Referendum ¿y después?

Por Carlos Peláez

Se puede ganar un partido de fútbol con un penal mal cobrado sobre la hora y ese resultado será el que cuenta para el campeonato.

Pero en términos político-electorales no es lo mismo ganar por un voto que por un millón.

El resultado del referéndum del pasado 27 de marzo determinó que los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración que se pretendía  impugnar, seguirán vigentes.

Fue el secretario de presidencia Alvaro Delgado quién introdujo en campaña el concepto de que “este era un referéndum a favor o en contra del gobierno”.

Pues si vamos a los resultados oficiales fueron más los que no apoyaron al gobierno que los que lo hicieron, aunque las normas electorales digan otra cosa.

Si sumamos los 1.078.425 votos por SI, claramente opositores a la ley impulsada por el gobierno, más los 82.461 anulados que por múltiples razones tampoco apoyaron la LUC, tenemos 1.160.886 ciudadanos.

En tanto los 1.108.360 que votaron NO derogar más los 29.121 votos en blanco que por ley se sumaron,  nos dará 1.137.481 ciudadanos.

Como dato no menor, los votos anulados fueron poco menos del doble que  los emitidos en la elección nacional de octubre del 2019. En tanto los en blanco fueron muchos  menos..

Otro dato no menos importante es que la ultraderecha encabezada por el coronel (r ) Arquímedes Cabrera, integrante de Cabildo Abierto, y la escritora Mercedes Vigil, sufrió un rotundo rechazo. Ambos convocaron a votar en blanco para “decirle no a la izquierda, y marcarle el rumbo al gobierno de Luis Lacalle Pou”. Nadie les dio pelota.

Como se puede apreciar, y al estilo de comentarista de fútbol después de un partido, el resultado del 27 admite varias  lecturas.

Lo único cierto es que Uruguay , desde el punto de vista político, tiene dos mitades casi iguales.

Dale tu que te toca a ti  

En estos dos años de gobierno, Luis Lacalle Pou a  caballo de la pandemia logró sin sobresaltos imponer su Presupuesto Quinquenal y la Ley de Urgente Consideración.  Pero ahora sin pandemia, la historia puede ser otra.

En los 15 días que han transcurrido desde el referéndum, la Coalición de gobierno y el propio Partido Nacional, empezaron a mostrar fisuras.  

Incluso no hicieron la misma lectura del resultado del 27. Para muchos dirigentes fue un toque de atención.

En la acera de enfrente tienen mucha tarea para hacer. En principio porque no todos los votos por SI son frenteamplistas. Cómo  ganar a esos ciudadanos blancos y colorados que votaron derogar porque sencillamente no estaban de acuerdo con lo que decía la LUC y ahora se encontrarán con la disyuntiva de su aplicación, es uno de los grandes desafíos de la oposición.

Pero también deberán encarar de otra forma su trabajo en el interior donde, salvo dos excepciones, fueron estrepitosamente derrotados.

Según explicó Eduardo Botinelli, el 27 de marzo el gobierno perdió 100.000 votos y el FA ganó 15.000 en relación a noviembre del 2019.

 Pero el Frente Amplio no debería tomar ese dato como apoyo a sus políticas.

Hay un enorme escenario en medio donde se mezclan muchas cosas. De lo que ocurra de aquí en adelante dependerá lo que pase en el 2024.

El gobierno intentará acelerar su plan de reformas y eso tendrá  repercusiones en la calle.

Aunque a centenares de miles que viven en condiciones difíciles le importan otras cosas, como el empleo, los bajos sueldos, la pérdida de salario, el aumento de combustibles y tarifas públicas, la inflación y la carestía, la inseguridad.

Las elecciones se ganan por dos razones: la gente quiere ganar dinero y que no se lo roben. Por eso perdió el FA y por eso podría perder la Coalición.

El nuevo escenario político

Para este referéndum Lacalle mostró su condición de líder. Se puede hasta decir que lo ganó él. Pero el problema es que no puede ser candidato en el 2024 y por ahora en el PN no se vislumbra a nadie con su potencial.

¿Cómo van a jugar sus socios de la Coalición? es todo incógnita. Sanguinetti anunció que “esta sería su última campaña”, pero veremos. En cambio se puede apreciar que el Partido Colorado tiene ante sí el grave problema de su casi extinción. Porque no tiene otro líder ni candidato visible y decidió disputarle la derecha a Cabildo Abierto, dejándole un espacio grande al Frente Amplio que peleará por los votos batllistas.

Manini tiene aspiraciones y muchas contradicciones con el gobierno. Y a medida que avance el tiempo todo indica se profundizarán. Van a pelear por presentar su propio candidato a presidente. Y está claro que esa figura es Manini no Salinas a quién ya acordaron sacar para un cargo internacional.

Del lado del Frente Amplio nada son rosas. Tanto Carolina Cosse como Yamandú Orsi parecen más preocupados en sus propias candidaturas que por resolver una interna complicada.

Desde el año 2005 el FA en el gobierno abandonó a la militancia. Pero en cada oportunidad los militantes de a pie estuvieron al pie del cañón. Lo hicieron para el ballotage, para juntar firmas y para el referéndum.

Cómo el FA va a tejer de nuevo esa relación con sus bases, parece ser su gran desafío.

A propósito del interior

Precisamente  en el interior surgen algunos datos interesantes.

En el litoral perdió el SI en Salto, donde gobierna el FA y ganó en Paysandú donde gobierna el PN.

Rivera es inalcanzable para cualquiera que no sea colorado. El NO logró 52.000 votos (73.55%) y el SI 18.000 (25.41%) el resultado más amplio de todo el país.

Artigas, Flores, Cerro Largo, Treinta y Tres y Lavalleja están lejos de cualquier posibilidad del FA:

En San José, Río Negro, Rocha y Soriano tiene un escenario posible.

En Canelones y Montevideo todavía está lejos cualquier cambio de partido en el gobierno.

Maldonado es una singularidad. Si bien ganó el NO por 18.000 votos, el resultado está lejos de las aspiraciones de Enrique Antía y de la indigna dilapidación de recursos en publicidad que hizo. La Coalición de gobierno  con Darío Pérez perdió 7.500 votos en relación a las departamentales del 2020. En cambio la oposición sin Darío Pérez ganó 16.000 votos.

¿Y después?

Lacalle gobierna para los ricos. Los números lo ratifican. Los trabajadores y jubilados ganan cada vez menos. En cambio los empresarios y exportadores tienen depósitos bancarios de 4.000 millones de dólares.

El ministro del Interior no acierta una y el de Defensa tiene un afán de protagonismo intolerable hasta para los propios militares. Nadie sabe cuál es la política exterior de Uruguay.

La carestía y la inflación parecen incontrolables, pero el ministerio de Economía propone quitar por un mes el IVA al asado y a algunos panificados.  

Tendrá que lidiar con Manini y su “baracutanga” que tiene sus propios intereses y no se la harán fácil. Con un Partido Colorado en proceso de extinción, y con un Partido Nacional que empieza a mostrar grietas.

Pero además en esta campaña irrumpió un factor preocupante y sobre el que habrá que estar atento: la censura a la publicidad de la oposición.

Lacalle ahora tiene toda su ley vigente, la pandemia está controlada, ya no hay excusas.

Afuera de Casa de Gobierno hay un pueblo que deberá enfrentar el invierno con problemas de alimentación y vivienda, con sueldos miserables, víctima de la inseguridad. A esos no le importa la reforma previsional, ni el TLC con China, ni siquiera la guerra con Ucrania.

A esos no les interesa una “selfie”, su mundo es otro y tiene urgencias.