Francis Newton
Tras ocho años de postergaciones, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe se volvieron a citar para celebrar la III Cumbre Birregional. El encuentro fue en Bruselas entre el 17 y 18 de julio de 2023.
La CELAC fue creada en 2010 y desde 2013 se vienen llevando a cabo cumbres entre los mecanismos de integración latinoamericano y europeo.
Este encuentro permitió el intercambio de ideas y perspectivas entre ambas regiones pero evidenció también, una carencia palpable de acuerdo y proyectos y puso de manifiesto, las diferentes preocupaciones que prevalecen en ambas regiones.
Con mucho acierto, Alejandro Frenkel1, manifiesta que el renovado interés de la UE por América Latina y el Caribe se explican por los siguientes hechos: 1) el declive de Europa como potencia global 2) el avance de China en la región y su disputa con Estados Unidos 3) el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia 4) los procesos de transición energética y digital.
En América Latina, el conflicto bélico que se ha desatado en el este de Europa o el avance chino en la región no presentan la misma relevancia que le asigna la UE. Los representantes de la Región enfocaron su preocupación en cuestiones de carácter doméstico como lo son la estabilidad institucional, la desigualdad económica y el incremento de la seguridad ciudadana. Sin duda siempre estará vigente la preocupación por las oscilaciones de los precios de las commodities y la apertura de mercados para incrementar la colocación de las mismas. El punto de mayor convergencia estuvo dado por los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental, cuestión esta que tuvo especial relevancia en la Declaración final de la cumbre. En tal sentido los países miembros reafirmaron su compromiso de continuar con los esfuerzos para mantener el objetivo de un límite máximo de 1,5°C de incremento de la temperatura del planeta y fomentar el impulso de las energías renovables.
La UE ha demostrado un marcado interés en impulsar las tecnologías que permitan contrarrestar los efectos del cambio climático, es por ello, que en el desarrollo de la estrategia diseñada para alcanzar este objetivo, América Latina y el Caribe aparece como una región relevante. El litio y la producción de hidrógeno verde son los elementos fundamentales para desarrollar las tecnologías que permitirían que Europa obtuviese un liderazgo en la región y que pudiese desplazar, parcialmente, la gravitante presencia de China en la región.
Reafirmando el interés de la UE en incrementar su presencia en América Latina y el Caribe, la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyden anunció la puesta en vigencia del Programa Global Gateway, el cual implica una inversión de 45.000 millones de euros en planes de financiación. Asimismo anunció que “ya están prontos más de 135 proyectos que abarcan desde el hidrógeno limpio hasta las materias primas críticas como el litio y las tierras raras, desde las redes de cables de datos de alto rendimiento hasta la producción de las más avanzadas vacunas”.
Asimismo planteó que “al contrario de otros inversores extranjeros” (léase China y Rusia) “queremos asociarnos con vosotros, construir capacidades de procesado, para hacer baterías y productos finales como vehículos eléctricos. América Latina, el Caribe y Europa se necesitan uno a otro más que nunca…”.
Es evidente el rezago de Europa en la región, ya que en la última década China ha invertido sumas muy significativas en proyectos de infraestructura en América Latina, Asia y África. La Nueva Ruta de la Seda ha construido carreteras, líneas férreas y puertos, incrementando la influencia política y económica de China en más de 140 países. Hay diferentes estimaciones sobre el monto de la inversión China en diez años, los valores oscilan desde US 890.000 millones hasta US 1 billón.
Para Europa resulta imperativo concretar tres Acuerdos de Libre Comercio con la región, uno con Chile, otro con México y otro con el Mercosur. En el año 2019 se avanzó en la concreción del Acuerdo Mercosur-UE al haberse acordado un texto con el beneplácito, en primera instancia, de ambas partes.
Sin embargo, países como Francia, Irlanda, Países Bajos y Austria, presentaron, en el mes de febrero del 2023, un documento de neto cuño proteccionista de su producción agropecuaria. En el mismo se dictan exigencias medioambientales, que imposibiliten hacer negocios con países que deforestan sus bosques. La respuesta del Presidente Lula fue inmediata, este documento resulta inaceptable, ya que,
“los socios estratégicos no negocian sobre la base de amenazas de sanciones”. “Proteger la Amazonia es una obligación. Eliminaremos su desforestación para 2030. Pero la selva tropical no puede verse como un santuario ecológico”.
Pero, como si esta imposición no fuese suficiente, los 27 integrantes de la UE también han presionado para que las empresas europeas, participen en las licitaciones públicas, en sectores estratégicos nacionales de los socios del Mercosur, algo que es conocido en los Acuerdos de este tipo como “compras públicas”. Sobre este tema, el Presidente Lula fue muy explícito también al manifestar que, la UE pretende que se elimine uno de los pocos instrumentos con los que cuentan las naciones del sur para apuntalar su desarrollo económico.
Uno de los desacuerdos más importantes de la Cumbre radicó en lo que respecta a la postura a ser adoptada en lo que respecta al conflicto bélico que sostienen en el este de Europa Rusia y Ucrania. Hubo una clara intención, por parte de la UE de condenar la invasión rusa lo cual contrastó con la postura de los miembros de la CELAC, que adoptaron una posición de neutralidad frente a ese hecho. En la declaración final no hubo una condena a la invasión rusa sino que se expresó una “preocupación compartida” por la guerra, postura esta que no fue unánime ya que Nicaragua se opuso a incluir este texto en la Declaración Final de la Cumbre.
En la misma se incluyeron también una serie de temas de relevancia entre los cuales destacamos el compromiso de las partes por la implementación del Acuerdo de París, la mitigación del cambio climático, el cuidado del ambiente así como la transición a energías renovables.
Corresponde destacar, también, que la UE toma nota de la posición de la CELAC de resolver la disputa por las Islas Malvinas/Falklands de modo pacífico y mediante el diálogo y el apego al derecho internacional. Este punto resulta ser una reivindicación a las posturas sostenidas por la República Argentina y un mensaje a quienes optaron por el Brexit.
La reanudación de los encuentros entre mandatarios latinoamericanos y europeos es un hecho auspicioso para fortalecer el diálogo y afrontar cuestiones que atañen a ambas regiones. No obstante, se puso en evidencia, que hay prioridades que no son compartidas, lo cual sigue siendo una deuda pendiente de la agenda entre la UE y la CELAC.