La farándula del capitalismo: droga, comercio y liberalismo…allá van

Escribe: Aben Humeya  

Hemos sido movidos por las noticias referentes a las grandes incautaciones de droga, que nos involucran. Son noticia porque importan muchos millones,..y son ilegales. 

Sin ir más lejos, hace un siglo y medio, la Real Marina de la Rubia Albión ( Inglaterra,  para los distraídos), supo abrir a cañonazos el Imperio Chino al Libre Comercio. Pero si lo buscan en los textos de historia, figuran como las Guerras del Opio. Al emperador no le gustaba que su pueblo se envenenara, pero por fortuna los ingleses lo convencieron de que lo mejor era comerciar libremente,...la droga.

Hoy los tiempos han cambiado, hay que hacerlo ilegalmente, pero se hace ( junto con armas, animales exóticos y...animales humanos). Antes y ahora, el comercio ilegal ha sido cuantioso. Más aún: es  necesario para el funcionamiento de la economía capitalista. Sin el dinero sucio,no habría sido posible construir -por ejemplo- Punta del Este, según recordaba hace poco el arquitecto del hotek “Nuevo San Rafael”.

Y un Caballero de la Corona, como J.M. Keynes, reconocía el papel decisivo de la riqueza robada por los piratas ingleses en la acumulación capitalista inglesa. Y podríamos seguir.

La droga no es un problema mundial, sin embargo. En los países de cultura islámica (que son, desde el punto de sus habitantes, muchos más numerosos que los catòlicos), las drogas estàn prohibidas, y funciona. Cuando digo "droga", incluyo todo lo que el hombre absorbe para alucinarse: en estado sólido, líquido (el alcohol),o gaseoso.

Va de suyo lo arbitrario de considerar droga a una parte de las mismas.

Por otra parte, si no hubiera consumo no habría producción para esos fines, ni tráfico,  es decir: comercialización.

Como se sabe, se consume en el Norte, rico, y se produce en el Sur, pobre. Uruguay figura como lugar de acopio y tránsito.( como consumidores, no existimos).

De cualquier modo, en las crónicas de El Hachero, de hace más de un siglo, la " heroìna" era, realmente, una protagonista.

En este país, que nació y vive, de y para el contrabando, este asunto es casi una mascarada. No producimos y, casi,  no consumimos. Pero pretenden que " controlemos". Gratis...ni ahi..

Sucede que el capitalismo es una obra de arte de la mentira sistemática. Se gastan millones y millones diarios para fundamentar que el mercado lo resuelve todo bien y  si es así entonces, ¿para qué queremos Bancos Centrales y mil organismos de control? Si la gente quiere envenenarse, que lo haga, siempre y cuando no perjudique a otros. Pero las "ramas ilegales" del comercio, muchas y jugosas, son formas de realizar ganancias, reinvertirlas, ocupar gente, que de otro modo no se sabe hacia dónde y hacia qué se dirigirían. En una palabra, son funcionales al sistema, son necesarias. y que lo digan, no solo los grandes capos, sino los magistrados, aduaneros, policías y militares y tantos y tantos partícipes del negocio. 

¿Qué puede hacer un país chico, que quiera ser medianamente digno,  en este complicado mundo?

Exigir que los países ricos eduquen a la gente, para minimizar el problema, que se hagan cargo de los gastos de controlar un tránsito comercial que no nos compete, como se hace con los Cascos Azules de la ONU, en conflictos que no son del área, y trabajar por un profundo cambio cultural en nuestros países. No se trata de legalizar el comercio, sino de combatir una lacra social.

Pero no se nos escapa, que si el consumo de los ricos es vicio, el de los pobres es desesperación.