Hugo Tuyá
“…no hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao…” (Discepolín)
“TODO SE SABE”… reza la presentación de un conocido show mediático… pero, ¿todo…? Como si fuera una serie en capítulos, a diario nos enteramos de enroques novedosos encaramados en el concepto CORRUPCION que involucra al aparato del Estado y sus resortes tecnológicos para espiar opositores y ocultar información relevante que cuestiona la democracia republicana. Realmente abruma, por constituir una telaraña inabarcable que, como el hilo de Ariadna, nos sumerge día a día en laberintos diferentes y nos cuenta aventuras inesperadas en un ambiente de realismo mágico.
El tinglado y los actores: Mieres, Manini Ríos, Silva, Delgado, da Silva, Bianchi, Botana, la novel presidenta del directorio nacionalista Macarena Rubio1 operadores mainstream de la TV… todos, sin excusas y sin que se les moviera un pelo, han contribuido en estas horas a BLOQUEAR la discusión central sobre el caso Iturralde -así como otros emblemáticos del momento- y la imputación a nivel público de interferir directa o indirectamente con la Justicia para la elección arbitraria de una fiscal a gusto del PN, y precedida supuestamente de hacer algunos favores penales a figuras controversiales del partido. Una declaración inmediata de repudio colectivo y llamado urgente a una pronta investigación, acción imprescindible para manejar una -otra- situación esperpéntica, ha derivado en una vuelta de tuerca discursiva y distorsiva de parte de los mencionados e inclusive del presidente de la República, poniendo en tela de juicio la eficacia de fiscalía respecto a la lentitud aparente en la resolución de temas que les interesa particularmente, -léase caso Morabito o Antel Arena-, disparando de paso contra el FA y contra los fiscales, descentrando la gravedad de la “infidencia” Iturralde. De paso, ha ido volando un palo para los periodistas, acusados de filtrar información que perjudique al gobierno, en especial, a dirigentes del PN.2
Dicho grupo político, pero también la coalición, que ha cambiado figuritas en estas horas a la velocidad del chantaje rampante y continuado de CA, da muestras, una vez más, de no querer reconocer los indicios, ahora hechos estentóreos, de situaciones altamente comprometedoras entre dirigentes del PN, ahondando la impunidad, y mediatizando la situación a una coyuntura de intercambios privados, donde aquél, en primera instancia, no tendría institucionalmente, participación alguna. La coyuntura político-electoral ha generado una vuelta de tuerca en la confrontación partidaria en marcha, un cambio de eje en la polémica, ni bien una serie de episodios -entre ellos, recordemos, a la fiscal Fossati, de vergonzosa actuación, que podría ser caratulada de prevaricato- han sido derivados al estatuto de lawfare a fuerza de negar hechos incontrovertibles y por carecer de argumentos ante una ola de corrupción generalizada en filas de la coalición multicolor, donde muy pocos tendrán un salvavidas a disposición ante el eventual hundimiento próximo del Titanic electoral. Agregada a esta coyuntura especial, se denota entre los actores denunciados, una buena dosis de cinismo histriónico y no ceder ante los procesos judiciales y la opinión pública negativa, sabiendo perfectamente la herida profunda que se le confiere a la credibilidad política y a la ruptura de pactos no escritos pero respetados en la comunidad, salvaguardados como reaseguro del consenso democrático instalado en la Constitución republicana y en la separación de poderes. Tuvimos lo suficiente con largos años de dictadura.
