. ¿Qué tiene de interesante esta discusión? Se trata del cómo construimos y fortalecemos la Convención. El cómo nos organizamos para  los desafíos existentes frente a un gobierno que realiza un ajuste contra los trabajadores como forma de recuperar lo que las cámaras empresariales entienden pérdida de competitividad fruto de las “rigideces laborales” y salariales a consecuencia del crecimiento en organización y legislación a que ayudo a esa recuperación del salario y las condiciones de trabajo.

También resulta significativo en lo político considerar que la agrupación En Lucha no participó de dicho debate, quizás la negociación por el cargo de la vice presidencia era en realidad su único objetivo.

Ya sabíamos que íbamos a perder, como ha pasado la enorme mayoría de las veces, nuestras ideas son minoritarias y eso no es novedad. El tema a destacar es que se dio una buena batalla, y que dejo en evidencia las carencias en lo político de la tercera opción, En Lucha. Que no dio debate y se sumó a la mayoría, cuando públicamente habían manifestado otra cosa. De qué manera se va a enfrentar la escalada actual contra nuestras conquistas, desde lo programático. Las luchas y las alianzas son fundamentales y las formas organizativas deben estar acordes con esos objetivos.

Como era de esperar, en cada instancia congresal, también se dio el debate de la unidad y cómo se construye la misma y sobre qué bases se desarrolla. La referencia estuvo en la oratoria de todos los compañeros y compañeras que participaron, y aparece allí el mirar la unidad solo pensando en que se es unitario si se acuerda con la mayoría lo cual es una vieja costumbre. El pensar que la unidad la garantiza quien ejerce la hegemonía numérica es también un uso constante a lo largo de los años. La unidad sindical es un asunto estratégico que se construye todos los días en cada uno de los sindicatos, no solo en las instancias del congreso. Las discrepancias y las críticas no ponen en juego la unidad, y deben sumar a nuestro objetivo de incidir en cómo transformar la sociedad,  todas y todos debemos ser garantes de la unidad y eso implica asumir las diferentes miradas y posturas sobre la realidad. Las diferencias se saldan en el debate fraterno y democrático con los trabajadores y trabajadoras. En ese sentido el debate en general fue bueno y se expresaron las distintas visiones al respecto. Pero en última instancia destacamos lo que expresó un compañero del sindicato del correo “la unidad la garantizan las minorías, a pesar de ser los que perdemos siempre, seguimos estamos acá debatiendo, no nos vamos”.

Otro tema recurrente es el debate de si el PIT-CNT es una Convención o una Central, algo zanjado por el estatuto pero que muchos pretender ignorar o no asumir, transformándola en central, en algunos casos con argumentos poco serios tales como el que dió un compañero del secretariado ejecutivo remitiendo a las siglas, donde supone que los fundadores sabiamente eligieron la “C” para que tuviera libre interpretación. Defendemos la referencia de Convención no por capricho, sino por lo que implica. Participación por igual de los sindicatos que integran la MR máximo órgano de conducción y decisión entre congreso y congreso, donde cada sindicato tiene autonomía en cuanto a las decisiones políticas y acciones que desarrolla. En el proceso de unificación sindical el elemento sustantivo fue justamente que no fuera una central, aunque asumimos que somos minoría en cuanto a la defensa de la Convención.

En ese debate se dejó también al desnudó la estrategia a seguir por la mayoría del PIT-CNT (PC-Articulación) vinculando esas batallas a la perspectiva electoral del FA, como estrategia de recuperación de lo perdido. Como si el FA fuera la tabla de salvación de las y los trabajadores, como si no hubiera contradicciones que dejaron en evidencia los 15  años de gobiernos del FA, que si bien no tienen comparación con la ofensiva brutal de este gobierno, de lo que se trata es de construir una opción que resguarde la independencia de clase y la autonomía de los sindicatos con respecto a los partidos políticos, que no quiere decir que no se milite en un partido, sino que la organización de los trabajadores tiene un proyecto como clase, más allá de tal o cual gobierno ya que además en la unidad de los trabajadores existen distintas corrientes políticas que confluyen en la unidad orgánica de la clase, no partidaria. Unidad que se construye a partir del desarrollo de sus propias fuerzas y construye una perspectiva programática, política y estratégica propia. Esto es imprescindible para justamente empujar al progresismo a cambios profundos, definidos por los trabajadores, no donde la estrategia a seguir sea la alternancia en el gobierno con la tónica de la disputa por el centro político. No podemos acompañar un proceso de construcción de mayorías a los solos efectos de ganar las elecciones en el 2024.

