Adolfo Bertoni
(…)
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo…
mas yo te dejo mudo… ¡mudo!...
¿Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?
León Felipe
A los 68 años no dejaré de ser fiel a una conducta que cumplí a rajatablas durante 34 de militancia gremial y sindical. En esas más de 3 décadas jamás permití que mi “corazoncito político partidario” se entreverara con mis obligaciones como representante de miles de trabajadoras y trabajadores del BPS que por supuesto votaban a todos los partidos. Creo que ese es uno de los pocos atributos (dos o tres) que me permitieron ganar 9 elecciones en ATSS por voto secreto, siempre con una amplia mayoría.
Ahora, ya entrado en la tercera edad debo ser consecuente con mi humilde historia personal y social. ¿El plebiscito por la seguridad social “se le atravesó” al Frente Amplio como dijo Lucía Topolansky, afectando su performance electoral? ¿O el FA se le atravesó al plebiscito y -al cometer ese error- por eso no ganó la presidencia el pasado 27 y contribuyó a que la papeleta blanca no triunfara?
El aceite ya está calentándose en la sartén
A pocas semanas del balotaje, no es posible aventurar un resultado favorable a Orsi o Delgado. Sin embargo, lo que puede ser comprobable es que los votantes del Sí blanco, terminen volcando la balanza hacia un lado o hacia otro. Obviamente por el lado de Delgado no hay esperanza posible porque defiende a capa y espada el modelo vigente. ¿Pero qué hará Orsi?
Cualquiera que observe lo que está sucediendo -y no sucediendo- en la campaña electoral, se dará cuenta que hasta ahora no ha dado señales que entusiasmen a los votantes del Sí. En mi opinión si el FA no negocia, si no se reúne con el Comando o con la ATSS, si no ratifica su programa, puede estar yendo derechito a una segura derrota.
Lo extraño es que alcanzaría con un solo compromiso a cuenta (un acto de liberación) para que decenas de miles de votantes que definirán su voto en estas semanas se vuelquen a su favor. Es, además, un compromiso sencillo y absolutamente inobjetable desde el punto de vista democrático y difícilmente criticable por más de un millón y medio de trabajadores y trabajadoras. ¿Se atreverá a dar ese paso? Ciertamente la ansiedad me carcome los pensamientos.
Aquí de rodillas Nadie
Con la anterior expresión tan precisa, en la misma noche del anuncio del resultado por el cual no se llegó a los votos necesarios para el triunfo de la Reforma Constitucional, Marcelo Abdala tuvo la enorme capacidad de definir con apenas cuatro palabras lo que desde ese mismo momento se ha transformado en la consigna principal para la nueva etapa que se ha iniciado, no solamente en la lucha por la seguridad social sino también por el cumplimiento de todo el Programa de la Convención, cualquiera sea el próximo presidente de la República.
Esa capacidad de recoger y resumir un sentimiento surgido de abajo, creo confirma lo que escribí el mismo 281, en lo que tiene que ver con el desarrollo político y personal del “Turco”, puesto al servicio pleno del Movimiento obrero y social para mejor defender los intereses de nuestro pueblo. Y muy junto a él -dentro de un Comando que demostró su unidad a la hora de encabezar una lucha tan desigual- se consolidaron las condiciones de liderazgo, la capacidad de estudio, aprendizaje y docencia, y la valentía intelectual y personal en cualquier debate, de dos queridas compañeras como Nathalie Barbé y Karina Sosa de ATSS o del querido compañero Sergio Sommaruga de SINTEP -hasta hace pocos meses sólo conocido en temas educativos- que permiten asegurar (en mi modesta opinión como jubilado) que dentro del PIT-CNT ya se produjo por la vía de los hechos el merecido ascenso de una nueva generación de dirigentes/conductores con proyección verdaderamente nacional que nos permite ser muy optimistas para enfrentar lo que se avecina -que ciertamente no será nada fácil en las futuras circunstancias políticas, económicas, sociales y culturales.