Indignación e impotencia producen los interminables capítulos de este culebrón deplorable. Asistimos a un periodo histórico de una lucha sin cuartel y desesperada por negar o distorsionar el secretismo ya consolidado de una trama que toca varias aristas de la administración pública, y que involucra a personajes clave de la Policía, de Presidencia, y del estamento fiscal. La acefalía en el cargo de Fiscal de Corte junto a la falta de consenso parlamentario, la inoperancia de la Jutep y de la Senaclaft ancladas en una inercia de bajos recursos humanos y financieros, y, por si hacía falta, noticias sobre corrupción policial como desayuno cotidiano, abonan un territorio escabroso perforado por sucesivas “filtraciones” periodísticas sobre cuyas consecuencias mediáticas caen los misiles oficialistas, tanto sean desde filas blancas, como de CA, epicentros de irregularidades de todo tipo y color. Si hasta el momento la coalición y sus personeros pudieron eludir los obstáculos de una explicación racional sobre hechos del pasado reciente, el caso Iturralde ha sido una implosión moral y política de alto vuelo, que puede representarse como una vendetta al estilo siciliano mafioso en escenas memorables de films como “El Padrino”, cuyo realismo, salvo la sangre, emparda perfectamente con la realidad de sociedades contaminadas de corrupción sistémica: algo se ha roto en la estructura de valores institucionalizada por la gravedad de los dichos y la actitud de Iturralde frente a la debida autonomía fiscal-judicial.
Una gran cantidad de acontecimientos han puesto bajo palio a la (in)discreta moral de dirigentes renombrados y hoy candidatos a la presidencia de la República. Nombres de funcionarios vinculados al PN señalados como protagonistas de asuntos delictuosos y procesados judicialmente sin prisión siguen en la agenda política y también como asesores de candidatos o como promitentes a cargos de intendente o cuadros de segunda línea. Por otra parte, parecen deplorables las palabras de laderos u oportunistas políticos como el ex ministro Mieres que realza las bondades de su sector al no haber incurrido en corruptelas, haciendo un gigantesco silencio cómplice frente a todo el andamiaje mafioso del que estuvo rodeado hasta ahora, dejando intuir frente al periodismo que el caso Iturralde -y otros- es personal y de por sí no puede representar al estamento multicolor en su conjunto: gran pelotazo al outball que ahorra comentarios sobre políticos de poca monta y ninguna postura ética. En alguna encuesta de opinión el PI decididamente no existe, aunque siempre habrá despistados en la agenda electoral.
De no haber sido por las llamadas “filtraciones”, tentáculos ubicuos disparados probablemente desde varias usinas interesadas, Iturralde seguiría siendo el presidente del HONORABLE, a un año y más de los chats ocultos que lo desacomodan y lo pueden derivar al casillero de los chantas de la Política, un farsante de doble discurso mirándose al espejo de una transparencia falsificada y un mediador oscuro que haría las delicias de José Ingenieros en su afamado opus “El hombre mediocre”. A pesar del barro, un aplauso para el periodismo de investigación que ha demostrado, por si hacía falta, que aquel episodio lejano de Watergate puede ser recreado en cualquier lugar donde exista un periodista de fuste y una deontología profesional a prueba de balas, amenazas, y bullying político desde las sombras. Lo mencionamos porque el presidente y sus laderos pretenden generar en la opinión pública la idea de que la información está “flechada” en un solo sentido, cuando desde el semanario “Búsqueda” -insospechable de ser operador de izquierda- se ha detallado someramente sobre distintos episodios que involucran al presidente y chats comprometedores.
Si hacemos un resumen de esta historia nos podemos interrogar acerca de cuáles otros episodios podrán poner a prueba la inteligencia y sensibilidad del imaginario colectivo en vista de la performance cojitranca de un rejuntado dispuesto a todo por impedir el cambio de signo político en el año que corre. La Justicia y la prensa opositora están en el candelero y tienen desde hace tiempo sus enemistades mediáticas y profesionalizadas como Manini, Bianchi, Lacalle Pou, Botana, o el mismísimo Iturralde, y seguirán siendo la coartada justa para evadir responsabilidades, tramas oscuras, y la cancha alternativa donde se diriman los delitos de cuello blanco con mácula partidaria.
