Por Laureano Bonavita
En el año 2020, en uno de los tantos debates que se dan en el parlamento español, un diputado de Ezquerra Republicana Catalana se refirió a la derecha como “la derecha asilvestrada”, dicha afirmación me pareció pintoresca y debo confesar que en ese momento no entendía que quería decir pues realmente desconocía el término “asilvestrado”.-
Buscando en el diccionario encontré que “asilvestrarse” significa “Volverse inculto, agreste o salvaje.” Y asilvestrado, en una de sus acepciones, se refiere a un animal doméstico o domesticado que vive en las condiciones de un animal salvaje.-
Una vez despejada mi ignorancia y escuchando el mencionado discurso lo que comprendí es que el diputado se refería a la ultra derecha de VOX, con su discurso xenófobo, racistas, machista-patriarcal por no decir directamente fascista y cómo este discurso está arrastrando al resto de la derecha española representada por el PP y Ciudadanos, pero principalmente se refería al PP que pasó de tener un discurso de centro-derecha a un discurso lisa y llanamente de la derecha más rancia de España, no en vano formaron con VOX gobierno en Andalucía y Madrid.
Haciendo un símil con nuestro país noto que este fenómeno de alguna manera se replica por estos lares. Es así que en los partidos tradicionales dentro de sus filas tenían sectores francamente de derecha o ultraderecha pero que de alguna manera eran contenidos por la institucionalidad partidaria, aunque cuando estos sectores dominaron sus partidos, me refiero principalmente al pachequismo en el Partido Colorado, sabemos a qué abismos nos llevaron.
Hablando en un sentido metafórico diríamos que la manada estaba contenida en ese corral en el que históricamente se equilibraban dentro de los partidos tradicionales: el Partido Colorado mantuvo en sus filas a batllistas y a riveristas y en el Partido Nacional convivían un Daniel Fernández Crespo con herreristas y hasta con los sectores ruralistas liderados por un ex colorado como Benito Nardone.-
Con el gobierno del Pacheco el Partido Colorado perdió gran parte de ese batllismo que terminó en el Frente Amplio junto a la Izquierda y sectores del Partido Nacional que se escindieron de aquel.-
El autoritarismo desembozado llevó a una crisis política que terminó en el golpe de estado del 27 de junio de 1973, y a criterio de este humilde “opinador” es cuando la derecha salvaje tomó el poder para imponer sus ideas en la dictadura que asoló nuestra Patria.
Esa ultra derecha se ensañó con el Frente Amplio y las organizaciones sindicales, mostró de lo que eran capaces con tal de aniquilar al “enemigo apátrida” que se había infiltrado en todas las instituciones, persiguió, torturo, asesino y desapareció a muchos sus miembros, pero también mostro al pueblo que el cuco del “comunismo” no era más que eso, discurso que si bien se atemperó con el advenimiento de la democracia quedó latente en muchos sectores que integraron e integran los partidos tradicionales y, más que nada en el Partido Colorado, seguían existiendo sectores o personas con ideas que podemos calificar de ultra derecha, sus referentes y sus discursos autoritarios eran de alguna manera mitigados por la institucionalidad partidaria o al menos lo disimulaban muy bien.-
Con el triunfo del Frente Amplio en octubre de 2004 esa derecha mascaba su bronca en un relativo silencio, pero no iba a quedar así, por una parte en el Partido Colorado sus votantes más de centro lo abandonaron y lo mismo sucedió a la larga en el Partido Nacional, en donde a la fecha dominan claramente los sectores de derecha como son el herrerismo, del viejo wilsonismo poco o nada queda, ha vuelto a ser el partido del catolicismo tradicional, con el agregado de los fundamentalistas neo pentecostales y la oligarquía criolla.-
Retomando la metáfora, en la última elección se abrió el corral y un macho alfa de la manada se asilvestró, y como tal formó su propia mandada y con ella arrastro a otras manadas. -
Es claro que la derecha asilvestrada que representa Cabildo Abierto está tratando de imponer su relato y su agenda y lo peor del caso es que lo está consiguiendo, arrastrando con ello al resto de la coalición que integra y que hoy nos gobierna. -
Y eso lo vemos en la ley de urgente consideración, que impone una agenda autoritaria, pues las normas que crea intentan contener la protesta social, amplificando la legitima defensa a grados que nos está llevando al lejano oeste, en donde ahora los ciudadanos somos todos sospechosos, a la privatización de empresas públicas y a una reforma educativa hecha desde la verticalidad, y la denostación de los sindicatos.-
A esto se agrega las declaraciones de CA en defensa a torturadores y asesinos de la dictadura, su “inocente” propuesta de librar a los mayores de 65 años, sus discursos contra la perspectiva de género, en donde quien fuera Ministro del Interior que se definía wilsonista permitió se realice un homenaje a uno de los tantos cancerberos de los infiernos de la dictadura como fue Castiglioni, restituyendo una placa en su honor, aunque por presión social dio marcha atrás en tal dislate, o que el Ministro de Defensa con el apoyo del Presidente presione a la Justicia porque procesó por un delito de lesa humanidad a un soldado que mato por la espalda a un prisionero esposado.-
Ni hablar de la inefable Senadora Bianchi, aunque su diatriba autoritaria no ha encontrado aún su frontera, denunciando una infiltración de la izquierda en la justicia en donde afirma que ahora los jueces saben quién manda, dando a entender que los fallos de la justicia pueden torcerse por imperio de la presión del gobierno, así como sus ataques a la UdelaR porque según la senadora adoctrina, todo con el silencio cómplice del Presidente y todos los miembros de la coalición, o la ya incalificable Mercedes Vigil que parece querer destituir a todo funcionario que sea sospechoso de izquierdista.-
Esos discursos ya los escuchamos, conocemos esa historia ya la vivimos y sabemos cómo terminó. -
Los partidos tradicionales y su entorno han perdido el rumbo democrático, están embriagados de su discurso de odio, han dejado de lado toda moderación y solo se ven impulsados por su miedo a que el Frente Amplio vuelva al gobierno, es notorio que existe un nuevo impulso de aquel viejo macartismo que marcó nuestra historia en las décadas del sesenta y setenta, es más, tienen hasta el mismo discurso que llevó a que los militares intervinieran las instituciones que ellos consideraban infiltradas por el “comunismo”, excusa que trajo grandes dolores al país.
En definitiva, en los partidos de la coalición no existe siquiera el centro, se han vuelto la derecha más rancia y autoritaria desde el retorno a la democracia, la pregunta es ¿terminaremos repitiendo la historia?