Hugo Tuyá
“Es muy peligroso cuando las élites actúan públicamente contradiciendo las bases de algún principio de su poder”. Diferencias entre el discurso público y el discurso oculto.
James C. Scott: Los dominados y el arte de la resistencia.
Como era esperable, ha comenzado la carrera de postas para el 2024 y las gateras están abiertas. Si lo viéramos desde la Semiótica, diríamos que la reforma de las jubilaciones y pensiones constituyen la señal, o el signo fundamental para comprender en qué estado de tensión se encuentra la grilla de salida de potros y potrillos que, con anticipación, ya están ensayando para la carrera final. ¿Cuál es el apuro por “sacar” la reforma después que ha sido modificada a tal punto que la original luce irreconocible…? ¿Ya no interesa el déficit fiscal…? El “canje” o extorsión política de CA por la aprobación de otras leyes a cambio de votar la reforma modifica el cálculo incrementando los gastos previstos por el programa. El PC, enterado de la jugada de CA, y para no quedar fuera de la disputa que lo involucra, adelantó una serie de cambios que aumentan asimismo el gasto del Estado…, entonces, la primera pregunta viene a cuento y se le pueden agregar otras: ¿Con los cambios aceptados, se mantiene la sostenibilidad del sistema previsional, más allá que los aportantes seguros siguen siendo los que trabajan por un salario…? ¿Cuál es el interés real en una reforma como ésta…? Los especialistas nos dicen que los cambios demográficos, las fuerzas productivas, y las relaciones de producción en una fase tecnológica acentuada exigen una revisión a mediano plazo de las condiciones jubilatorias en un contexto global, financiero, pero también de redistribución de recursos y cobertura social. Una posible respuesta a la urgencia estriba en que para el presidente -en forma excluyente debido a su personalismo y su populismo reaccionario- constituye un antecedente a futuro para su propio prestigio personal aun cuando el proyecto resulte fallido y afecte al PN en las próximas elecciones, pero particularmente para el imaginario blanco del Interior, que incluye a los malla oro y su apuesta al achicamiento del gasto del Estado -el voto cautivo desde siempre- donde el “presi” cumple con lo dicho en la campaña de 2019. Obviamente, ha incumplido otras promesas sobre las cuales no se habla, o los socios tampoco las mencionan demasiado, como verbigracia, no modificar la edad de retiro prometida en campaña electoral.
El Parlamento se ha convertido, si no en el conventillo primordial a medida que se acercan los comicios, en el templo político donde se discuten las leyes que pueden dar vuelta para un lado o para el otro la definición electoral, y la reforma funge de vidriera por donde todos los multicolores quieren desfilar, acusarse unos a otros, intercambiar figuritas (tú me apoyas esto y yo te voto aquello) y plasmar sus aspiraciones (electoralistas). Nos encontramos en el punto de inflexión y se juegan puntos definitorios de lo que serán a la brevedad, las idas y venidas de las discusiones entre facciones y aspirantes a la silla presidencial. Sin duda alguna, quien ha tomado el primer lugar en la carrera de postas es Manini, a la fecha el que ha sacado la mejor tajada del reparto jubilatorio beneficiando notoriamente a la corporación militar, y por elevación, posicionándose en la fila de los primeros elegidos hacia el 2024. Tiene otras perlas a su favor también, como el tema de la prisión domiciliaria de los “viejos presos” al decir de Mujica, (sería a partir de los 70 años si sale el acuerdo con el PN) y el subsidio estatal, ya votado, a las víctimas de la guerrilla tupamara. Además, ambiciones de colocar a uno de los suyos en la Corte Electoral y un contencioso con los deudores inscriptos en el “clearing”, para lo cual ha presentado un borrador que hasta la fecha no ha sido acompañado por el resto de los socios.
Otro de los contendientes por los votos dispersos de centro-derecha, con eventuales pretensiones electorales, es el Partido Colorado, quien con su historia rutilante y un 5% de promedio en las encuestas, va en camino de una extinción lenta y uniforme, en la medida de la ausencia de líderes renovadores con carisma y retórica estándar, y a que la “influencia directriz” que lo gobierna ha optado por convertirlo en furgón de cola de los blancos, bajo la batuta del otrora ministro de Pacheco Areco y Bordaberry, además de ex presidente “socialdemócrata” Julio M. Sanguinetti. Junto a Mieres y el casi desaparecido PI, ha conformado una barra de cortesanos alrededor de Lacalle Pou que, en caso que el barco multicolor se hunda, no alcanzarán los botes para salvarse. Para un buen caudal de votantes y simpatizantes batllistas de siempre reconocer a su partido en una simbiosis política con su enemigo histórico principal -el herrerismo- debe suponer un trago amargo para su fuero íntimo de admiración a un partido y un líder progresista mundial como lo fue José Batlle y Ordoñez.
