Terminó de leudar y cobra forma el Espacio de Izquierda

Por Eduardo Aparicio

Había múltiples  indicios de que este Espacio venía leudando a temperatura lenta. La necesidad de disponer de tal masa era y es muy grande y se vuelve indispensable para el desarrollo de una alternativa de izquierda, luchando entre los brazos de la tenaza que forman la ofensiva conservadora y las liviandades del progresismo. Entonces, con vocación y predisposición a transformarse en un instrumento de unidad política permanente, cobró forma el Espacio Político que reúne al PVP, Casa Grande, PS, Corriente de Izquierda, La Amplia. Por el momento carece de nombre, pero no puede haber dudas en que es la encarnación de una clara expresión de izquierda consecuente que,  incidentalmente, pretende estar presente en las elecciones del FA  levantando la candidatura de Gonzalo Civila.

 

El jueves 10 en plaza Seregni, se presentó en sociedad a través de una rueda de prensa, eligiendo el espacio público como escenografía para marcar su estilo de hacer política desde la calle, desde el abajo que se mueve, saliendo de los salones y yendo a la búsqueda de la ciudadanía.

La maduración de los acercamientos, las conversaciones, el tejido entre sectores que lo conforman hace un buen tiempo que viene teniendo lugar, siendo expresión  genuina de acuerdos políticos en la acción (reactiva y propositiva a la vez), se funda  en una praxis compartida, con algunos hitos que corresponde mencionar: comparecencia en las elecciones nacionales, en las departamentales de Montevideo tras la candidatura de Carolina Cosse y, en especial, haber estado entre el núcleo que desde el inicio caracterizó como vertebral el enfrentamiento a la LUC. Son estos los factores más evidentes que impulsaron a aquellos que se jugaron desde un  principio y de lleno por la recolección de firmas venciendo las dudas y especulaciones que abrigaban muchos sectores  y actores en  el seno de la izquierda social y política.

Sus visiones y puntos de vistas nutridos de críticas profundas, también convergieron, marcaron confluencias y coincidencias  importantes en el proceso de autocritica -que ha sacudido el frenteamplismo después de la derrota electoral- todavía no culminado y sobre el cual se ciernen peligros de cierre en forma inconclusa. No todos sus integrantes, pero si algunos de ellos, comparten antecedentes fuertes y de relevancia, como, haber impulsado,  en un  pasado no muy lejano, la candidatura de Constanza Moreira como figura desafiante del liderazgo de Tabaré Vázquez.

En este espectro que  se aglutina en torno al espacio naciente hay una intencionalidad de desarrollar y potenciar un proyecto, con posturas que den respuestas políticas profundas, radicales a los problemas nacionales, a las demandas y expectativas de las mayorías populares y a los desafíos de salvaguardar una fuerza política, que no  debe renunciar a vehiculizar cambios profundos entre sus realizaciones políticas y gubernamentales. Como toda propuesta fermental, valiosa y pertinente, se aleja de las unanimidades, pero cuenta con suficientes denominadores comunes, como  ser: una intencionalidad de hacer política contrariando el predominio capitalista, el ser defensor de las minorías, ligar el avance en materia de derecho a la lucha de clases, enfrentar todas las formas y relaciones patriarcales y el rescate de las señas fundacionales del FA. Obviamente, no se contentan y rechazan quedar en la zona de confort de la mera gestión y preservación del statu quo.

Es bueno tener presente que referentes y voceros señalan en forma reiterada, que esta  no es una pieza destinada a un movimiento en el  tablero que se agota en lo electoral,  por el contrario,  nace apuntando, pretendiendo transcender lo electoral, para volverse efectivamente  en instrumento idóneo para la unidad de acción y la militancia permanente. Están trabajando en la definición, elaboración y aprobación concertada de  una plataforma política, con declinaciones estratégicas, que funcione como nervio imantado de este proyecto político. Ya han establecido y deberán precisarlo con meticulosidad, las separaciones  (los distingos) entre quienes integran ese espacio  en base y en función de  los acuerdos antes referidos y las coincidencias exclusivamente de índole  y alcance electorales. Ese distingo se impone y es un antídoto para ciertos males degenerativos.

 

 

La interrelación y los vasos comunicantes con  el accionar de  los movimientos sociales, se reconoce que hace parte de uno de sus rasgos  identitarios, siendo una de las principales razones de su existencia.

El proceso que dio lugar a la decisión de la recolección de firmas, la animación y defensa del proyecto de la Intersocial, el complejo relacionamiento de ésta con la izquierda política, han venido poniendo de relieve que los actores de este espacio, no quieren jugar solo en la cancha electoral y que están dispuestos a aportar para construir las alianzas políticas y de clase que puedan potenciar la construcción de una nueva hegemonía. Entienden y aceptan, además, la existencia de  las distintas aristas y de la diversidad, propias de la creación de los bloques amplios, pero sólidos; alimentados por la intencionalidad  de RESISTIR la ofensiva conservadora.

