La paralización del sector por voluntad y decisión de los patrones (virtual lockout) continúa, hace 6 meses que la mayoría de la flota no sale a capturar.
En Uruguay el sector pesquero vive situaciones estructurales muy importantes, en gran parte atribuibles a la falta de políticas públicas y un rol proactivo del Estado, que ha dejado la explotación de este recurso de gran potencialidad económica y valor estratégico, a merced de la iniciativa privada. Esta inacción explica porqué estamos inmersos en la siguiente contradicción: hace por lo menos una década que la captura es menor a los límites fijados en casi todas las especies; mientras paradójicamente se conocen estudios que señalan las posibilidades de expansión. Algunos de ellos establecen que los 42 millones de dólares anuales que produce el sector podrían transformarse en 120. La cantidad de personal ocupado también se incrementaría significativamente; si en su mejor año (2011) la pesca generó 3 mil empleos directos, para lograr extraer todo el pescado admitido se necesitarían 2.269 trabajadores más.
Los patrones quieren arrancarle beneficios al Estado, tanto en el ámbito del BPS y el BSE así como una rebaja en el precio de los combustibles.
Armadores y gobierno son responsables de la situación. Días atrás el gobierno montó un acto de provocación, reprimiendo duramente a los trabajadores, al amparo del espíritu de la LUC, y en una mini réplica de laboratorio del accionar de Bullrich en Argentina. Los políticos, gerentes de la burguesía, sin muchos “ritornelos” se convierten en represores y de ser necesario en esbirros, saben bien por reflejo de clase que no se puede vacilar, ni ahorran medios en la defensa de los intereses que representan.