En plena discusión de la reforma de jubilaciones, además del voto afirmativo a leyes como la de tenencia compartida (corresponsabilidad en la crianza), la liberación de presos mayores de 70 años, (modificada la edad por el PN) y habiendo presentado sus propuestas luego del encuentro Lacalle-Manini, los colorados no han movido ninguna ficha para generar cambios trascendentes en un proyecto regresivo y falsificador de las esperanzas de los jóvenes trabajadores del presente, pero sí para generar déficit fiscal agregado al proponer una transición en la edad de los futuros jubilados y en una rebaja progresiva del IASS. ¿Dónde queda/n el/los discurso/s de bajar el déficit fiscal…? Al decir de Bordaberry en su último alegato contra la postura de Cabildo Abierto y los cambios propuestos y aceptados por Lacalle Pou: “Lo más importante: aceptar esos cambios significa no actuar de acuerdo con la ética de la responsabilidad que es el ADN del Partido…”. Cosas veredes…
En la coyuntura más baja de la consideración pública hacia el gobierno, donde ni la academia ni los organismos sociales son técnicamente escuchados acerca de las diferentes leyes importantes discutidas a nivel del Parlamento, los socios de la multicolor hacen denodados esfuerzos para cumplir con la liturgia habitual de la demagogia y la comedia farsesca, y el escenario de la reforma jubilatoria es un bocado de sibaritas para cumplimentar sus objetivos, luego de los tragos acibarados de Marset, Astesiano, et al. Las encuestas no son favorables a la reforma, pero tampoco lo son respecto a otras medidas del gobierno como ser las aplicadas a la inseguridad y el empleo, hechos de preocupación constante. El presidente lo sabe pero continúa con sus visitas periódicas a cualquier evento que se le cruce, generando la imagen de que “el país está en orden”. Es ahora -valga el recuerdo del slogan lacallista- cuando se deben acomodar los zapallos en el carro intentando provocar amnesia frente a las indecencias, inepcias, corruptelas, acomodos y, últimamente, autoritarismo trasnochado en la Educación, episodios conocidos a través de los medios de comunicación masivos, redes sociales, e investigaciones sistemáticas de periodistas suficientemente valientes y honestos en su función de informar. La estrategia de Presidencia parece resumirse en mantener unida a la derecha que sostiene el poder de turno, otorgando prebendas y simulando empatía política, y tratar de bloquear como sea la “insurrección” por izquierda: mucho trabajo costó quitarla del trono y ahora existen expectativas de que vuelva por sus fueros.
Nunca hasta hoy se había llegado a superar los 22.000 millones de dólares exportados (totales de 2022), pero tampoco la trama de desigualdad social que la rebaja del IRPF y el IASS contribuirán a aumentar en la medida que perjudican a los sectores que no los pagan. Tampoco la implicancia directa con el capital privado que se ha visto beneficiado con regalías imprevistas -caso de los canales privados por Antel, Katoen Natie en fase monopólica- además de escandaletes esperpénticos como los mencionados y, por añadidura, la eventual pedofilia de Gustavo Penadés, como broche de oro.
Ha sido, y continúa siendo, palpable el esfuerzo de los dirigentes oficialistas para negar o justificar determinadas medidas o hechos que apuntan a consolidar el neoliberalismo como cultura integral, su premisa de desregular y privatizar la vida y la Naturaleza, una ideología de clase y meritocrática que los distingue de lo plebeyo, por un lado, y a intentar por todos los medios a su alcance negar un conocimiento a priori de los responsables directos de los peores episodios de corrupción en la historia del país sitos en la Torre Ejecutiva. Va de suyo paralelamente la falta de un mínimo decoro de los socios de coalición, corresponsables de la política vigente y midiendo voto a voto el contenido de sus discursos, silenciando críticas hacia lo indefendible y transpirando tinta para evitar una ruptura fatal que los lleve a la oposición nuevamente en la siguiente legislatura.
El Partido Nacional (herrerista), dueño de vidas y estancias en la coyuntura política, manejando el “timing” a su antojo, y conversando con los socios por separado distribuyendo favores recíprocos, no tiene aún candidatos definidos para el 2024, pero la interna comenzó a mostrar grietas por el cambio de actitud de Laura Raffo, quien tiene pretensiones de candidatearse a la presidencia dejando acéfala la tarea militante en Montevideo. Lacalle Pou, portavoz y director de la orquesta desafinada por un tema de votos rebeldes, ha tenido que bajar la guardia frente a CA y aceptar cambios en la reforma, y debió acatar el arrebato del PC quien se sintió despechado por no haber sido consultado sobre los arreglos hechos con Manini entre gallos y medianoches. Para reafirmar su posición frente a la opinión pública y hacer su propia campaña hacia 2024, los blancos comenzaron una exposición televisiva de “bien público” -URUGUAY BAJA IMPUESTOS, (pero no aumenta el salario por inflación, diríamos)- haciendo gala de sus últimas medidas que benefician descuentos en el IRPF y el IASS e imponiendo una pos verdad a rajatabla, mientras se disipan, o casi, las tormentas generadas por los chats de Astesiano y el misterioso caso de entrega de pasaporte a un narco preso por falsificación de otro… Por último, al momento de estarse discutiendo en el Senado la reforma de jubilaciones, el eslogan de hoy: la reforma previsional es como un litro de leche al que se le agrega agua… pero sigue siendo leche… (sic).