Adivina, adivinador: ¿Qué pasa y qué pasará con el petróleo?


Por: Jorge Notaro

El 20 de abril ocurrió un hecho insólito: se pagaba a las empresas que recibieran y almacenaran petróleo en el mes de mayo. Los distintos tipos de petróleo tuvieron una reducción en su precio del 74% en los últimos doce meses. Impactado por este hecho y reconociendo mi ignorancia  revisé algunas fuentes confiables para presentar aquí las principales explicaciones de los analistas especializados.

 

“Te pago si me sacás este clavo”

 

El consumo de petróleo bajó por que con las medidas de combate al COVID 19  se utiliza menos el transporte de personas y de carga, los aviones no vuelan y las fábricas redujeron su actividad. Pero la producción de petróleo no se redujo en la misma medida y en los próximos meses no hay donde almacenar el sobrante.

 

La consolidación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y el aumento del control sobre la extracción por gobiernos progresistas  permitieron regular la producción para evitar que superara la demanda y logró un persistente aumento del precio del “petróleo OPEP” que alcanzó un récord en julio de 2008 con 140.73 dólares por barril de crudo.

 Se llama “petróleo OPEP” al precio de una canasta de los petróleos que producen los miembros de la organización que descendió hasta un mínimo de 12.12 dólares por barril el 22 de abril y llegó a 12.41 el 28 de abril, fecha en la que se entregó éste artículo. Los países miembros de la OPEP son: Argelia, Angola, Ecuador, Gabón, Iraq, Irán, Qatar, Kuwait, Libia, Nigeria, Arabia Saudita, Venezuela y los Emiratos Árabes Unidos.

 

El barril de petróleo “West Texas Intermediate” (WTI) es la referencia en los Estados Unidos y se cotiza en el New York Mercantile Exchange (Nymex). Es la variedad que el 20 de abril presentó un precio negativo de - 36.98 dólares por barril de crudo. Había   alcanzado un máximo de 145.3 dólares en julio de 2008 y se recuperó levemente de su precio negativo llegando a 12.40 dólares el 28 de abril.

 

El barril de  petróleo “Brent” es una mezcla de petróleos extraídos del Mar del Norte, se cotiza en el International Petroleum Exchange en Londres y su precio es la referencia en Europa. Su precio máximo fue de 143.95 dólares, el mínimo fue de 9.13 dólares por barril de crudo el 21 de abril y llegó a 15.61 el 28 del mismo mes.

 

Las invasiones de Kuwait, Irak y Libia así como las diferentes necesidades de los miembros de OPEP contribuyeron a que en diversos períodos no se lograra regular la producción, se superó la demanda y se inició una tendencia a la baja del precio del petróleo.

 

Una estrategia recurrente de Estados Unidos y sus aliados para atenuar las caídas  del precio es someter a boicot a algunos países productores para impedir sus exportaciones. Se hizo con Iraq y con Libia, hoy se aplica la misma estrategia con Irán y Venezuela. Cuando algunos exportadores quedan fuera del mercado los demás no necesitan recortar su producción para estabilizar los precios (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI).

 

Como condicionante para el aumento de la extracción por encima de la demanda se sumó la incorporación de la técnica de fracturación hidráulica (“fracking” en inglés) que  obtiene petróleo de esquistos bituminosos (“shale” en inglés) con altos costos pero que permitió a los Estados Unidos duplicar su producción, convertirse a  principios de 2019 en el mayor productor mundial de crudo y  reducir sus importaciones, lo que aumentó la oferta, contrajo la demanda a los demás productores y aceleró  la tendencia a la baja de los precios. 

 

La fracturación hidráulica, que consiste en extraer la materia orgánica de las rocas a través de procedimientos muy agresivos con la naturaleza, genera enormes daños medioambientales que en muchos casos son irreversibles (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI).

 

Los impactos del  Covid-19 y el final de la tregua entre Arabia Saudita y Rusia, bajo la cual ambos países limitaron la producción para apuntalar los precios, propició la caída del mismo en un 33% en un solo día. Las empresas que producen a costos más altos empezaron a tener dificultades. En primer lugar las que utilizan el “fracking” así como las canadienses que tienen un costo de 45 dólares por barril, mientras que en Rusia y Arabia Saudita el costo es de 10 dólares. (Luis Nassif ,22/04/2020, ALAI).

 

Una operación común en los mercados de materias primas son las “compras a futuro” que consisten en comprometerse a pagar un precio en determinada fecha y comprar determinada cantidad. Los pronósticos sobre el consumo de petróleo se equivocaron, el consumo fue mucho menor al proyectado, las refinerías no están interesadas en adquirir crudo ante el exceso de oferta  y como consecuencia en el mes de mayo  no habrá donde almacenar el petróleo que se produzca y que ya está vendido. 

 

Deambulan por los mares del mundo decenas de superpetroleros con más de 160 millones de barriles de crudo que no encuentran destino, esta cantidad se duplicó en una semana y los buques esperan que algún comprador se decida a recibirlo gratuitamente, incluso con los costos a cargo del proveedor. (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI).

