Por Griselda Leal Rovira
Desde sus orígenes, Estados Unidos fue formado por un grupo humano laborioso y progresista, pero con el tiempo su gobierno se fue transformando en demasiado ambicioso y dominante, al punto de no medir los medios para obtener el fin deseado.
La cuna y el faro ideológico estuvo guiado por el Imperio Británico, que supo dominar gran parte del planeta. Si bien muchas de sus colonias se independizaron, aún conserva predominio de numerosas islas en distintas partes del mundo, entre ellas las islas Caimán que tienen el privilegio de ser paraísos fiscales, donde un puñado de multimillonarios ponen sus bienes a resguardo no pagando impuestos y bajo secreto.
En el siglo diecinueve y mitad del veinte, los Estados Unidos explotaron su patio trasero, o sea las repúblicas bananeras de América Central, no sólo se llevaban frutos y otras riquezas, sino que aprovechaban la mano de obra barata de hombres y mujeres que además le servían para sus propósitos vacacionales y de entretenimiento. Para lograr sus propósitos colocaban presidentes títeres que llegaban a ser sangrientos dictadores que obedecían ciegamente los mandatos del país del norte a cambio de una vida de riquezas y privilegios.
La excepción fue Cuba que pudo mantener la revolución apoyada en su momento por la Unión Soviética, enemiga declarada de los Estados Unidos.
Hasta ese momento América del Sur en general se venía salvando de la codicia, pero hacia mediados del siglo veinte la situación cambió, cuando un grupo de multimillonarios con el apoyo de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos y la ayuda invalorable del Servicio Secreto de aquél país, la C.I.A., implantaron el Plan Cóndor en el Cono Sur, previo adoctrinamiento de buena parte de los ejércitos de la región. Es así como utilizando diversos métodos destruyeron buena parte de los grupos organizados tanto políticos como sindicales, sociales y hasta religiosos. Miles de militantes jóvenes y no tan jóvenes, obreros, estudiantes, profesionales, docentes, amas de casa y religiosos, fueron encarcelados, torturados y asesinados sin piedad siendo también víctimas los menores secuestrados.
El propósito fue combatir el comunismo e implantar el sistema neo-liberal, capitalista y dominador.
Poco a poco en los países fue retornando la democracia, pero el propósito de dominio hasta cierto punto se cumplió, ya que siguieron los grandes medios de comunicación adoctrinando a la población, las multinacionales desplazando a las pequeñas empresas familiares y en muchos casos se dieron privatizaciones de las empresas públicas en detrimento de la población.
En los últimos 50 años los gobiernos de derecha y progresistas se fueron turnando en muchos países de la región, no deberíamos mencionar a la izquierda o el socialismo porque el sistema imperante siempre siguió siendo capitalista.
Estados Unidos no se conformó con su patio trasero y siguió invadiendo otras zonas como el Medio Oriente, pero de una manera aún más cruel y sangrienta, implantando cientos de bases militares a lo largo y ancho del planeta.
Siempre supo disfrazar sus propósitos con engaños de buenas intenciones, pero el lobo vestido de cordero poco a poco ha ido mostrando las garras. Hoy por hoy es difícil que engañe a alguien, aunque algunos no quieren ver la realidad porque la situación les conviene, son los que siempre se han beneficiado.
Hoy en América Latina se están dando algunos cambios aunque no muy profundos.
Bolivia, tras un año de sangrienta dictadura tras un golpe de estado logró retornar a la democracia con el partido del ex presidente Evo Morales, en este caso con el primer mandatario Luis Arce Catacora.
En Perú ganó por un pequeño margen el maestro izquierdista Pedro Castillo, que está comenzando su mandato con grandes dificultades debido a la fuerza de la oposición.
En Chile aún gobierna el derechista Sebastián Piñera pero el pueblo votó para cambiar la constitución pinochetista.
El salvador tiene un presidente populista, Nayib Bukele, que está atacando la corrupción y se ha ganado la enemistad de los banqueros.
En Brasil sigue gobernando Jaír Bolsonaro pero su desprestigio es muy grande en la medida que crece la figura de Lula Da Silva.
El caso de Venezuela tiene características diferentes, luego de años de bloqueo y desprestigio a nivel internacional por parte del gobierno de Donald Trump, situación que continúa con el actual gobierno, el país poco a poco está saliendo de la crisis bajo el mandato de Nicolás Maduro, en la medida que el autoproclamado presidente Juan Guaidó, que en su momento contó con el apoyo de 50 países, hoy es un cadáver político.
En México ha culminado la sexta reunión de CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Los 33 países que componen el grupo han logrado consenso con respecto a la pandemia, cambio climático, a la no injerencia en los conflictos internos de cada país, la creación de fondos de desastres, la creación de una Agencia Espacial de América Latina y el Caribe y pronunciamiento contra el bloqueo como medida ilegal extraterritorial.
El presidente Luis Lacalle Pou dio la nota discordante al señalar la falta de democracia en Nicaragua, Cuba y Venezuela, en lo que se consideró una defensa del sistema impuesto por Estados Unidos, a lo que el presidente Díaz Canel le respondió señalando las carencias de su gobierno y el hecho que la oposición hubiera juntado las firmas para derogar las Leyes de Urgente Consideración, por su parte Nicolás Maduro lo desafió a un debate público sobre el tema.
Manuel López obrador, presidente del país anfitrión, planteó la necesidad de la designación de un secretario general del organismo, para el intento de suplantar a la OEA, presidida por el desprestigiado Luis Almagro quien ha orientado su mandato siguiendo los lineamientos del gobierno de los Estados Unidos contra los intereses de la región.
Es evidente que el país del norte poco a poco va perdiendo poderío, presidido por John Biden, quien tiene en su pasado demasiadas demostraciones de apoyo a invasiones y ataques armados contra no pocos países, además de dar muestras de problemas de orden mental, seguido por la vicepresidenta Kamala Harris, una abogada demasiado ambiciosa y con un curriculum que deja que desear.
Por otra parte quien se está preparando para un segundo mandato es el ex presidente Donald Trump que aún tiene como seguidores a la mitad de los votantes y ya ha demostrado cuáles son sus intenciones.
La historia se escribe día a día y estos son tiempos de rápidos cambios con un futuro aún incierto y con dos países que están en franco crecimiento: Rusia y China.