Por Eduardo Aparicio
Desde Claridad estamos convencidos de la necesidad de enfrentar globalmente y en todos los planos la ofensiva conservadora y entendemos que la Luc es un hito, un momento importante de esa andanada. Pero el proyecto conservador y regresivo tiene un programa que va de la mano con una hoja de ruta que las derechas han puesto en marcha, con pulso firme y a su estilo. Porque si algo caracteriza sus opciones y apuestas, es que conciben su accionar dentro de una visión de integralidad de sus propuestas y ataques asociados.
La reforma de la Seguridad Social estuvo integrada en el cuerpo de la Luc: una serie de normas de la ley ómnibus la incluyen. Todo ese capítulo de la Seguridad Social fue votado por la oposición progresista y no hace parte de los 135 artículos que se someten el próximo 27 de marzo a consideración del cuerpo electoral, en el plebiscito promovido y logrado por las fuerzas populares.
Hacemos parte de quienes piensan y defienden que las respuestas a la ofensiva conservadora también tienen que ser integrales pues pese a no haberse planteado la derogación de cuerpo de normas que indicábamos, hay disposiciones en la Luc, hoy vigente, que dan cuentan de esa integralidad, poniendo en evidencia los entrelazamientos que existen. Nuestro compañero Luis Vignolo, apoyado en una muy seria, rigurosa y meticulosa investigación periodística, en cuyo proceso de elaboración encontró muchos silencios y dilatorias para informarse a través de referentes del movimiento popular (parlamentarios, dirigentes sindicales y políticos expertos) nos alertó sobre uno de ellos: el art 285.
Nos preguntamos por qué, parte de los esfuerzos hoy desplegados tesoneramente en la campaña por el SI, no se focalizan sobre este mecanismo. Hasta ahora no tenemos respuestas, tan solo hemos viso circular en las redes una advertencia en clave de ukase, ordenando la no difusión, la no utilización de la denuncia del art 285 en la campaña.
Las interpretaciones posibles a esta eventual negativa tácita, son múltiples y variadas, pero ahora nos centraremos tan solo en algunas pistas.
Vamos a señalar dos influencias que podemos tildar de grises que tienen mucho que ver con lo antes indicado.
Primero, sabido es que el tema AFAPs no genera unanimidades en el campo popular. Importantes sectores políticos y sociales fueron favorables a su creación, habiéndose dividido las aguas desde ese momento.
A lo cual debemos sumar que, con fundamento, el sindicalismo del sector público tiene una aprensión y rechazo global a las Sociedades Anónimas contraladas por el capital estatal, ya que han sido herramientas de privatización y tercerización, facilitando el abandono parcial y progresivo de los roles económicos comerciales de los entes autónomos, al tiempo que iban configurando una ingeniería que facilita eludir los mecanismos de control en la gestión de los organismos estatales. Postura más que comprensible y compartible, pero que tal vez los ha llevado a no querer introducir en la campaña por el SI nada referente a estas sociedades.
Segundo, las posturas sostenidas en el tiempo por una parte del progresismo. El martes 22 de febrero último, Guido Manini Rios remató su intervención en el debate político sobre el referéndum del 27 de marzo, con una formula retórica que daba cuenta de la existencia de un eje Astori - Bergarista en la concepción y orientación económica del Frente Amplio. La astucia discursiva del general, rápidamente encontró la réplica en las filas frenteamplistas que hablaron del eje AA, (Arbeleche-Alfi). Mas allá del ruido de los fuegos de artificio que el cruce de la enunciación de tales ejes suscita en el debate ciudadano y en particular en los intercambios que se prolongan a través de las redes sociales, y lejos de cualquier cercanía con las posturas del general cabildante; esos binomios reflejan líneas de pensamiento y acción económico social.
En nuestro abordaje de los temas de la seguridad social, reconocemos las coincidencias y postura de Danilo Astori y Mario Bergara, en gran medida plasmada en su apoyo de algunos aspectos de la reforma (1996) particularmente en lo que se refiere al ahorro individual y la creación de las AFAP.
Claro está que no alcanza con intuiciones y pálpitos, habrá que esperar un poco para saber cómo se paran frente el proyecto reformista conservador, nunca es bueno prejuzgar. Ahora bien no tenemos dudas que se debe insistir en que las posturas diferentes, divergentes, en el seno de las fuerzas populares, emerjan a la superficie, para que las contradicciones afloren y a través del debate y de la acción, se pueda construir la cartografía de las mismas y a partir de ella procurar una unidad acción, hasta donde sea posible, sin renunciar a principios, valores,
Acumular es solo sumar y hay que saber los límites de las síntesis, concepto que por momento se ha tornado en un leitmotiv en filas del progresismo y la izquierda.
El movimiento sindical, mayoritariamente tuvo una posición contraria a su nacimiento y se expresó por la eliminación. Durante los tres gobiernos progresistas el tema quedó entre paréntesis al tiempo que algunos, desde sus lugares de gobierno, fueron variando sus posturas.
Representantes del Frente Amplio, del movimiento sindical, de las organizaciones de pasivos, participaron de la Comisión Expertos (CESS) que creó la LUC la cual, luego de varios aplazamientos produjo sus recomendaciones. Algunos que participaron del grupo de expertos en nombre de las fuerzas populares, al término de este proceso y con las recomendaciones sobre la mesa (no votadas por ellos) dijeron que querían AFAPs “reformadas y mejores”; cuando en la intencionalidad reformadora de las derechas queda de manifiesto la pretensión de extenderlas.
El sindicato de los trabajares de la Seguridad Social (ATSS), que no participó de la CESS, ha elaborado el único proyecto global y alternativo, su difusión, conocimiento y discusión en el movimiento sindical, fue escamoteado.