Debatir ideológicamente con respeto para separar bagres de tarariras
En cualquier análisis que realicemos, no podemos en absoluto ignorar lo que ocurrió o lo que dejó de ocurrir al interior de lo que llamamos “Movimiento Popular”, debilitando desde el arranque nuestras fuerzas y perspectivas de votación. Por más justos que seamos al evaluar la indudable importancia de lo que alcanzamos, arrancaríamos rengos para la nueva etapa que se inició el 28 de octubre, si no miramos dentro de lo que se suponían eran, o se supone deben ser, las relaciones con nuestros “hermanos de clase”, y se corrigen con urgencia los graves desencuentros que tuvimos.
Por supuesto no seré yo quien le quite o cuestione a nadie su irrestricto derecho humano fundamental a la libertad de opinión y de expresión que he defendido toda mi vida y ejercí y ejerzo en todos los ámbitos en que actué y actúo, pero tengo también por eso mi derecho a decir en alta voz mis discrepancias y convicciones (como alguna vez lo hicieron otros compañeros -hace unos cuantos años- cuando quien cometió un importante error fui yo).
Los que estuvimos en los últimos 12 meses realmente estuvimos, y sabemos quiénes fuimos y seguiremos siendo. Pero hubo varios que no estuvieron, que defeccionaron, que dudaron sin justificados fundamentos, que privilegiaron sus intereses sectoriales, que le dieron prioridad a sus opciones partidarias… o que directamente claudicaron ante el poder dominante con una actitud en el mejor de los casos prescindente, pero en otros claramente actuando en contra de nuestros objetivos, lastimando buena parte del proceso del año de lucha desplegado, ausentándose o -hay que decirlo aunque nos duela enormemente- jugando en ciertos casos objetivamente para el lado del enemigo o adversarios.
Si siguen siendo -como creo- nuestros compañeros y compañeras, su autocrítica debe ser profunda, sincera y radical para que las cuentas queden absolutamente claras y reforcemos el compañerismo que pudo quedar dañado. Me detendré solamente en dos ejemplos: 1) la actitud de la mayoría de la dirigencia de AEBU2 (desleal en el inicio no opinando mientras se definía la papeleta, e intencionadamente perjudicial después, saliendo públicamente desde la aprobación del texto de la enmienda constitucional con un documento cuyo contenido nada tiene que envidiarle a los defensores de la situación vigente, al extremo de llegar a ser usado públicamente a favor del mantenimiento del statu quo nada menos que por la Directora Ejecutiva de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay, Bárbara Mainzer; es decir una enemiga de AEBU usando un documento de la mayoría… de AEBU para llevar agua hacia el molino del capital financiero nacional e internacional que ella defiende). 2) En un sentido muy parecido es esperable una explicación de la mayoría de los dirigentes de Onajpu,3 algunos de los cuales casi llegaron a jugar a la mosqueta con una presunta “libertad de acción” que en algunos casos fue precisamente actuar en contra del plebiscito, llegando a negar locales para la realización de reuniones ¡informativas! Personalmente he buscado encontrar una razón que justifique por qué esos dirigentes -unos cuantos con muchos años de lucha detrás- se opusieron a una mejora sustancial de casi 310 mil jubilados, jubiladas y pensionistas, pensionistas a la vejez e invalidez que están cobrando 18.840 pesos o 16.516 mil pesos nominales (y muchísimos bastante menos en la mano por la cantidad de préstamos que tienen acumulados); y también busco hallar algo que justifique por qué su supuesta oposición a las AFAP “de toda una vida” se dio vuelta y al no votar la papeleta del Sí las terminaron fortaleciendo como nunca antes. Lo pienso mil veces y no he logrado comprenderlo. ¿Qué pensarían dirigentes fundadores como Don Luis Alberto Colotuzzo, o Juan Rodríguez Belletti, o Sol Logullo, o Andrés Cultelli o, después, Enrique Toja?
¿Qué quiero decir? ¿Que hay que echar a AEBU o romper relaciones con Onajpu? Por supuesto que no: eso sería ruin, demente y criminal. Digo que es necesario desnudar sinceramente todas las razones de una y otra parte para poder retomar un camino unitario y franco en las próximas luchas que se avecinan. ¿Estaré siendo un iluso? Quiero creer que no… ya que vamos a necesitar sumar nuevas fuerzas agregadas a las del plebiscito para poder conseguir en las calles lo mucho que nos falta revertir y conquistar en la legislación.
