Escribe: Walter Caimí
Hay una verdad que está pendiente en Colombia y refiere a la PAZ con mayúscula. Este país transita una crisis humanitaria que se ve en las calles, se respira un aire viciado por la violencia; violencia que la genera el propio gobierno y con el respaldo de éste, todo uniformado que represente al Estado, se arroga ese derecho. Mi estadía en dicho país fue de domingo a domingo, suficiente tiempo para concluir dos cosas: uno, que hay voluntades jóvenes y no tan jóvenes, que realmente quieren dar vuelta la página y encontrar la verdadera paz entre colombianos; dos, el gobierno se mira asimismo y observa que su ombligo político es lo único que vale.
A unos 228,5 kilómetros de Bogotá participe de una charla en Sogamoso que es un municipio situado en el centro oriente del departamento de Boyacá en la región del Alto Chicamocha. Allí fui invitado por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, para dar una charla por la Paz; evento organizado por Yesid Fernández y Daniel Silva del Centro Popular para América Latina de Comunicación en Bogotá, junto al profesor Germán Sáenz, en el marco del Festival de Cine de Sogamoso. En dicha universidad, Dina Vargas, licenciada en educación comunitaria con énfasis en derechos humanos dijo: “Colombia no posee historia”… mi reacción fue inmediata: ¿Cómo que no tiene historia? La respuesta no se hizo esperar, es que el ex presidente César Gaviria en 1994, su gobierno, eliminó la cátedra de Historia del plan de estudios de los colegios y la fusionó con la de Ciencias Sociales. Allí, comencé a comprender muchas cosas en apenas 24 horas de permanencia en Colombia. Los jóvenes no ven ni en primaria ni en bachillerato una materia dedicada exclusivamente a aprender los procesos históricos por los que han pasado el país y el mundo. A modo de ejemplo, del 1 al 10 como gusto decir, 9 no saben qué fue el Plan Cóndor. En cambio, estudian una llamada Sociales que, durante los 11 años que dura el colegio, mezcla temas de geografía, democracia, Constitución Política e historia. La medida, criticada por educadores e historiadores, generó un debate y un enorme malestar que acaba de terminar. El 27 de diciembre de 2017 el ex presidente Juan Manuel Santos restablece la enseñanza obligatoria de la HISTORIA de Colombia por ley 1874. A pesar de esta intención política, no hay fecha precisa para su regreso.
Claramente se perciben las diferencias sociales entre Bogotá y el interior de Colombia. La problemática cruda que viven los indígenas. La situación con los venezolanos que invaden las calles de la capital colombiana y los asesinatos en determinada frontera que no perdonan la “invasión”. A eso, sumémosle los FALSOS POSITIVOS. Durante el Gobierno de Álvaro Uribe, población civil fue asesinada y le vestían con indumentaria militar, por esa razón de falsos positivos. Las madres de Soacha, municipio más poblado del departamento de Cundinamarca, alzan sus voces por estos hechos aberrantes. Pero no todo es negativo. Hay jóvenes que aspiran a una realidad distinta y están proclives a saber la verdad. De igual modo, sus profesores están inquietos para encontrar las vías pertinentes en cuanto a la historia de Colombia. Concurrí a dos universidades, y me reuní con diferentes jóvenes de liceos preocupados por su país. Quieren PAZ, aspiran a convivir en paz pero no saben cómo hacerlo. Lo positivo de estos encuentros, que profesores y alumnos ponen sobre la mesa las dificultades y los posibles caminos a transitar sin perder la frescura de ser joven. Iván Duque Márquez es el presidente que gobierna desde el año 2018 y su mandato culmina en 2022. No es secreto para nadie, que Álvaro Uribe está detrás del mandatario actual dicen, “Uribe es el que manda”. Seiscientas familias son las dueñas de este país y diez de estas gobiernan a Colombia, me argumentan. En referencia a Uribe, el 8 de octubre dará su versión ante la justicia; es que la Corte Suprema de Justicia indaga a Uribe por manipular supuestamente a testigos en relación con grupos paramilitares. El senador dice ser inocente. Este suceso constituye por vez primera que un ex mandatario es llamado a indagatoria. El ex paramilitar Juan Guillermo Monsalve lo acusó ante la justicia por haberlo manipulado. Dicho esto, según las fuentes con las que me informé, Uribe tiene un ejército para su custodia, más-menos, 300 personas a su servicio para custodiarle. Sí, leyó bien: 300 custodios. ¿Quién pago esto? no encontré respuesta seria.
Otro tema importante es el desempleo creciente. Entre los años 2005 y 2015 el empleo creció a tasas anuales de alrededor de 2,5 %; entre 2015 y 2018 dicha tasa fue menor al 1 % más exactamente al 0,66 por ciento. En lo que va del año 2019 el empleo cayó al 0,56 %. En realidad la caída en la capacidad de generar empleo está asociada, en parte, con la desaceleración de la economía a partir de 2015. La realidad Colombiana de por sí, genera pocos puestos de trabajo; esto influye en los aumentos del valor agregado. Por si fuera poco lo descripto, la región amazónica tiene su propia realidad cruel, es que, los ancianos mueren por desnutrición. Los departamentos de Vaupés, Guainía y Amazonas, representan las tasas más altas por este tema la desnutrición; entre 2014 y 2016 se contabilizaron 3.275 fallecidos. Otro dato significativo, es la cantidad de maestros amenazados por año, solo en Santander ronda la cifra de 30. Amenazas, hostigamientos, desplazamientos forzados y homicidios contra docentes y sus familias han sido registrados en los últimos meses en este país. La pregunta es: ¿Quién o quiénes está detrás de estas amenazas? No pude obtener una respuesta clara, precisa. Me consta que el periódico El Espectador de circulación nacional, recogió este tema.
Concomitantemente con los hechos presentados aquí, en Cúcuta, las FARC y sus ex comandantes, se encontraron para dialogar sobre el conflicto armado en este departamento. Ese diálogo tiene por protagonistas a Jorge Iván Laverde apodado El Iguano, ex jefe del Frente Fronteras de las Autodefensas Unidas de Colombia; y, a Emiro del Carmen Ropero alias Rubén Zamora ex comandante del frente 33 de las Farc.
Esta es la realidad colombiana. Duele. A pesar de esta descripción, hay una camada de jóvenes, profesores, de educadores sociales, del ciudadano de a pie, que aspiran a otra Colombia. Promueven La Paz. Buscan el diálogo. Confrontan sin denostar al otro que piensa diferente. Por esa razón, saludo a dos jóvenes con talento y visión crítica constructiva: Vanesa Farfán y Dina Vargas. Lo destaco, porque ambas mujeres tienen distinta realidad de los lugares que residen, sin embargo algo en común las une: Quieren una Colombia en Paz con educación y con identidad propia. Construir historia.