 

A la empresa que pudiera recibir mil barriles de petróleo West Texas International en  mayo en Cushing, Oklahoma, punto en el que se cruzan los principales oleoductos, se le pagaría 36.98 dólares (Neil Irwin,  The New York Times, 21/04/2020). 

 

Los bancos se ensartaron

 

Las pérdidas que genera el “fracking” eran conocidas a principios de 2015, el administrador de fondos David Einhorn anunció en una conferencia que los estados financieros de 16 empresas del ramo de 2006 a 2014 gastaron $ 80 mil millones más de lo que recibieron por la venta de petróleo.  En 2019 con un precio de  55 dólares por barril solo unas pocas empresas de primer nivel eran rentables, pero con las bajas tasas de interés que se podían obtener con depósitos bancarios o deuda pública, los inversores en busca de mayores rendimientos estaban dispuestos a comprar los títulos de deuda de las petroleras. En los últimos 10 años la industria energética ha emitido más de $ 400 mil millones en deuda que paga altos intereses. "(Tamir Kalifa, The New York Times).

 

Las acciones de las empres del sector energético cayeron un 20 por ciento y la empresa Whiting Petroleum se declaró en bancarrota (Bethany McLean, The New York Times, 10/04/2020). La consultora Rystad Energy estima que incluso si el barril recuperara los 20 dólares, 533 firmas estadounidenses del petróleo podrían declararse insolventes en el 2021 y  si los precios se quedan en 10 dólares podría haber más de 1.100 quiebras, casi  la totalidad de las compañías. De acuerdo con el último informe de Haynes & Boone, las firmas de exploración y producción tienen en estos momentos una deuda acumulada de 120.000 millones de dólares aproximadamente. 

 

Los impactos de la situación sobre el sistema financiero mundial son graves por que “Las cuatro mayores entidades norteamericanas, JP Morgan, Bank of America,  Citigroup y Wells Fargo, han invertido cada una de ellas más de 10.000 millones de dólares sólo en el 2019 en el sector del fracking petrolero, según Statista. Y ahora estas empresas petroleras corren el serio riesgo de declararse insolventes, con lo que los bancos pueden quedarse con papel mojado en sus balances.” La crisis petrolera puede tener como una de sus consecuencias una crisis financiera (Pergiorgio M. SandriLa Vanguardia de Barcelona.  22/04/2020). 

 

El economista norteamericano, premio Nobel de Economía,  Paul Krugman fue contundente tuiteando que  “El fracking parece ser una gran burbuja alimentada por deudas, y los intentos de ajustar las cuentas probablemente estén condenados al fracaso”

 

La muleta del Estado

 

El petróleo,  materia prima fundamental, es un instrumento de poder. Los Estados Unidos trataron de asegurarse las fuentes con golpes de estado, invasiones y  acuerdos con dictaduras crueles como la de Arabia Saudita y, buscando la autonomía energética, durante los últimos años utilizando técnicas que deterioran el medio ambiente. Pero la anarquía del capitalismo y su fragilidad contemporánea hacen dudar de que se mantenga este objetivo y al mismo tiempo, se pueden pronosticar  importantes  impactos sobre la estabilidad del sistema financiero mundial, si se deja actuar a los mercados sin intervención del gobierno.

 

Estados Unidos alcanzó un acuerdo con Rusia y Arabia Saudita para reducir la producción en  9,7 millones de barriles diarios a partir de mayo, pero si el consumo se reduce un 30% como proyectan algunos analistas, no se solucionarán los problemas. Las refinerías de petróleo no compran crudo porque no hay demanda de gasolina, si los recortes en la producción son insuficientes y los depósitos se saturan, los precios del petróleo a corto plazo tienen que caer a unos 10 dólares por barril, un nivel en el que muchos productores no pueden cubrir los costos. (Reuters Breakingview).

 

Suponiendo que el precio del petróleo se estabilice en los niveles actuales, un escenario posible es que quiebren las empresas de “fracking” y  los bancos que les prestaron tendrían grandes pérdidas. Con un precio del petróleo Brent por debajo de los 25 dólares por barril no sería viable un 10% de la producción (Luis Nassif 22/04/2020, ALAI).

 

El escenario que parece más probable es otro: el gobierno de los Estados Unidos, republicano o demócrata, dada la importancia política de la autonomía energética apoyará financieramente y con subsidios si es necesario, a las empresas de “fracking” permitiendo que sigan funcionando con pérdidas considerando que su papel político es más importante que el resultado económico y por lo tanto, es plata bien gastada. Ya ocurrió durante 2008 apoyando a los bancos quebrados para evitar la profundización de la crisis, inyectando miles de millones de dólares durante varios meses. El capital y los gobiernos que lo expresan no aplican la ortodoxia liberal ni esperan que la mano invisible actuando en los mercados asigne los recursos, es sólo una ideología que se utiliza para exportar y dominar mejor a los gobiernos de los países dependientes.

 

Nota: una primera versión de este artículo se publicó en la plataforma Resistencia. Medio alternativo (resistencia.org.uy) el 24 de abril.




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