La radical importancia de lo que avanzamos
Luego del primer impacto desilusionador del 27, rápidamente nos hemos vuelto a poner las pilas convenientemente recargadas por el resultado analizado en profundidad y desde varias de sus aristas. Al final fuimos 947.278 los uruguayos y uruguayas que votamos el Sí de la papeleta blanca.
Casi un millón que en su mayoría nos acompañaron a pesar de lo que les ordenaban sus partidos o sectores y sus dirigentes, algunos de ellos con una insistencia digna de mejores causas, y hasta el propio presidente de la República violando la Constitución a su antojo ante el ominoso silencio de la Corte Electoral.
Se comprobó que un poco menos de la mitad de los mayores de 18 años, cuando los temas son de especial importancia, son capaces de desoír a “los capangas” de cualquiera de los partidos. El tirón de orejas y la parada de carro que le dimos e hicimos al sistema político abre sin dudas un nuevo tiempo cuyas transformaciones serán más o menos profundas según las fuerzas que seamos capaces de acumular y desplegar en todos los frentes pacíficos de una lucha que será profundamente democrática y crítica y propositiva… o no será. (Ya han aparecido voces de la Coalición diciendo que con el resultado del plebiscito no hay nada de que hablar porque un 60% no votó la papeleta blanca. ¡Con ese argumento también podríamos decir que Delgado debería bajarse de su candidatura porque un 73,23% no la acompañó en Octubre!)
Las oportunidades de sumar a quienes no votaron
A partir de lo acontecido y acompañando con mi cabeza y mi corazón la línea de resistencia trazada por el Comando, intento conocer un poco más cómo y por qué han actuado distinto algunos cientos de miles que -estando otras veces de acuerdo con nosotros en lo esencial- no pusieron la papeleta blanca en su sobre cuando votaron. Me basaré en indicios reales.
Todo a lo largo del último año vimos y oímos cómo de manera firme y repetida un 80 % de la población estaba de acuerdo con el aumento de las pasividades mínimas; un 70% en contra del aumento de la edad jubilatoria, y un 65% que por lo menos desconfiaba de las AFAP. ¿Esa realidad cambió? ¿Qué dirían las encuestas ahora mismo si se realizaran idénticas preguntas por separado, ya pasado el plebiscito?
Si nos enfocamos en la línea argumental de nuestros adversarios y enemigos, vemos que ellos optaron al final prácticamente por no hablar de los tres puntos que reivindicábamos, haciendo hincapié en un “paquete unificado” de catástrofes que se nos vendrían encima como si fueran todas las plagas de la Santa Biblia juntas. Esta operación que podríamos llamar “con la Reforma se viene la Catástrofe y el Caos”, en muchos casos llegó a primar lamentablemente por sobre las opiniones originales que muchos tenían sobre los puntos plebiscitados, bloqueando así o echando hacia atrás su voto favorable.
No son pocos ni pocas los que reconocen que no pusieron el Sí blanco por temor a “todo ´lo demás´ que traía aparejado la Reforma”, insistentemente dicho por los opositores, pero no demostrado en ninguno de los debates radiales, televisivos o en la prensa escrita (que hay que reconocer además que muchísimos uruguayos y uruguayas no escucharon, no vieron o no leyeron).
Tampoco son pocos o pocas las que nos dicen “yo creo que si gana el Frente Amplio esos puntos podrían ser acordados en un Diálogo Social y por eso no voté el Sí”. Finalmente también están quienes insisten en una visión según la cuál “estas cosas no se pueden poner en la Constitución, deberían hacerse por ley”, o quienes dicen “tendrían que haber dado libertad de acción para quienes quieran desafiliarse de las AFAP”.
Por supuesto estoy hablando de personas cuya buena fe me consta, y no incluyo para nada en la valoración a algunos felones y felonas que a veces “para quedar bien y justificar su supuesto ser de izquierda(s)”, nos pretenden conformar con frases del tipo “ahora si ganamos el gobierno muchas de estas cosas las vamos a resolver” (cuando en realidad lo que más les importa es ganar… su propio carguito).
Entonces, separando la hojarasca oportunista, creo que debemos abrir nuestra cabeza y nuestra alma para volver a conversar con quienes no votaron porque no estaban de acuerdo sinceramente con el camino constitucional que elegimos, o porque no se animaron o porque creyeron que con el gobierno del FA “estas cosas pueden arreglarse” legalmente.
