Sorpresas para algunos, confirmación para otros, un camino para todos

Eduardo Aparicio

En algunos causó sorpresa y en otros fue la reafirmación de que era posible. Así se puede describir la histórica decisión adoptada el 10 de agosto por la Mesa Representativa (MR) del PIT-CNT, donde se definió ir a un plebiscito  para colocar vía enmienda constitucional, tres principios fundamentales en la Carta Magna.

La votación es un reflejo nítido de las corrientes que confluyen en la vida de la Convención. Estas recogen, en pinceladas gruesas, opciones ideológicas y metodológicas que son, a su vez, la expresión de visiones políticas.

Se trata de una decisión que, en los hechos, demuestra de modo concreto, la independencia y autonomía política del movimiento sindical, concepción esta que anida en las más caras tradiciones del sindicalismo uruguayo, como lo demuestra ese núcleo de 16 votos que apoyaron la moción de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS).

Quienes nos leen saben qua las presiones no fueron pocas, vinieron desde el Frente Amplio y tuvieron como vehículos a sectores importantes: MPP, Vertiente Artiguista, Convocatoria Seregnista, y otras personalidades como José Mujica que dijeron jugar sus cartas y sumarse a la legión de quienes pretenden bombardear este camino.

Otros sectores de gran peso histórico apuntaron a la ambigüedad, a las definiciones de medio camino, impulsando una vía que no era más que el de un referéndum encubierto, en el cual no se tocaban aspectos centrales. El otro tercio jugó a la subordinación y funcionalidad de lo electoral, sembrando seguridades relativas de que un cambio de gobierno y el retorno del progresismo con mayoría parlamentaria eran el camino.

Hoy, el plebiscito en base a tres (3) puntos: 1)que nadie esté obligado a jubilarse después de los 60 años; 2)eliminación de las AFAP y 3)el ahorro individual sustentando en el lucro, un mecanismo que nos aproxime a mejores prestaciones, es bandera de todo el movimiento sindical, al que pronto se sumarán movimientos sociales, algunos de ellos aglutinados en la Intersocial.

En esta realidad no puede ignorarse el papel clave desempeñado por la ATSS, que promovió una lucha frontal contra la reforma y que supo generar el único proyecto alternativo, que a su vez coadyuvó a la creación de un movimiento específico de resistencia: el MONDES. En la organización de esta firme oposición hay que destacar los pronunciamientos tempranos y sin vacilaciones de  FANCAP y FUCVAM.

De este modo el desarrollo del plebiscito fue creciendo “desde el pie” y  hoy es una realidad a la que se debe defender de los intentos de obturación, y de las maniobras distorsivas, presentes en el movimiento popular y en la izquierda institucional.

En filas del FA por el momento solo se visualizan dos pronunciamientos claros, el del PS y el del PVP, en tanto el PC mantiene posturas que deben, como mínimo, ser tildadas de ambiguas. En la misma tónica hizo declaraciones Carolina Cosse, Intendenta de Montevideo y pre candidata presidencial.

Los consensos no pudieron alcanzarse y será casi imposible de llegar a ellos en virtud de las distancias que marcan estas diferencias alimentadas por definiciones conceptuales  y opciones políticas.

Ahora se trata de caminar con fuerza, en concretar la recolección  de firmas, generando la mayor unidad posible tonificada por una leal unidad de acción, sin exclusiones, aventando la mezquindad política, entre quienes son favorables al plebiscito. Esto arranca con los ajustes técnicos y políticos necesarios para la   creación de la papeleta a plebiscitar, ya muy avanzada gracias a sus iniciadores.

Los dos grandes objetivos son, entonces: reunir las firmas (10% del padrón electoral) y  lograr la mayoría en la elección del 2024, ambos son posibles. Deben ser concebidos en fases, la primera concentrando el esfuerzo militante, los recursos materiales, la capacidad movilizadora en aras de la recolección, la segunda tendrá su inicio una vez las firmas reunidas.

Ahora, el esfuerzo será soportado por la capacidad de movilización del movimiento social, al que se sumará la capacidad y la enjundia militante de las bases frenteamplistas. En la segunda fase tendrán que completarse los pronunciamientos y las definiciones que, acerca del ensobrado, tendrá que adoptar el FA.  Rescatamos de los argumentos de quienes se sitúan en el espectro de la ambigüedad, que ahora no es necesario precipitar y apurar el pronunciamiento frenteamplista.

Es muy claro que el camino de la democracia  directa, sirve, contribuye al ejercicio democrático, al acrecimiento de la consciencia ciudadana gravita en forma decisiva en la radicalización y profundización del republicanismo, en ese caso y en la oportunidad presente la propuesta a plebiscitar va en esa dirección.

