Algunos hechos y circunstancias que invitan a reflexionar sobre la lucha popular

Por Clara Amorin

Entre las múltiples características  distintivas del actual gobierno de derechas, hay comportamientos y actitudes que lo singularizan y caracterizan bien. En el plano económico, obran como un verdaderos mandarines (tomamos la acepción de los agentes de los poderes reales en las formaciones sociales asiáticas), cuadros formados y puestos al servicio de la defensa y promoción de los intereses de los poderosos, de la burguesía y el capital. Es por eso que su política de ajuste representa una cuantiosa transferencia de recursos de los  asalariados a los capitalistas, a través del deterioro del poder adquisitivo de los salarios, que constituye una expresión del deterioro del salario real, de quienes están obligados a  vender su fuerza de trabajado para vivir y reproducirse.

En este Uruguay de fines del 2021 los trabajadores vienen y seguirán inyectando dosis importante de recurso a los patrones. En especial a los sectores que más han ganado, que no han dejado de crecer y acumular en tiempos de pandemia; es decir el agro negocio enfilado a la exportación, la industria frigorífica, la industria láctea y frigorífica, el complejo celulósico forestal, los productores de energía,  los importadores, sin perder de vista a  los terratenientes y por su puesto el sistema financiero.

No dudamos en confirmar y profundizar la caracterización de clase que hemos hecho del gobierno como conservador, restauracionista y reaccionario.

En lo político ha llegado para  activar, -con  algunos camuflajes a  veces, pero  en otros casos (los mayoritarios) con firmeza- una hoja de ruta profundamente antisindical. Demonizando, intentando desacreditar la acción de los sindicatos, apoyándose  para ello en reflejos del sentido común dominante, que saben manejar con solvencia. Esa actitud  no hace más que poner en evidencia que su condición de clase los  lleva a visualizar al movimiento social, clasista y autónomo como un peligro, pero también se le asigna a éste un rol de factor capaz de obstaculizar los procesos de privatizaciones larvarias y la reducción del papel del Estado en la titularidad y gestión  de actividades productivas, comerciales y de servicios.

El plan trazado, es visible abarcando en forma diversa ataques a ANCAP, UTE y OSE. O en su política portuaria, de  entrega y renunciamiento de soberanía,  realizada a favor de la multinacional  Katon Natie.

El gobierno y los “malla oro” que lo respaldan y para los cuales gobiernan saben que para avanzar tienen que confrontar e intentar “quebrarle el ala”, a la resistencia social, de la cual el movimiento sindical es su columna vertebral.

Por medio de la LUC se dotaron de algunos nuevos instrumentos, pero sobretodo intentan darle organicidad a la preparación de las condiciones para avanzar en la dirección  de confrontar y medir fuerzas con sus oponentes, con  un objetivo principal, procurar matar al Frente Amplio.

El referéndum del 27 de marzo 2022, fruto de la abnegada e inquebrantable voluntad y tenacidad del movimiento popular en la recolección de firmas, será una instancia muy importante. No es una elección de medio término, no se plebiscita al gobierno, lo que se pone en cuestionamiento son las orientaciones sociales y económicas que las clases poseedores quieren imponer a las mayorías nacionales. No será una batalla decisiva, porque lo que está planteado es una prolongada guerra de posiciones. Que es parte de  una correlación de fuerzas, de clases y proyectos de naturaleza estructural, que se mantiene en forma casi inalterable en los últimos 80 años.

El Uruguay contempla dos  países, un país conservador y un país “avancista”. El primero no logra imponerse sobre segundo que resiste, tiene resto y capacidades de acumular a través de la lucha; es necesario recordar que esta dicotomía no siempre coincide con los cortes y la cartografía electoral.

Desde esta visión, es que podemos explicar parte la derrota sufrida recientemente por el eje gubernamental en una serie de consultas electorales, de naturaleza y alcance diferente: BPS, Codicen, SMU, Colegio Médico, Elecciones Universitarias,. También es bueno advertir que por el momento el gobierno pone en juego en esta pulseada una relativa  capacidad de federar todo lo conservador, pero que por su parte el movimiento popular mantiene capacidades residuales y cuenta con un potencial importante de acumulación y crecimiento.

Para hablar de los arrebatos antisindiales, hay que referirse a lo sucedido en torno a la “parada” de la planta de ANCAP que constituye un hecho bien revelador: el  directorio denuncia el convenio colectivo sabiendo que está programado un paro y se niega a la extensión del mismo para que existiera la cobertura de las guardias gremiales, asume esa responsabilidad en un documento en el MTSS. El paro que fue en defensa de la industria cementera, englobando reivindicaciones de tipo democráticas, como son el respeto de las consultas populares de 1997 y 2003 a través de las cuales el pueblo uruguayo dijo NO a la privatizaciones, y que ahora, con otro envoltorio, se quiere llevar adelante. El sindicato, sin guardias gremiales proporcionó el doble de trabajadores que los solicitados, 49 contra 25 pedidos. Inmediatamente salieron las jerarquías del ente, en conferencia de prensa a decir que la  parada había provocado desperfectos en la refinería. Días después el sindicato da a conocer, que no había daños, sino una obstrucción de una válvula, falla de fácil y rápida solución. Nadie salió a rectificarse y el presidente a su regreso de Quatar, continuó   abonando la versión original. Ese es un capitulo del relato infame que impulsa el gobierno, que sin duda preparara otros episodios.

