Escribe: Garabed Arakelian
Una buena noticia, diría que auspiciosa, se difundió con fotos y demás, el pasado 21 de agosto ilustrando la reunión mantenida por una delegación del PIT-CNT presidida por Fernando Pereira, e integrada por la vicepresidenta Soraya Larrosa y el secretario general Marcelo Abdala con el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, cardenal de la Iglesia Católica, con el propósito declarado de trabajar en conjunto en proyectos de educación y trabajo.
De acuerdo con el comunicado oficial que se difundió, Abdala dijo que habrá un seguimiento en estos temas para “encontrar caminos de desarrollo inclusivo”, y explicó que “Desde el PIT-CNT se está dialogando con “todas las instituciones importantes del país, en clave de pensar la actual revolución tecnológica, la automatización y los cambios en el mundo del trabajo, para generar políticas que permitan concebir el trabajo como un aspecto central de la vida humana”.
Por su parte Sturla señaló que “la iglesia tiene mucho que aportar en educación, de acuerdos a sus posibilidades. Concretamente con chicos que tienen su salida en el INISA (Instituto Nacional de Inclusión Social y Adolescente)”. En este sentido, realizan acompañamiento, seguimiento y visita a hogares.
Para la iglesia, “el tema de la educación en los barrios más vulnerables es muy importante y podemos hacer cosas juntos (con el PIT-CNT)”, indicó Sturla este martes, luego del encuentro que tuvo lugar en la sede del arzobispado, en Ciudad Vieja. Ambas instituciones destacaron la necesidad del diálogo entre las dos instituciones, cuyo objetivo se enmarca en la educación, la importancia democrática y la negociación colectiva.
Junto al PIT-CNT, compartirán visiones, documentos y trabajarán en conjunto con políticas desarrolladas en el INISA. Según indicó Abdala, estudiarán proyectos y propuestas.
Afortunadamente para este sector desprotegido de la sociedad son cada más las personas y organizaciones que se interesan por ella y su destino. A la señaladas se deberán agregar, las propuestas concretas del ex comandante del Ejército, Guido Manini, ahora al frente del partido “Cabildo Abierto”, con respecto a los “ni,ni” para que su sector se hiciera cargo de la capacitación de ellos.
Dada la, digamos “buena onda”, existente de manera objetiva y declarada entre la Iglesia Católica y el Ejército a través de sus representantes, no será difícil encontrar esa integración, considerando la coincidencia existente en temas más complicados como es la de adjudicar la maternidad y el padrinazgo de la patria a la iglesia y al ejército. Será bueno en esta conjunción que una fuerza política exitosamente incorporada a la actividad política en claves democráticas, como lo es Cabildo Abierto, se integre a la tarea educativa y de formación de las futuras generaciones.
Como lo expresa la delegación del organismo que representa a los trabajadores, en ese planteo ecuménico de incorporar a otros sectores importantes no se podrá dejar de lado a los constructores, a los albañiles, no precisamente a los del SUNCA que no quedarán excluidos, sino a los masones. Factor de innegable presencia con la escuadra y el compás, que posee antecedentes válidos en este campo de la formación y habilitación de sectores marginados.
Con este simple planteo se abre un formidable panorama de inusitadas posibilidades de inclusión y trabajo conjunto que sin duda atraerá a nuevos actores dispuestos a dar su colaboración de la forma que sea, interesados por el objetivo que abarca no solo áreas dan diversas sino también propósitos diversos.
Habrá que regular con atención para que el entusiasmo no lleve al desborde y en su afán de participar se presenten quienes no justifiquen debidamente su presencia. Seguramente la inclusión tendrá en su fase final la creación y existencia de puestos de trabajo. En esa loable actitud inclusiva no se debería dejar de lado a las instituciones oficiales que ya existen y se dedican a esa tarea y algo han hecho y que quizás, si también a ellos se les da la oportunidad, puedan aportar alguna experiencia.