En grado diferente, con acentos distintos,  todos ellos han sabido señalar y exteriorizar las limitaciones, las claudicaciones y los renunciamientos de la acción progresista que, en forma disciplinada, han integrado. Son plenamente conscientes que un nuevo proceso de acumulación de fuerzas, tiene que sacudirse y despojarse de estos lastres.

La transformación y recuperación del FA -una tarea que aparece como muy difícil y a veces hasta imposible-  a la cual no se podrá aproximar si la acción recuperada se circunscribe exclusivamente a su desarrollo dentro de los cauces de su vida institucional y orgánica. En la alteración de la situación que se quiere modificar: un Frente Amplio que defrauda, que no contempla las aspiraciones, que se distancia de su sentido histórico, gravitan  también fenómenos exógenos al propio FA, que lo  convertirán en una caja de resonancia, repercutiendo en  sus definiciones, opciones y alineamientos.

La profundización y radicalización de las luchas, el despertar de la  protesta a la que estamos asistiendo, en la que ya estamos inmersos y que tal vez tenga una evolución ascendente, llevará al FA,   inexorablemente, a enfrentar situaciones decisorias, verdaderos  cruce de caminos, ante los cuales, la existencia, la funcionalidad con legitimidad de un Espacio de Izquierdas que sepa catalizar la pelea, promover el debate de ideas, asumir y polemizar políticamente, mostrará su razón de ser y su vigor,  contraponiéndose a quienes hacen jugar al FA un rol de amortiguador de la protesta, en función de proyectos políticos diferentes, pero convergentes en este punto.  Y es por ello que resulta fundamental y se justifica plenamente la apuesta a la construcción y consolidación de este proyecto.

De aquí a diciembre tendrán que utilizar, servirse de la campaña  de las internas, para realizar una gran tarea de explicación, información y de  convencimiento, de pedagogía política, privilegiando la difusión y el enriquecimiento de la plataforma y la propuesta, a través de la interlocución de la política del mano a mano que, necesariamente, para tener llegada y pegar tendrá que estar despejada de la retórica  hueca que suele invadir la comunicación del frenteamplismo. Se trata de poner la figura de su candidatos y otros referentes al servicio de esa plataforma, alimentando el dialogo con “el abajo”. Jugarse a tener un buen resultado, pero despojarse del reduccionismo electoralista, y quizás “electorero” que todo lo mira en términos de guarismos electorales y posiciones  alcanzadas.

Se trata de dar una batalla desde posiciones de principios, no para ser una simple expresión testimonial, algo que la rebajaría; sino para encarar un proyecto político centrado en la radicalidad de la concepción, utilizando, pero conociendo los límites de la acción electoral. Generando, ampliando confianzas, cultura de colaboración, lealtades políticas que se sitúan en un ida y vuelta con otros escenarios de la luchas. Apostando a un proyecto de largo plazo, donde prima el horizonte emancipatorio por encima de la mera reconquista del gobierno.

Este Espacio esperemos pueda demostrar cómo se resuelve la tensión entre política de principios y posibilismo, sabiendo que buena parte de la izquierda diluida en los flúidos progresista, sucumbió a ese l posibilismo que señalamos. Su joven candidato tiene experiencia y credenciales bien ganadas en este  plano, ya que ha sido y sigue siendo el timonel del vuelco y rectificación de la línea política del PS, que sin duda es la que habilitó que los socialistas estuvieran comprometidos decidamente con este proyecto.

El accionar de este Espacio tendrá que hacerse necesariamente “contra corriente”, con consciencia de ser minoritarios (lo que no constituye  un desmérito, ni puede ser internalizado como un estigma); sin renunciar y dejar correr sombra acerca de las justezas de sus ideas e intensiones, ni abjurar de las expectativas que surgen de la dinámica  sostenida  en que la actuación en la vida social  pueda aparejar que las correlaciones de fuerzas y los estados de situación puedan ser revertidos. Pero se requiere un cierto temple, una actitud tesonera, que en gran parte de la militancia se ha perdido, o bien no han conocido, por haberse desarrollo en tiempos de “viento en la cola”.

Algunas constataciones harán sacudir el esqueleto y nos pondrán de cara a los nuevos tiempos y formas de encarar la política, pero las nuevas realidades son generadoras de nuevos reflejos, nuevos lazos, nuevas formas de unión y colaboración, todos atributos indispensables para una propuesta que quiere ser “removedora” en varios planos a la vez.