La FANCAP no fue irresponsable, ni practicó una política irresponsable e infantil de todo o nada, de encender la pradera; por el contrario, fue firme y consecuente. Estas posturas no son del agrado del círculo gobernante, y generan preocupación en quienes apuestan al lenguaje y gestualidad de la moderación. Por eso surgieron algunas críticas en el seno del movimiento sindical y en filas del progresismo. La Federación explicó el sentido de las medidas adoptadas en el  Secretariado del Pit-Cnt, y  sería saludable que las declaraciones del flamante presidente del PIT-CNT tuvieran en cuenta los insumos que aportan los sindicatos para que a la hora de hacer declaraciones públicas e intentar ponerle nota a las acciones emprendidas por sus iguales el panorama visualizado no fuera estrecho sino abarcativo de la ancha realidad.

Resulta muy desatinado y reprochable  como lanzar a los cuatro vientos opiniones como las que escuchamos, del tenor: “los dos actuaron mal" , de la que fácilmente se pasa a deducir: “con nosotros estas cosas no pasan....somos exponente del equilibrio y la seriedad” y etcétera. Lo cual no es otra cosa que jugar al equilibrista de la lucha de clases. Olvidando una premisa del movimiento obrero: primero y siempre con los trabajadores, luego discutimos con ellos si nos parece equivocado. Es un error mayúsculo igualar en sus responsabilidades al Ministro de Industria, el Directorio de Ancap y la FANCAP.

Trabajador herido en 3 Cruces

Mencionemos otro de los aspectos claves: la política que azota a los trabajadores, cuyo peso recién comienza a hacerse sentir, y que ineluctablemente tiene que valerse de la represión para su aplicación, porque mas tarde o más temprano desatará la respuesta y la protesta. Coerción y represión son instrumentos de la dictadura de clase, la misma puede adquirir formas, modalidades, intensidades diversas y diferentes. Asistimos a la represión con balas de gomas de trabajadores  del transporte que se manifestaban en Tres Cruces, quienes con su protesta contravenían prohibiciones contempladas en la LUC. No negamos  la parte de impulso y conducta que puede tener la conducta represiva. Ni las declaraciones de  jerarcas del Ministerio del Interior que “no hay orden de reprimir” . Además por primera vez el Sindicato Policial emite una declaración condenatoria a la represión, con expresiones de solidaridad con los reprimidos y reivindicación de  la movilización de los trabajadores. Un hecho que reviste importancia. También es bueno y necesario que la dirigencia  sindical mantenga y exhiba su predisposición al diálogo. Ahora bien, desde el punto de vista clasista, hay aspectos que no se pueden escamotear. La política de ajuste en algún momento de su imposición conlleva la necesidad de recurrir al palo. La represión estatal ha estado presente a lo largo de la historia, salvo en periodos donde reinaba la convivencia democrática, amparada en el Estado de Derecho. Los trabajadores y en especial sus dirigentes no pueden abandonar, ni renunciar al reconocimiento de estos fenómenos, suprimiendo los alcances represivos, de su política de convencimiento y educación de quienes se organizan en sindicatos, para defender y pelear por sus derechos.  ¡No deben ceder al discurso de lo “políticamente correcto” ¡

Pasadas las elecciones internas del FA, el espacio que se dibujó tras la candidatura de Gonzalo Civila tiene una gran tarea por delante, trasladar las condiciones de relacionamiento, acercamiento, tejido de coincidencia desde la interna de la coalición-movimiento, al movimiento social Para aportar en forma real y efectiva a la organización de los de abajo, para construir y perfeccionar los instrumentos para luchar y resistir a la ofensiva conservadora.

Todo indica que vamos a transitar una etapa de lucha de clases abierta, en la cual hay que facilitar y catalizar los procesos de organización de los sectores populares, cosa que no se  hace desde los espacios de la política institucional. El naciente espacio engloba sensibilidades anticapitalistas, favorables a las perspectivas socialistas, las que tienen que dejar de ser giros discursivos para transformarse en acciones consecuentes. Esta herramienta de lucha requiere de todos lo que se identifican con ellas, las organizaciones que se reclaman e identifican con la epopeya emancipadora de hombres y mujeres tienen  que ser fieles y auténticos con su naturaleza y su bagaje ideológico.