Finalmente, lo hizo suyo el último Congreso del PIT-CNT, ante la carencia de otras propuestas globales y sistemáticas, en un pronunciamiento que, por el momento no ha dejado de ser declarativo, es decir, un mero saludo a la bandera, ya que no existen indicios que la desdigan.
También ATSS junto con otras fuerzas lanzó el Movimiento de Defensa de la Seguridad Social, este llamado fue respondido sin titubeos por una de las más poderosas organizaciones del país: FUCVAM que adhirió antes del Congreso del PIT-CNT, optando por la tesitura de hacer suyo in totum el proyecto de reforma de ATSS.
Todo indica que por el momento en el desarrollo de la campaña del SI se ha impuesto la posición de recorrer etapas delimitadas y estancas. Es decir, primero juntar las firmas, luego encarar la campaña por el referéndum, y dejar para un tercer y posterior momento la lucha contra la reforma. Tal vez gravite el que no haya todavía un proyecto que tenga estado parlamentario y porque pesan las diferencias que existen en el campo popular por lo cual se quiere tirar la pelota para adelante.
Claro está que para enfrentar las pretensiones reformistas no es indispensable que esté instalada la discusión parlamentaria. Pero si se puede y debe explicar, informar, difundir, tejer en todo momento y circunstancia contra estos planes reformistas.
Corremos con una gran ventaja, la percepción y sensibilidad de la mayoría de la ciudadanía favorable a una seguridad donde prime la solidaridad y eso quedó demostrada en la reforma.
Como bien se advierte en el artículo periodístico “ Luc privatiza Republica AFAP”(Claridad N° 51 febrero 2022), muchos ciudadanos, obligados, se refugiaron en “Republica Afap”, siguiendo, en línea con una vieja tradición nacional. Análisis fundados y concienzudos señalan que la ley que crea las AFAPs estableció la posibilidad de que “ El Banco de Previsión Social, el Banco de la República Oriental del Uruguay, el Banco Hipotecario del Uruguay y el Banco de Seguros del Estado, actuando conjunta o separadamente podrán formar administradoras, de las cuales serán propietarios”. En buen romance así nació Republica Afap, pero la facultad de constituir administradoras de este tipo sin indicar que puedan ser propietarios exclusivos. Pero ahora sí, sabemos que la LUC contempla un mecanismo, que puede generar una participación privada en Republica Afap.
El carácter lucrativo de las administradoras en general, y vale para todos ellas, incluida Republica, hace que en una hipotética participación de capitales privados, se vea reforzada la lógica lucrativa, la que hace parte de una lógica y tendencia de colisión entre la acción lucrativa y la Seguridad Social concebida, estructurada, en clave de derechos y no productos mercantiles y financieros, sino vista como un derecho fundamental y social.
Podemos allanarnos a que este no es el momento para dar una batalla frontal contra la existencia de las AFAPs; pero asimismo nos afiliamos a la postura de que no se puede dejar correr sin más el riesgo, que estas amplíen su radio de acción en base a una dinámica que acarrea perjuicio a sus afiliados. Basta con informarse acerca del promedio de rentas que sirve el segundo pilar, para corroborar que los cantos de sirenas (emitidos en un amplio arco de defensores, donde figuran muchos progresistas) que décadas atrás anunciaban complementos robustos a las prestaciones del sistema de reparto; se han esfumado, han desaparecido como la arena que se pierde entre los dedos de la mano, para todos aquellos que perciben remuneraciones bajas y medias. Es por eso que constituyen legión, los hombres y mujeres que al fin de su vida laboral se topan con montos insignificantes como pagos de la renta generada en el sistema de ahorro. La lógica instalada, lleva necesariamente a que esto se profundice aun más.
Advertir sobre todos estos peligros, sobre tales riesgos, es algo que se puede y debe hacer en el marco de esta campaña por el SI, en sintonía con esa inclinación ciudadana de defensa de una seguridad social, estatal, solidaria y no lucrativa.
Ahora el peligro no es solo para mañana, el ataque ya lo tenemos instalado, provocando estragos en las condiciones de vida de miles de pasivos uruguayos, que hace 2 años vienen sufriendo en sus bolsillos, en el cotidiana, su peripecia vital los efectos de una política clara, deliberada, la de la coalición gobernante.
Los resultados macro económicos que el gobierno exhibe con triunfalismo desbordante se asientan en la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores de hoy, y del ayer (jubilados y pensionistas), que han recibidos ajustes de sus prestaciones inferiores a la inflación, perdiendo poder adquisitivo ya que en los dos años de gobierno multicolor acumularon una pérdida del 3.63%. No se trata de algo casual, momentáneo, episódico, es parte de una política integral presente hoy y que será trasladada a la mentada reforma, porque es parte integrante de su modelo económico y social.
Todos estamos contestes que el 27 de marzo no se juega una elección de mediano término, sino que estaremos frente a un instituto de democracia directa; el debate que se activa a través de la campaña tiene y está sobre determinado por acentos y tintes ideológicos. Entonces aquí y ahora tenemos un ejemplo y una oportunidad inmejorable, para empujar en la dirección de la construcción de hegemonía dentro de la forja de una nuevo sentido común dominante. Si que podemos hacerlo, con decisión, habilidad e inteligencia. Para lo cual se requiere audacia y alejarse de visiones dogmáticas, influida por el peso del liberalismo, que ha ido penetrando, colonizando por la vía de cosmovisiones progresistas que otorgan una primacía a la economía de mercado, que compraron paquetes de tercera vía, y que mal que le pese a muchos son tributarias de concepciones socialdemócratas claudicantes, o de social liberalismo que no es otra cosa que una suerte de epígono de estas.