Las clases populares son las que más sufren la crisis del agua: la eterna lucha para respaldar a los más débiles

La “crisis hídrica”, “el tema del agua”, o como se la quiera llamar, requiere la presencia y la opinión de todos los sectores involucrados pero de manera muy particular la de aquellos que, por su actividad, están íntimamente ligados a ella. Por esa razón Claridad entiende que es de orden recabar la opinión de los dirigentes sindicales de la Federación de Funcionarios de OSE-FFOSE e incluye seguidamente la opinión de Gustavo Ricci, ex Secretario General que integra actualmente la dirección sindical y la de Federico Kreirmerman actual titular de dicha Secretaría.

 

Claridad. -Hasta el presente, esta nueva etapa de la lucha en Defensa del Agua, viene recorriendo caminos y recurriendo a instrumentos de movilización que son los habituales pero, considerando lo acuciante que se ha tornado este tema, ¿piensa que además de la respuesta gremial y sindical habrá o deberá producirse una reacción mayor que abarque al conjunto de las fuerzas populares? ¿Sería posible contar con el apoyo de las fuerzas políticas en ese caso?

Federico Kreirmernan. -La crisis hídrica, como toda crisis en el sistema capitalista, pone de manifiesto las contradicciones de clase. Por lo tanto, la lucha que ha de darse, por un lado pasa por defender el recurso agua en general, en decir cuál es el fin último del recurso agua, en el sentido de si se beneficia el lucro del capital o si se prioriza el consumo y las necesidades de la población.

En segundo término, la defensa de la empresa pública que suministra el agua potable, en este caso de la OSE se logrará revirtiendo los actuales recortes de inversiones y aumentando su personal, que ha disminuido desde el año 2013 a la fecha, teniendo una acentuación de esa disminución en el actual gobierno desde el año 2020. Y por último poniendo sobre la mesa que las consecuencias de la crisis hídrica las paga la clase trabajadora.

En ese sentido, el contar o no con el apoyo de las fuerzas políticas para nosotros es posterior, porque eso será consecuencia del programa que se ponga sobre la mesa. Por eso nosotros estamos planteando, así como lo recién mencionado respecto a la OSE, un programa que refleje el interés general de nuestra clase.

Es decir, que se subsidie al medio millón de uruguayos que ganan menos de 25 mil pesos, inicialmente no cobrándoles la tarifa de OSE, lo mismo con jubilados y desempleados; que haya planes claros con respecto a suministrar agua potable para escuelas, liceos, hospitales, centros de diálisis, entre otros; que se regule el mercado del agua embotellada penalizando el acopio, asegurando la distribución, fijando un precio máximo como, por ejemplo, ya se hace hoy con el litro de leche o el pan, que se haga con el litro de agua embotellada.

Es con esto que luego tendrán que ver las fuerzas políticas si se suman o no, pero lo principal es primero poner sobre la mesa, frente a la crisis, soluciones concretas para que no la paguen los trabajadores.

 Claridad. -La actual “crisis hídrica” que padecemos ¿puede considerarse consecuencia de la falta de lluvias o es resultado de la conjunción de diversos factores insinuados y manifestados a través de estas últimas décadas? ¿Cuáles son y desde cuándo ejercen su influencia?  

F.K. -Más allá de la sequía que vivimos en este momento, que es histórica y es una acumulación de déficit hídrico de más de tres años, el problema de fondo tiene que ver con el modelo productivo que está atado a la inserción económica del Uruguay en el mercado mundial como país agroexportador.

Justamente como consecuencia de este modelo, la soja, la celulosa, es decir, el modelo forestal, el arroz, todo el agronegocio compite directamente, por ejemplo, con el agua que OSE potabiliza, y compite en varias veces más. Ha sido de público conocimiento que las principales multinacionales instaladas en el país, consumen hasta 20 veces más que el agua que potabiliza OSE diariamente.

Claridad. - Además de la respuesta a la crisis hídrica, el movimiento popular  y dentro de él la organización sindical, sostienen puntos de vista que suelen tener desencuentros con las fuerzas políticas, o con los políticos en forma individual, y se advierte el esfuerzo del movimiento social  por mantener la independencia de clase frente a las interpretaciones que provienen del campo político-partidario. ¿En qué campos o áreas se manifiesta esta problemática y en qué medida puede incidir en la respuesta de la Intersocial?

F.K . -Vinculado a lo dicho anteriormente, el problema de la independencia de clase pasa justamente por poner sobre la mesa soluciones que reflejen el interés de la clase trabajadora.

Y en todo caso los actores políticos se definirán detrás de ella o no y nunca a la inversa, como muchas veces lamentablemente termina sucediendo.

A su vez me parece muy mezquino que en medio de la crisis hídrica haya habido una especie de concurso electoral por juntar votos unos y otros o justificar las gestiones tanto actual como la pasada en lo que para nosotros fue una competencia de cuál fue el que gestionó menos peor.

Claridad. -Pasando a otro tema, también acuciante, ya que el próximo 6 de julio la Mesa Representativa del  Frente Amplio tomará decisiones respecto a la Reforma Jubilatoria y se han planteado opciones diversas, ¿qué posición sostiene la Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE) ante la posibilidad de recurrir a la  reforma constitucional mediante el plebiscito?

F.K. -Nosotros hemos apoyado las iniciativas del sindicato del BPS (ATSS), de nuestros compañeros trabajadores del Banco de Previsión Social, y no vemos mal la consulta popular, siempre que incluya fijar un tope máximo a la edad de jubilación, volviendo a la edad máxima anterior a la actual reforma, y tenga como eje volver a un sistema solidario y elimine las AFAP.  Eso es para nosotros lo que debe discutir el movimiento sindical independientemente de lo que decida o analice el Frente Amplio.

Entrevista realizada por Eduardo Aparicio y Garabed Arakelian