Espejismos e ilusiones

Por Eduardo Aparicio

Las reacciones de muchos compañeros de izquierda frente al reciente triunfo del PS portugués, nos brinda la ocasión de compartir una reflexión sobre lo que es un  posicionamiento a través de la subjetividad, sin mayores elementos y asidero en el análisis, que  cae en un triunfalismo ramplón, teñido de reduccionismo. En algunos medios militantes, cualquier triunfo de fuerzas que se opongan a las expresiones conservadores o derecha extrema; es visto, percibido, vivido, como un avance y hasta como una victoria propia que se traslada a su quehacer militante. Así se barren las necesarias caracterizaciones, se olvidan las lecciones de la historia, en las cuales siempre tienen que abrevar la práctica y los posicionamientos de izquierdas.

Antonio Costa ganador de las elecciones de enero 2020

Vayamos someramente a ese análisis: El saludo y las felicitaciones se generalizaron, ante el triunfo de Costa,  y casi nadie hizo referencia a algunos hechos centrales tales como, valorar la actuación del Partido Socialista portugués  que hace décadas se alinea firmemente en posiciones social liberales; es un defensor acérrimo del statu quo, aplicando en forma sistemática políticas de ajustes y jugando un rol clave en el proceso de neutralización, retroceso de las conquistas y los avances rupturistas de la revolución de 1974,   en una lógica donde la democratización ha ido fagocitando los avances y  la dinámica ascendente del  fenómeno revolucionario..

Las fuerzas  de izquierda expresadas en el Bloque y el PC, después de la crisis de 2008 se transformaron en aliados del PS, practicando una política de apoyo (2015-2019) por fuera de la participación. La experiencia es denominada en portugués como la Gerigonça. Algo que constituye un matiz con lo que acontece del otro lado de la península, donde en el Estado español, Juntos Podemos, participa del gobierno del PSOE.

Son encares tácticos diferentes, pero que tienen un carácter convergente, los caminos elegidos por las fuerzas de izquierda en ambos países, se alinean y pueden ser definidos como de “neoreformistas”.

Reconozcamos que la política de alianzas con los social liberales para "frenar a la derecha", ha dado lugar nada más y nada menos que al crecimiento de esas fuerzas reaccionarias. Una lección clave para toda la izquierda a nivel mundial.

No se trata tan solo de frenar los avances  de las derechas y los neofascismos, también  hay que encarar represas efectivas para revertir esos ascensos, el ejemplo portugués, al que regresamos, también nos ilustra sobre el triunfo socialista y el crecimiento de la Chega (extrema derecha).

Con el apoyo externo del Bloque y los comunistas, el gobierno socialista el gobierno de Costa aplicó planes neoliberales, militarizó huelgas obreras y benefició a la gran banca. Ahora si hay que saber, y después decirlo, el descontento social creciente con su gobierno lo ha canalizado la extrema derecha, de forma reaccionaria.

Las opciones realizadas por las fuerzas de izquierda han dado lugar a su  subordinación al gobierno social liberal.

La elección en Portugal (1) en parte es confirmatoria de la existencia del “extremo centro”, definido por Josefina Martínez,  en su trabajo la crisis del extremo centro y los nuevos reformismos europeos”, como “la dinámica donde centroizquierda y el centro-derecha se han compinchado (hecho cómplices) para mantener el statu quo; una dictadura del capital que ha reducido los partidos políticos a la condición de muertos vivientes”. 

Ese extremo centro que surge reforzado, debe ser definido como el gran garante del statu quo.

Nunca olvidemos desde una sensibilidad de izquierda, en la que se engloba lo subjetivo y lo objetivo, que nuestra aspiración, nuestra gran ilusión, es ir contra, romper y superar todo statu quo.

Las reacciones que van desde la simpatía,  a la compenetración, pasando por el apoyo, siempre tienen que ser adoptada en función de dicha regla.

Tan solo podemos incitar e invitar a los compañeros que su aplicación la trasladen, a las victorias electorales de Castillo en Perú, Boric en Chile,  y otros variados y numerosos ejemplos en la región. El entusiasmo es sano y necesario, pero no puede nunca nublar y/o escamotear el análisis riguroso, y por sobre todo  no complaciente.

(1) Los resultados del 30 de enero  le dieron a Antonio Costa  la mayoría absoluta, que le permitirá gobernar por su propia cuenta, para  la izquierda se registra un retroceso, el Bloque cae de 19 a 5 diputados y el Partido Comunista Portugués (PCP) junto con los verdes en la CDU (Coalición Democrática Unitaria), cae de 12 a 6 parlamentarios. El PS de Costa, en cambio, sube cinco puntos (del 36,3% al 41,7%).