Lo resuelto en la MR  es confirmatorio de que la iniciativa popular para introducir  una enmienda constitucional, al amparo del art. 331 es el único camino, idóneo para cuestionar la ley 2012.

Además este expediente plebiscitario nos permite plantear una batalla  propositiva en el terreno de los principios, reforzando y ampliando la noción de que la Seguridad Social es un Derecho Humano, ya consagrado en la actual Constitución en su artículo 67 y en consonancia con la concepción del Derecho Internacional de los DD.HH. plasmado en diversos instrumentos en su gran mayoría ratificados por Uruguay. Los tres puntos señalados lo ensanchan,  por medio de la incorporación  del mayor detalle al texto constitucional, haciendo ingresar aspectos que tienen que ver con una concepción amplia y profunda, a saber: obligatoriedad de la edad de retiro;  que encierra una concepción sobre la vida y el lugar de los individuos en la sociedad; la eliminación efectiva y total del lucro; progresar en la noción de aproximación al mínimo vital en las prestaciones. Pero también da lugar a la defensa, preservación, salvaguardia de estos principios de los avatares de las mayorías parlamentarias  circunstanciales. Ya que volver a modificar la constitución es un proceso difícil. La enmienda constitucional permite un cierto  “blindaje” en una acción defensiva, que a la  vez se combina con un fuerza propositiva, que permite ampliar el horizonte. En temas que no se puede dudar despiertan, activas, la consciencia ciudadana en una dinámica transversal, que desborda las fronteras las opciones y el voto partidario.

Y es también una respuesta al recorte de los derechos consagrados en la reciente reforma y a otros que podrían darse en el marco de las andanadas conservadoras…

El valor de recurso a los institutos de la democracia directa, es que permite corregir por la voluntad soberana, la regresividad que a veces imponen las mayorías parlamentarias. También impide la subordinación a que la superación de ciertos temas cruciales, quede en manos de las mayorías parlamentarias de turno, como quieren hacernos creer quienes apuestan a una hipotética mayoría parlamentaria en 2025, que tengan y mantenga la voluntad de ir contra los aspectos regresivos.

Contamos con el antecedente de la reforma del 89’, que permitió generar un mecanismo de ajuste de las pasividades, que de alguna manera nos acercó al viejo postulado de la escala móvil.

Para nosotros es claro que la democracia directa, facilita la acumulación de fuerzas, -vital, indispensable-, para procurar cambios y transformaciones. El camino plebiscitario no es incompatible con una reforma legislativa posterior, se retroalimentan, porque la consagración constitucional de aspectos centrales a la Seguridad Social, condicionarán a cualquier ley que resulte de un proceso de reforma integral y global de la seguridad. Se trata nada más ni nada menos que imponer un reaseguro. Por ende hay que combatir la falsa oposición, que lo que pretende es desviar la discusión y la acción propositiva sobre  los tres elementos claves ya señalados. En todos los casos un número importante de voluntades en torno a los tres puntos, gravitarán de cualquier manera y en todas las circunstancias posteriores a los procesos reformistas. La campaña que librarán los opositores al plebiscito será muy fuerte, frontal en algunos casos, en otros disimulada y artera, habrá que responder con capacidad argumental, con sentido pedagógico, con sencillez, y contundencia en el discurso comunicacional.

La salida de las AFAP está prevista y se realizará ordenadamente, tal como ocurrió en el caso de los cincuentones. Para arrimarnos al mínimo vital, -que hace a lo mejor de los postulados pregonados desde los albores del siglo XX en el Río de la Plata y el mundo por los socialistas-, hay condiciones para sustentarlo, porque hay mucha tela para cortar, si estamos dispuestos a ir contra el gran capital, sin pisar el freno de los economicismo, de los reflejos ministeriales, sino pisando fuerte el acelerador de los cambios, que sacude el estado de cosas, que nos deja la mera gestión del statu quo de la economía de mercado.

Adherimos con fuerza y sin titubeos a la recolección de firmas y a la votación ulterior de la papeleta, contribuiremos con todas las fuerzas a despejarlas de todas las retrancas y obstáculos que se le quieren interponer desde  distintas tiendas. Desde ya nos alineamos entre quienes enfrentarán cualquier intento de amordazar este camino emprendido por el movimiento popular, en cualquiera de sus fases, apelando al disciplinamiento y las prohibiciones.

Ahora a juntar firmas y a garantizar que no se escamoteen las definiciones de las Mesa Representativa.