La trampa de la democracia

Griselda Leal Rovira  

La democracia es el sistema político más cercano a la justicia de que disponemos, tiene su origen en la Grecia Antigua y es por definición "EL GOBIERNO DEL PUEBLO".

Pese a la buena intención que tuvo esta idea en sus orígenes, "hecha la ley, hecha la trampa".

Han pasado muchos años y la historia de la humanidad ha tenido muchos avatares, guerras y dictaduras de por medio.

Hoy asistimos a un momento en que el mundo, y en especial el mundo occidental, atraviesa una corriente de pensamiento egoísta y perversa que va más allá de la "teoría capitalista", más allá de la derecha tradicional que tuvo su espacio dentro de la democracia en la mayoría de los países; pero en un mundo manipulado por los grandes capitales tendenciosos, se distorsiona a tal punto que logra convencer a los votantes de elegir representantes de corrientes de pensamiento y acción que no benefician a la mayoría de la población y en los hechos favorecen precisamente a quienes tienen privilegios y pueden seguir acumulando riqueza y poder.

Esta situación no es nueva y podemos rastrearla en tiempos remotos cuando, aún antes de implantada la democracia, seres supuestamente superiores, designados por los dioses, tenían la potestad de reinar y decidir el destino de sus súbditos (lamentablemente aún hoy tenemos ejemplos de ello).

Este endiosamiento es una característica de las sociedades a lo largo y ancho del planeta que aún persiste en amplios sectores de la población con distintos actores, no sólo de la política, también de las artes y el deporte.

Con el advenimiento de las nuevas tecnologías de comunicación que suelen estar en manos de quienes pueden adquirirlas, las tareas de manipulación se han hecho más expansivas, llegando a todos los rincones del planeta, a todas las culturas y a todos los estratos sociales, incidiendo al momento de emitir el voto.

Los grandes comunicadores de la derecha se llenan la boca con la "democracia", aunque aún así no siempre el resultado es el que desean.

Pero siempre tienen un as en la manga. Previendo ese avatar, procuran "comprar" ciertos personajes infiltrados dentro de los partidos de izquierda y "tentando" con cargos y regalías a quienes puedan tener cierta incidencia en los gobiernos, en los que suele campear la "corrupción".

Un ejemplo claro es el de los representantes de la justicia, profesionales que en su momento han sido invitados a perfeccionarse en universidades de los Estados Unidos, para luego volver a sus países de origen, ocupando cargos importantes, actuando de jueces flechados hacia los mandatos del país del norte y de las élites que están detrás de sus gobiernos, para apartar o eliminar de la política a los líderes que les son adversos.

La solución de este problema no es sencilla y posiblemente tarde mucho tiempo en resolverse.

La clave está en la educación, pero no se trata de una educación basada en el adoctrinamiento que reafirme el estado de la situación actual. Además de lo curricular, se trata de dar valores basados en lo colectivo, en reafirmar los derechos humanos, en tratar de desterrar el egoísmo que a veces parece "natural", pero en ocasiones es fomentado por ese individualismo que nos tratan de imponer día a día, señalando como enemigo a quienes son diferentes o de una clase social o cultura que no es la nuestra, o mostrando la supuesta lógica que para que una sociedad funcione tiene que haber una masa de trabajadores empobrecidos esperando el "derrame" de los que tienen una mesa muy bien servida.

Cada vez el mundo está más interconectado y todos estamos inmersos en la misma nave, si ella sucumbe no habrá quién se salve, si entre todos la cuidamos, la especie puede perpetuarse en armonía.

El desafío es muy grande pero la utopía está vigente.