Creo que ahora debemos dialogar con ellas y ellos para incorporarlos a la lucha que se avecina además por muchos otros temas que aseguren la verdadera reforma de la seguridad social que desde 1985 no se ha hecho por falta de voluntad política de los distintos gobiernos, integrándola al conjunto de la plataforma general del PIT-CNT y las otras organizaciones sociales.
¿Un nuevo lugar más amplio para las definiciones programáticas?
En el último período el Equipo de Representación de los Trabajadores casi que desapareció, producto en parte de la postura de Ramón Ruiz, contraria al Plebiscito. Pero ahora pasó a ocupar su lugar de director Carlos Clavijo, un compañero verdaderamente de fierro que se la jugó en estos meses y desde antes como el que más. Por si fuera poco, la calidez y transparencia de su trato humano facilita cualquier tipo de acercamiento entre compañeros y compañeras. (No es un Director: es un compañero que tiene “su puesto de lucha” siendo uno de los 7 directores del BPS).
Sabemos que el conocimiento acumulado por el ERT es muy valioso, y por otro lado tenemos los trabajos serios que ha realizado la Comisión de Seguridad Social de ATSS, autora del único Proyecto Alternativo realizado y presentado a la Comisión de Expertos en enero de 2020. ¿No será oportuna y necesaria una fuerte coordinación entre ambos espacios para trabajar en un único sentido -salvando las especificidades y roles- dotando así al conjunto del movimiento de una usina de propuestas y respuestas técnico-políticas que respalden lo actuado en futuras mesas de negociaciones, con rapidez y rigor en cuanto a conocimientos? (En ese espacio debería jugar también su papel el compañero Sommaruga -tal vez a nombre del Secretariado Ejecutivo para aprovechar al máximo todo lo que ha aprendido y ya sin dudas-, sabe). Obviamente el Movimiento en Defensa de la Seguridad Social (Mondess) con Marita Rodríguez a la cabeza tiene mucho para aportar.
Con todo lo anterior armaríamos nuestro mejor “equipo de campaña”: dirigentes con firme formación política y miradas enfocadas en lo lejos, unidad verdadera y fraterna en todas las acciones por venir, representatividad indudable de vastos sectores sociales del Uruguay y -de manera decisiva- fortalezas en lo técnico que siempre requiere definiciones políticas claras a favor de los más humildes y los más débiles.
Lo que hemos avanzado equivale a un gigantesco paro general con un millón de adherentes, o es comparable en cantidad de personas al inmenso Río de Libertad que desplegamos bajo otras circunstancias en los alrededores del Obelisco en 1983. La lucha continúa inevitablemente y aparecerán siempre muchas dificultades porque el Poder seguramente está en estado de alerta después del cimbronazo que le dimos. Sabemos que quienes lo integran no comen vidrio y buscarán hacernos nuevas trampas. Pero es indudable que a pesar de que no nos alcanzaron los votos para el triunfo ahora, los dejamos totalmente mudos en más de un sentido: si son honestos saben muy bien que “vencieron, pero no convencieron”.
Como el querido y recordado León Felipe, en su interior conocen muy bien de qué lado está la canción más bella de la victoria final y cuáles serán las voces afinadas del inmenso coro popular que la cante como un himno detrás del cual nos encolumnaremos.
En cualquier caso, solamente la más amplia e inteligente unidad que podamos alcanzar como pueblo, por encima de banderías partidarias, hará posible que vayamos alcanzando los objetivos tan humanamente buenos que nos proponemos. Esa es la mejor y única orquesta capaz de ejecutar la música necesaria para que todo el mundo escuche nuestra admirable canción de solidaridad, de libertad y de justicia.
1 “Las victorias de una derrota”, publicada como Carta en Búsqueda el 31/10, circulante además en algunas redes sociales.
2 Nos consta no solamente que la minoría tuvo otra actitud, sino también que no pocos votantes de la lista que predomina en el sindicato bancario colocaron el Sí blanco en sus sobres a la hora de votar.
3 También en ella hay excepciones que deben destacarse, y muy buenos compañeros y compañeras de toda la vida que aun no votando el Sí, alcanzará con una conversación afectuosa y sincera de poco tiempo para volver a juntarnos en la lucha común.