Una huelga de hambre rodeada de pueblo

Escribe Gabriel Portillo¨*

 

El conflicto del sindicato del gas con la multinacional brasileña Petrobras marco uno de los escenarios de confrontación de clases más importante de los últimos años. Por qué razón decimos esto, porque allí se vislumbran al menos dos aspectos emergentes, uno que tienen que ver con las políticas de ajustes represivos de la empresa, y otro que hace a la pasividad del gobierno lleno de vacilaciones sobre el qué hacer, no solo en materia de la defensa de los trabajadores, sino además en cuanto a la defensa del servicio público del gas por cañería.

Las consecuencias de esta  política errática en materia de infraestructura energética en este caso del gas natural, deja como saldo una transnacional a la que poco y nada le importa el servicio público que brinda y a un Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) con pocas ganas de disputar y confrontar con ella. El desenlace de dichas políticas trajo aparejado duros enfrentamientos del sindicato con la transnacional.  Este enfrentamiento, esta ofensiva contra los trabajadores del gas que viene de largo, donde hace menos de un año, concretamente en diciembre 2017 termino también con una huelga de hambre, obligó nuevamente a desarrollar una segunda huelga de hambre en este Octubre pasado. Y nos queremos detener un minuto para comentar lo que significó dicha medida a partir de una combinación de lucha, propaganda, acción social y política, en un desarrollo ejemplar la huelga quedo rodeada de pueblo, lo que permitió salir airosos de este desafío. Es importante reflexionar cómo a partir de una medida extrema se logró una solidaridad más que importante que incluye ni más ni menos que un paro general parcial de la Convención (Pit-Cnt) en solidaridad con dicha lucha, con la participación de una delegación de trabajadores de Brasil, Argentina y Paraguay, todo lo cual debe ser un aprendizaje para el movimiento obrero y sin duda materia de orgullo como clase.

Habrá que ver como transcurren las negociaciones y los acuerdos entre los meses de Noviembre y Diciembre en cuanto al reintegro de los compañeros. Sin duda, este es un conflicto que tiene ya una larga trayectoria, por lo que la solución final está abierta y las expectativas son tomadas con cautela. Petrobras demostró que es capaz de llegar a fondo en su intención de destrucción del sindicato en pos de su objetivo central, que no es precisamente la mejora del servicio sino el arrebatar un monto elevado de dinero para Uruguay a través de las demandas y juicios en el CIADI. Habría que preguntarse si estas son verdaderamente las inversiones que queremos vengan a nuestro país. Lo que sí sabemos es que al igual que en diciembre 2017 se encontraron con la resistencia inclaudicable de un sindicato clasista y combativo, una vez más David derroto a Goliat.

 

  • Ex-dirigente de AUTE. Coordinador del Frente Sindical León Duarte. Integrante de la dirección del PVP.