Finalmente, luego de varias discusiones respecto a la integración de la Mesa Representativa y el Secretariado Ejecutivo, donde primero la FOEB y luego el sindicato policial proponían zanjar el debate con elecciones, se llegó al acuerdo sobre algunas bases: se amplió la mesa representativa de 43 a 48 sindicatos con 5 alternos, y el secretariado de 15 a 17 con 4 alternos. Se logró el no ir a elecciones secretas para la construcción de la Mesa Representativa a partir de este acuerdo, que por cierto incluye por primera vez, el hecho de que un sindicato polémico,  con un tercio de los votos en contra, pasa de estar integrando la convención, al secretariado ejecutivo de la misma.

También decir que hubo un crecimiento en adhesión bien interesante del grupo de la Coordinación de Sindicatos respecto al congreso pasado. Lo que los coloca como un contrapeso a la hegemonía tan particular de la agrupación Gerardo Cuesta (GC). En esta ocasión la GC también sumó al secretariado quedando como alternos a los compañeros del SUPRA y FANCAP. A su vez se suma a la FENAPES al secretariado ejecutivo. También En Lucha sumo en esa dirección lo que dio en algunas votaciones, como por ejemplo mantener al sindicato policial en la Convención, más o menos 728 a 241 votos. E incorporan de titular a la representación de AFUTU en el secretariado. La La Coordinación de Sindicatos pasó de tener un lugar en el secretariado a ocupar 3 lugares, con el SUGHU, SINTEP y AFPU, y como alterno AUTE. Queda como presidente Abdala, vicepresidente Joselo López, y Secretaria General, Elbia Pereira.

Como novedad, se aceptó el ingreso de OTRAS organización que nuclea a las Trabajadoras Sexuales, por aclamación, y a la Intergremial de formación docente. La incorporación de OTRAS demuestra una vez más la capacidad de los y las trabajadoras organizadas, de ser una referencia, y ampliar e integrar a nuevas formaciones sociales y sindicales no tradicionales. Incorporando permanentemente aspectos palpables, concretos que hacen a lo social y no estrictamente a lo social, lo cual siempre es un desafío que enriquece la discusión y mejora nuestra capacidad de acumulación.

A modo de cierre:

Dos elementos centrales que se destacaron por su consenso, una son las elecciones del BPS como mojón fundamental que tenemos en el corto plazo, y la reforma de la seguridad social que se viene más adelante y que es fundamental detener. Un avance importante en ese sentido fue el haber aprobado documento sobre el tema, elaborado de manera coordinada por el ERT y ATSS ente otros sindicatos. Y segundo, generar la necesaria capacidad organizativa para lograr la anulación de los 135 artículos de la LUC en el referéndum del año que viene.

Fue conmovedor el respaldo cerrado de trabajadores y trabajadoras a los docentes de San José que están siendo amedrentados y perseguidos por las autoridades con amenazas de destitución No se avanzó sustancialmente en lo que respecta a la paridad, que de todas maneras entendemos es una transformación de largo plazo que pasa sobre todo también por la interna de cada sindicato. Podemos decir fue un congreso donde hubo discusiones más fuertes y más de fondo que en los anteriores. El congreso cerró dejando sobre la mesa una larga lista de desafíos organizativos ya sea para enfrentar y resistir a los retrocesos y ajustes que se vienen dando en el marco a su vez de una ofensiva antisindical sustantiva, así como los ataques y las propuestas  regresivas que se están planteados por el gobierno a nivel legislativo (desde la ley de intención de “punto final” de cabildo Abierto, la investigadora contra dirigentes de la enseñanza por horas  sindicales, hasta el proyecto de reglamentación sindical, entre otros.