Luego de la retahila de leyes y decretos que han flechado el campo de negocios turbios y ganancias hacia corporaciones nacionales y extranjeras -algunas trade marks: KATOEN NATIE, CANALES 4-10-12, GRUPO CLARIN, LEY DE MEDIOS, PROYECTO ARAZATI, MONTE PAZ- favoreciendo apellidos y desplegando algún candidato recursos financieros inextinguibles en plena veda electoral y sin control del financiamiento de los partidos,3 los agonistas multicolores pondrán toda la carne en el asador para hacer declaraciones que no salpiquen su complicidad en la telaraña de connivencias sospechosas de fraude y corrupción. Las redes sociales y los medios serán probablemente la correa de trasmisión de ataques en todas direcciones, especialmente hacia la fiscalía y las sospechas de sesgo político partidario. Ya lo dijo Manini hace pocas horas: “El periodo más bochornoso de la Justicia uruguaya”,4 echando leña al fuego para que los interesados en gerenciar pos verdades -diríamos Lacalle Pou- pongan su cuota de odio y rencor, e interés, sobre los trabajadores judiciales y sus resultados, a pesar de los pocos recursos, la sobrecarga de trabajo, y del ninguneo gubernamental a sus pedidos. Damos por descontado que, en las sombras, se continuarán pergeñando estrategias para maquillar la debacle, y los dardos seguramente seguirán teniendo como blanco al Poder Judicial y su independencia funcional.5
El caso Iturralde podría ser considerado, en año electoral, como la culminación de episodios con perfil delictivo que ornamentan de pésima manera el final de una gobernanza caracterizada por el hiperpresidencialismo mediático y la irrupción apurada de una serie de leyes que contribuyen a enrarecer el clima político. Sin embargo, la rueda de la corrupción parece no tener límites definidos (ver nota al pie 2). El trámite de urgente tratamiento legislativo de temáticas que requieren estudio previo -recordemos que la ley de medios fue instalada en la Cámara de forma abrupta y sin que la vicepresidenta lo supiera- puede ser un artilugio estratégico del oficialismo para “desviar” la atención hacia contenidos complejos que obliguen al FA a tomar posición en asuntos difíciles y comprometedores para el futuro. No se puede descartar la hipótesis de que la urgencia de “cumplir” con el programa, manifestado por el presidente, ha hecho posible la profundización ideológica del debate y una mayor discusión entre los dos bloques, cuyo desenlace electoral va a dirimirse este año. Junto con el ataque a la fiscalía, y ahora también al Consultorio jurídico, de parte de una corporación de peso en la sociedad, el paquete de la contraofensiva gubernamental queda completo y muestra sus eventuales socios en una pelea por el poder político y disciplinario.
Sería importante, dentro de esta nouvelle vague de hechos lamentables, el hacer posible algunos conceptos de aquella carta a Manuel de Sarratea, quien había declarado traidor a Artigas: “El honor ha formado siempre mi carácter: él reglará mis pasos”. “La historia ha ubicado y ubicará a cada uno en su lugar.” J. Artigas-1813. Es, creo, lo que uno espera de la verdadera Política.
1 “Fue una opinión personal y privada, desafortunada, errónea, que no compartimos”- Montevideo portal, 28/5/24
2 En otra nueva escalada de escándalos que sacuden al PN, datos de chats que señalan a Lacalle Pou y Astesiano juntos en un espionaje al presidente del PIT CNT, ubican al presidente en conocimiento directo de una trama donde será difícil escapar a una coartada veraz. El dato surge del libro del periodista Lucas Silva, donde trata sobre el tema Astesiano y sus derivaciones.
3 Al escribirse estas líneas se aprobó la ley de financiamiento de los partidos políticos, luego de volver a Diputados para su ratificación.
4 Declaraciones en “Montevideo portal”.
5 Hace pocas horas el Colegio de Abogados interpuso un recurso ante el directorio de la Facultad de Derecho por la actuación del Consultorio Jurídico de la Udelar dirigido por los abogados Juan Ceretta y Juan R. Williman, y se propuso un grupo exterior de expertos para poner límites a las prácticas del Consultorio jurídico y asesorar “debidamente” sobre casos específicos que impliquen la ética y el tratamiento de casos de exposición pública. Según el Semanario “Brecha” del 7/6/24, existe una relación familiar entre el decano Lorenzo y el defenestrado presidente del PN Pablo Iturralde.(p.16)